Un amor tan cálido como el hielo - Hansoff - Frozen

Capítulo 14 - En busca de motivos...

[] Hans...[]

No había pasado mucho tiempo desde que la noticia de que Kristoff se iría llegó, bueno, en realidad pasó bastante tiempo hasta que se enteró y fue precisamente por Ana quien luego de que la conversación que habían tenido los involucrados en las bodas acabase.

Ella se acercó y le tomó del hombro haciéndole mirar atrás un poco, al girarse Hans ella apenas le sonrió como cuando alguien te da un pésame, sin embargo, no entendía bien aún quién era el difunto, fue luego de recibir la noticia que su cuerpo pareció pesado y se dio cuenta que en realidad el difunto parecía ser el amor en su vida, ¿Cursi?, quisiera verles con una esperanza de libertad para redimirte de acciones pasadas y correr tras el amor de tu vida, aunque, cuando te das cuenta este en realidad se fue, se alejó de ti porque en realidad ya no siente nada o no quiere sentir nada por ti... ¿Qué hacer?...

- ¿Es todo?...- Preguntó un confuso y abatido Hans que al parecer comenzaba a sufrir nuevamente dolores de cabeza con cada cosa relacionada con Kristoff, no estaba en su derecho de exigir nada pero se lamentaba lo cabeza dura que podía ser el rubio, quiere arreglar las cosas, no importa si no están juntos puede tolerarlo por la felicidad de este sin problemas aunque le duela, ya hace bastante que dejó de importarle que duela a costa de hacer feliz al rubio, abandonaría toda dignidad de ser posible sólo por la felicidad de este, tenía que buscarlo o al menos eso pasaba por su cabeza en ese momento.

"No quiero abandonarte, no quiero estar en otra parte, no quiero alejarte, ni mucho menos asustarte. No quiero ser nadie más, no quiero nada más, quiero estar en donde estás, en donde estás tú. Tú. Sentir el fuego que sientes tú..."

[] Kristoff y Sven...[]

"Esta soledad que me va consumiendo lento y que de puntillas llega de la mano de todos mis miedos. Mientras me escondo en mis sueños siempre hay un momento en que no puedo escapar y aunque quiera salir corriendo no puedo dejarlos atrás..."

-Sven, ya habíamos hablado de esto, no voy a volver a los brazos de Hans...- Y allí se encontraba un irritado Kristoff intentando convencer a su reno y mejor amigo que en realidad volver a Hans no era una buena idea, no luego de saber cómo funcionaban las cosas. Hans sabía lo que Ana y Elsa tenían, nunca le dijo nada y para más remate ni siquiera lo insinuó ¿Cómo podía confiar en él? Seguro solo estaba asegurando su trasero para la corona, eso era lo que él quería, el maldito título, el maldito porte de un rey y lo tendría, sí, solo así. No tenía nada que hacer él en su vida solo era... un simple vendedor de hielo.

El reno en ese momento se detuvo en seco para tirar al rubio con la cuerda que amarraba las cosas al trineo. Era todo, Sven también tenía un límite a lo que sus orejas escuchaban de parte del rubio y allí comenzó una discusión de miradas entre Kristoff y el reno. Cualquiera que los viera pensarían que sólo se estaban mirando disgustados pero tras esas miradas había una larga conversación pendiente.

- ¡Sven! No abogues por él ¿Qué te pasa eh? ¿Desde cuándo abogas tanto por él? ¡Se supone que nos hizo daño, se fue con esa maldita cara de niño bonito a lastimar a Ana y me lastimó a mí de paso! ¡Sólo quiere poder! ¿Acaso no te importa lo que yo sienta? ...¡No importa cuanto pueda amarlo, él ni siquiera sabe lo que quiere! ... No me discutas, yo si sé lo que quiera ¿Sabes?...

Y como si la mirada de Sven fuese una interrogación a lo último dicho el rubio bajó la voz, incluso miró el piso y terminó por sentarse en un bloque de hielo, sí, ya casi llegaba a casa con su fiel amigo, el viaje había comenzado en la mañana para ya jamás volver al centro de Arendelle.

- Yo... yo sólo quiero olvidar lo que siento Sven, quiero que deje de molestar, que deje de doler y que por fin pueda mirarlo sin recordar el pasado ¿Sabes?... No sé exactamente como esto pudo llegar a ser así, ni siquiera fue tanto el tiempo que pasamos pero... recordar la forma en la que me miraba, la forma en que sus ojos bailaban cuando reía por alguna idiotez, ver sus gestos cuando hablábamos, su cuerpo arder de esa forma sólo por ser tocado por mí... yo..-