¿A Dónde iremos a parar? - Capítulo 11

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"Me cansé de echarte de menos durmiendo en la misma cama separados por el hielo, de hacer la compra en la farmacia, sonreirle a la desgracia boxeando con los celos. Es que no puedo estar así, las manecillas del reloj son el demonio que me tiene hablando solo..."



[Kristoff]


Se encontraba recostado en la cama que compartía con Ana desde ya hace varios meses, la pelirroja dormía en el otro lado de la cama plácidamente mientras Kristoff pensaba todo lo que a su entorno estaba sucediendo, tenía dudas aún de todo. ¿Qué era lo que Hans tan desesperadamente intentaba decirle? Le había sugerido que lo olvidara porque nada iba a cambiar, pero tenía que admitir que mucha intriga le daba.


Aún no podía engañarse a sí mismo de no sentir nada por el pelirrojo, lo amaba, deseaba y estaba perdidamente desesperado por sentirle cerca, sentirle suyo y de nadie más, cosa que prontamente no podría desear pues el contrario se casaría con Elsa.


Se giró para abrazar a Ana en la búsqueda de consuelo, aquella se acomodó con una sonrisa ligera en su sonrisa pero vacía por alguna razón, abrió los ojos y observó el vacío camuflado entre ambos en silencio. Eso ya no estaba funcionando, al parecer ninguno de los dos estaba satisfecho por como estaban las cosas y por primera vez se sentían similares.


[Ana]


Tal vez desde algún tiempo notaba raro a Kristoff pero eso ya casi no le preocupaba, sabía perfectamente la razón por la que su grandulón estaba distante, distraído y tan frío como nunca antes. Lo había descubierto tras encontrar una de las tantas cartas que suponía que Kristoff tenía con Hans.

Al principio le había dolido enormemente que el rubio le ocultase algo como eso, es decir, ella también le ocultaba una verdad enorme pero había renunciado a ella cuando notó que para Elsa no significaba mucho el que se casase con el rubio pues había fijado casi de inmediato la fecha de bodas para ella misma con el pelirrojo de las islas del sur.


Su peor error fue haberse enamorado de su hermana, eso era lo único que tenía claro. En un principio el rubio con su afecto pudo borrarle esos pensamientos, levantar su ánimo y volverle alguien más alegre, pero ahora, ahora sólo se sentía mal por hacer sentir de esa forma tan vacía a Kristoff como para que llegue a mentirle para estar con Hans. Aún así, no se atrevía a decirle la verdad al rubio, ¿Cómo se la diría en primer lugar? ¿"Lo siento Kristoff pero me gusta Elsa, si, mi hermana y por eso te doy la libertad para irte con Hans, el que por cierto es Prometido de mi hermana"? Las cosas no eran tan fáciles para ella.


[Hans]


" Yo te prometo que yo seré quien cuide tus sueños y cuando tú estés despierto el que te ayude a tenerlos. Yo te prometo una luna desnuda que sea testigo de nuestra locura, que al final de nuestros días nos va a sobrar una sombra que no cortaré más flores sólo por adornar otras, que cunfundirás tus manos con las mías. Y te prometo amor que eres lo más bonito que he visto en mí vida. Yo podría prometerte el mundo, tú prometeme una madrugada..."


Nunca podría perdonarse estropear un matrimonio de dos personas que se amen, pero no era el caso. Tras hablar con Elsa le había quedado claro que Ana estaba enamorada de ella, al menos así lo había concluído pues era testigo de las fugitivas visitas de Ana a la alcoba de la reina. Era entonces por esa razón que Elsa le buscó a él, ¿Asegurarse de que Kristoff estuviese con él mientras ella se enrredaba con su hermana?. Quizás, tenía una oportunidad en todo esto, pero Kristoff era quien debía enterarse de esto antes que nada...Tal vez tuviese así una oportunidad.


——-Dos días después——


[Kristoff]


" Yo no pongo la mano en el fuego ni por mí mismo, no comprendo como funciona mi mecanismo, aveces tengo ganas de reir y sin darme cuenta me pongo a llorar. Si se me levanta el dolor de cabeza en vez de una aspirina una cerveza, si veo en la ventana que salió la luna en vez de irme a la cama una vacuna de soledad y locura.."


Kristoff se había levantado temprano aquella mañana, el día de ayer no había visto a Hans por el castillo, tampoco a Ana ni a Elsa por lo que supuso que tal vez las hermanas habían obligado a Hans a ir con ella a algún asunto de la corona. Él por su lado se había quedado en el castillo, estaba viendo como Sven corría a buscar cada zanahoria que él le lanzaba, estaba intranquilo y por alguna razón no podía pensar con claridad, quería saber porqué la pelirroja de pronto ya no mostraba ningún interés en mantener la relación cálida como siempre, también por qué Elsa cada vez le daba saludos más fríos y porqué Hans intentaba huir cuando le veía, ¿Le estaban aislando? o tal vez... era él quien deseaba estar solo por que no amaba a Ana como mujer si no como amiga, tampoco podía ver a la cara a Elsa por lastimar a su hermana y huía de Hans por todo lo que había pasado entre ellos, todo el daño que había ocasionado el rencor por él.


Esto tenía que terminar en algún minuto, ya no quería nada más en cuanto a presiones sentimentales, lo que tenía que hacer ahora era hablar con Ana para acabar con la farsa, luego con Elsa para disculparse por todo y luego con Hans para sacarlo de una vez por todas de su vida.


Volvería a la casa que le había visto crecer junto con Sven y tal vez si quería venir Olaf.


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Hola! sé que los he echo esperar mucho por algo tan precario como esto, pero tengo algo que informarles! vendré todos los días a escribir, espero hoy después del trabajo dar otro capítulo a esta historia! Gracias a los que siguen leyendo esta historia luego de casi 8 meses de inactividad!


Les quiero :'3



Un amor tan cálido como el hielo - Hansoff - FrozenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora