El único

812 107 80
                                    

«Te ves tan hermosa cuando estás despierta... Solo imagínate al estar dormida, tú belleza no de compara con nada... Mi ángel»

Decía en aquel trocito de papel que encontré en la mesita de noche de mi habitación, a decir verdad estaba impactada y roja a la vez... Pensar solo que me están observando mientras duermo... Tengo pavor de salir violada; sin darme cuenta seré una madre, pero lo peor es que ni siquiera sabré quien es el padre...

(•••)

Después de estar maquinando unos minutos por aquella atrevida nota me levanté; bañarme fue lo primero que hice al estar de pie luego de mi relajante noche.

No quería estar encerrada dentro de esas cuatro paredes de aquel pequeño apartamento, osea... Soy guapa, saldré a buscar hombre... Bah, es broma, saldré a tomar o comer algo a la calle. Salí de mi apartamento y me dirigí primero a una heladería comer un helado, aprovechando que frente a esta estaba un pequeño parque me fui a sentar un momento allí, sonreía al ver a los niños corretear por todas partes, eso me recordaba la terrible infancia que tuve, es más, no puedo decir «infancia» porque en realidad nunca tuve una, al menos una digna... Una que una niña se pudiese merecer.

Muy cerca de donde yo estaba se encontraba dos niños peleando, el niño la había votado de su columpio para sentarse él, la niña, como somos todas las mujeres de lloronas armó un drama frente a él haciendo que todos la voltearan a ver, reía a mi adentros, el niño con cara de susto de fue corriendo del lugar y la pequeña nena lo persiguió queriendo darle con su pequeño zapato...

El niño reía con temor mientras la niñita iba tras de él, un chico muy apuesto de cabello largo y negro detuvo a la niña y comenzó a hacerle sus cabellos detrás de las orejas, como por arte de magia la niña se calmó, después de eso el muchacho besó su frente con mucho cariño... Se notaba que la quería...

El joven se acercó a donde estaba yo y se sentó a mi lado... No prestatención a su acción, me dediqué a seguir viendo a los niños esos, esta vez albos jugaban amigablemente, es curioso como los niños en un momento pelean y en un segundo ya están contentos denuevo; mientras, nosotros los adultos hacemos un show por todo, vamos a la policía a denunciar a una mosca por pararse en nuestra sopa... ¡Qué ridiculos somos!.

- ¿Pan? - una voz interrumpió mis pensamientos.

- ¿Si? - pregunté mirándolo al rostro... O estaba loca, o ese tipo se me hacía algo conocido.

- ¿No me recuerdas?, Soy yo, Kurota, era compañero tuyo en la secundaria - refrescaba mi memoria.

Ahora que lo dice, si tiene razón, pero cuando lo conocí no estaba así, era el típico niño aislado igual a mi, en ese entonces tenía un aspecto... Nerd, pero ahora, ahora se veía tan... Tan... Rico, tenía un rostro tan definido y unos labios que... ¡Por Dios!, quería morder esos labios tan carnosos y rosados, pero traté de disimular mis ganas de comérmelo.

- Kurota... Estás tan... Tan... - me mordí el labio inferior - cambiado - le dije mirándolo de arriba hacia abajo...

- También tu Pan, te ves más guapa ahora, los años te han asentado muy bien - me dijo con una sonrisa que mataba a barbies.

- ¿Me estás llamando anciana? - hice un puchero fingido.

- No, no, claro que no, me refería a que te ves más bella ahora que cuando estabas en la secundaria, no es que diga que eras fea, nada de eso... Es que antes no eras tan sociable como ahora... Pero me gustas más así como eres ahora - me dijo así todo rojo igual a mi... ¡Oh por Dios!, este chico hermoso dijo que le gustaba... No me lo creo.

- ¡Gracias Kurota!, créeme que tu si que has cambiado ¿eh?, pero ya no hablemos de eso... Mejor cuéntame de tu vida - le dije cambiando de tema.

Nos pasamos la tarde juntos hablando sobre nosotros, la verdad su vida no era la octava maravilla del mundo, pero la mía tampoco, así que nos entendíamos muy bien, se llegó la noche, perdimos la noción del tiempo hablando uno del otro... Era la primera vez en mucho tiempo que hablaba con alguien con tal libertad...

Eran como eso de las 15:30 y nosotros seguíamos hablando de nosotros, me sentía tan en confianza con ese chico tan guapo...

Cuando estábamos en secundaria era con el único que medio hablaba en los recreos, fue el único que medio comprendía mi dolor y también las ojeras que llevaba casi a diario...

Hubo un instante en el que ya no encontramos nada de que hablar y nos quedamos en silencio... Todo fue tan incomodo, yo, por mi parte, sudaba, mis manos estaban lisas y mi rostro lleno de sudor... Era tan, pero tan asqueroso...

Nos mirábamos el uno con el otro sin decir nada... Por obra de no se de quien o de que... No acercamos poco a poco, tanto que era casi imposible sentir que nuestros cuerpos se movían... Pero lo hacíamos.... Estaba a escasos centímetros de tocar sus bellos labios con los míos, su respiración estaba en mi nariz... Su cabello caía cerca de mi mejillas y su olor embriagador a hombre se incorporaba en mis fosas nasales haciendo que lo deseara con más intensidad...

- ¿Qué estás haciendo Pan? - dijeron con voz grave y seca.

Como la vida no es justa para mi, alguien tenia que ir de metido a interrumpir mi momento, nuestro momento, mi primero beso...

_____________________________________________
_____________________________________________

Continuará...

¡HOLA CHIC@S!

*Todo mundo te tira bolitas de papel y tomates*

Bueno quería decirles que... Lamento no haber actualizado antes... Es que ESAS MALDITAS CLASES ME DAÑAN LA VIDA... *se tira a llorar como niño desconsolado*

Buenos hasta el próximo capítulo...
- Bye.
- Besotes.


El chico de la ventanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora