Cap 3 - "¡Oh dios! ¡El Hielo!..."

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"Y que no hayas visto que amarte era lo que intentaba hacer..." 

[...] Recuerdos [...] 

¡Oh dios! el Hielo!...se arruinó por completo...! -decía el rubio mientras se arreglaba el gorro e intentaba salvar un poco al menos de lo que vendería...claro, si eso se lograba vender de alguna forma. Se giró a ver al responsable que aún se encontraba allí de pie y con un semblante ligeramente preocupado- 

Oye, ¿está todo bien? -dijo con tono suave, con la intención de calmar al rubio, era más grande que él y lo que menos quería era ser golpeado unos días antes de la coronación- 

¿TODO BIEN? ¿ENSERIO LO CREES? -decía este mientras volvía a amarrar lo que quedaba del trabajo de su mañana completa- Perfecto, ahora tendré que ofrecer "Trozos de hielo" porque alguien no se fija por donde va... ¿o no princesito?...

Sinceramente; no creo que puedas vender eso...-espetó el pelirrojo mientras se acercaba e intentaba ayudarle- 

Hey, no...no te preocupes, podrías ensuciarte los guantes...-dijo con sarcasmo mientras llamaba a Sven que se había ido a hacer vida social con el caballo de aquel individuo. Cual perro el reno llegó a su lado y se quedó allí- 

-Hans solo enarcó una de sus cejas y se acercó más- Deja que al menos te ayude, lo importante es sacar esto de la calle, alguien podría caerse por esto...Pagaré los daños...

¿qué tu qué? ¿Sabes cuanto hay en hielo aquí?; Ah, pero si eres de la realeza no te costará todo lo que a mi...¿verdad? 

Oye, no seas insolente, no estoy desvalorizando tu trabajo, todo lo contrario, deseo pagar por los daños...ha sido culpa de Sitrón y mía, es lo justo...

Ven Sven, vamonos ya...-el Reno quedó mirando al Joven pelirrojo quien solo subió los hombros con duda. Aún no sabía el monto que debía pagar y por lo visto el joven rubio no quería nada de su parte. - 

Hey, pero enserio yo voy a...-y fue cuando el reno y el rubio comenzaron a caminar por lo que quedaba de cuadra- ¿Esto es enserio? -dijo con una mueca; había despreciado su ayuda, su dinero aún cuando se había quejado de que todo estaba arruinado- Pero que testarudo...-comentó mientras subía a la silla de montar y su caballo trotaba tras el trineo- 

Fue un largo camino hasta que por fin el rubio se detuvo y fue hasta donde el pelirrojo que aún se encontraba en su caballo- ¡Hey! ¿y ahora qué quieres? -preguntó mientras se cruzaba de brazos y le miraba ahora con más atención

Lo mismo que hace un momento, quiero el hielo que haz tirado. No me agrada causar este tipo de problemas y por eso quiero que...-otra vez fue interrumpido-

Tú quédate tranquilo, este hielo ya no sirve, así que...ahórrate la compasión y vuelve a donde quiera que hayas salido... -le dio la espalda y por poco entra a lo que parecía ser su casa- 

Lamento el parecer un acosador; pero enserio, lamento lo que pasó y quiero pagártelo, no es una ayuda. Es un negocio y como tal, deseo que me vendas ese hielo que haz tirado en la mañana... -Frunció un poco el ceño- 

Que no~ 

Por favor...

De todas formas no te sirve...

Eso lo decidiré yo...

Bah...tú no sabes nada sobre hielo...

tú si, ¿por eso lo tirarás?. Creo que no eres muy inteligente según lo que veo...

tú no critiques mi intelecto...

Entonces tú no critiques el mío... -Desafió el pelirrojo bajándose del caballo- 

-El rubio resopló con cansancio y terminó por aceptar la oferta del príncipe. De alguna forma era más fácil darle en el gusto, esa gente mimada solo podía vivir de esa forma- 

[...] Vuelta del Recuerdo [...] 

"Es tan difícil lidiar con el dolor de perderte en donde sea que vaya...pero lo estoy haciendo..." 

¡El puerto de Arendelle! -Gritó uno de los marineros a cargo del barco. Despertando a Hans se sus recuerdos. Allí estaba, otra vez en Arendelle, respiró como si tratase de juntar Valentía para bajar del barco. Enseguida los guardias lo recibieron y parte de la gente que le detestaba también, lo abuchearon, algunos se atrevieron a lanzar cosas pero enseguida fueron controlados. Hans solo pudo mantener la vista en el suelo, pero cuando la alzó lo vio de inmediato, como si sus ojos lo estuviesen buscando desde que llegó allí. Aunque el rostro de Kristoff no le alegró demasiado ¿qué esperaba?, después de lo ocurrido, ni su madre se alegraba de verle. 

[...] Con Kristoff [...]

¿Es cierto lo que vi? -preguntó este mientras entraba en uno de los salones en donde estaban Elsa y Anna- Ah, lo lamento su majestad, pero ¿El príncipe Hans está de regreso?...

E: No como invitado claro está; Trabajará para pagar su deuda con Arendelle, si llegase a intentar algo... será fusilado. Ordenes de sus hermanos mayores... -Espetó la de cabellos casi blancos mientras tomaba las manos de su hermana- 

Supongo que...sus hermanos han querido que de su condena se haga algo productivo ¿no? -espetó la castaña con un cierto deje de duda- 

-El rubio solo quedó con la boca abierta, por alguna razón su pecho latía tan fuerte y tenía unos deseos de golpear al susodicho tan grandes pero lo resistió por el simple hecho de ser él quien cuidaba las celdas de hace algún tiempo- 

"Es tan difícil forzar una sonrisa cuando veo a nuestros amigos y yo estoy solo..."

Un amor tan cálido como el hielo - Hansoff - FrozenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora