¿Qué hago?

887 115 125
                                    

No se que me pasaba, por más que tratara no podía despertar, era como luchar por algo que no tiene sentido, trataba de abrir los ojos pero era un caso totalmente perdido, yo sabía que estaba consiente ¿por qué no podía abrir los ojos?, no lo se.

Luego de unos ¿segundos?, ¿minutos?, ¿horas?, no se en realidad que tiempo estuve dormida, solo se que una voz me hablaba, era la voz de un hombre, ¿esa voz?, yo la conozco, si, es el mismo chico que me chocó con su auto.

Lentamente desperté, al principio no podía definir su cara, miraba muy borroso todo, lo único que resaltaba en su cara eran sus ojos, esos ojos azules tan... Tan lindos, si me preguntan a mi, diré que no son reales, es que nadie puede tener unos ojos tan hermosos como él, si alguien mas me estuviese contando sobre esos ojos juro que no le creería.

- ¿estás bien?, por favor dime que lo estas - pedía el muchacho cuyo nombre no se.

- creo... Creo que si lo estoy... Solo me duele un poco la cabeza - le contesté, a decir verdad si me dolía mucho la cabeza, pero no quería preocuparlo más.

- lo siento, discúlpame, te juro que no fue mi intención chocarte con el auto, es que todo pasó tan rápido... No se como... - no terminó de hablar porque yo lo interrumpí :

- si, te disculpo, no te estreses - ¡por Dios!, sentía que si no lo interrumpía no pararía nunca de hablar, de por si mi jaqueca empeoraba cada vez que escuchaba su voz.

- ok, me alegra que estés bien - me dijo dedicándome una cálida sonrisa, ¡tiene los labios más hermosos del mundo!.

Luego de eso, el muchacho ese se fue de l habitación donde estaba, según los doctores no fue un golpe muy fuerte, así que me dieron de alta por la tarde.

Estaba con él afuera del hospital, me tenía tomada de la mano según él no quería que me diera mareo y me cayera, ¡qué sobre protector es!, pero eso me gusta, y su mano, que suave, ¿será que nunca a trabajado? - por favor no me sueltes nunca - susurré sin darme cuenta alguna.

- ¿disculpa? - mencionó confundido, y yo, YO PEDÍA A DIOS QUE NO ME HUBIESE ENTENDIDO, ¡qué bruta soy!.

- no, nada, nada - dije poniendo una sonrisa tonta, pero a decir verdad, es la primera vez en mucho tiempo que sonrío y no por fuerza.

Es curioso, de un dolor a una sonrisa, y eso que tuvieron que casi matarme para poder sonreír por primera vez.

- ¿y dime... Cómo te llamas? - preguntó, ¡hasta que al fin!.

-soy Pan, ¿y tú cómo te llamas? - le devolví la pregunta.

- yo me llamo Trunks, y dime Pan, ¿a dónde te llevo, a tu casa o donde cualquier familiar? - me preguntó y yo me quedé en blanco. No sabía donde ir, a casa de Videl de seguro no vuelvo, prefiero vivir en la calle antes que regresar a ese lugar, tengo que hacer algo, ¡Dios, ayúdame, tengo que improvisar!.

- yo... Yo no tengo donde ir - ¡que improvisación más genial!.

- pero... Ibas saliendo de una casa cuando te choqué, ¿a caso la estabas robando? - preguntó con los ojos muy abiertos.

- ¿qué?, no, claro que no, es que... Es muy difícil de explicar, además no quiero recordarlo todo... - agaché la cabeza, no quería verlo a los ojos por primera vez, una lágrima cayó de un ojo mío, pero no duró mucho ahí y que rápidamente la limpié.

- ¡oh no, vamos, no te angusties, ya me podrás contar, por ahora vamos a mi casa! - levantó mi mentón con sus dos manos.

- ¡gracias...! - fue lo único que pude mencionar.

Nos fuimos a su casa, no era muy grande, pero eso no me importa, era una casa de sencilla, con dos plantas pequeñas, pero muy ordenada, un hombre soltero normal no tendría una casa tan ordenada, a no ser que no lo sea, espero que si lo sea.

Comenzamos a hablar sobre él y yo, pero nada de cosas personales, cosas insignificantes, pero poco a poco con más confianza, hasta que me digne a preguntarle algo que me intrigaba desde el principio :

- ¿y tú eres casado, o tienes novia? - espero que me diga que está soltero.

- pues... No, no tengo novia ni estoy casado - mencionó con simpleza.

«hoy me lo violo» pensé

- ¿eso quiere decir que estás soltero - pregunté mientras sentía que mis ojitos de princesa brillaban como nunca antes.

- yo nunca dije eso - recalcó sonriendo divertido.

- ¿entonces? - interrogué confundida, créanme, si lo estaba.

- te dije que que no tenía novia ni estaba casado, tengo novio Pan - confesó con toda naturalidad.

Yo, yo y mis ilusiones nos fuimos a un agujero, un abismo donde caemos sin tocar el suelo.

- ¿t-tienes novio?, que suerte él - dije con titubeos, este muñeco se echó a perder, ojalá fuese yo un hombre para estar con el él.

- no solo él tiene suerte, también yo - mencionó con una sonrisa muy pero muy linda, en ese instante se escuchó el «Ding Dong» de timbre - espera un segundo ya regreso - mencionó y de fue a abrir la puerta y yo solo esperé - amor, que bueno que regresaste - mencionaba Trunks con alegría desde la puerta - Pan te presento a mi novio, Pan él es Goten, Goten ella es Pan - mencionó y yo abrí los ojos como platos, ese chico, era igual a mi padre...

_____________________________________________
_____________________________________________

Continuará...


El chico de la ventanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora