cap 9 - ¿Celos?

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" Eres tan duro, como la piedra de mi mechero. Me asaltan dudas de si te quiero, eres tan fría, ay como el agua, que baja libre de la montaña. Y no lo entiendo, fue tan efímero el caminar de tu dedo en mi espalda dibujando un corazón..."

[...] Hans [...]

No veo motivo por el cual atormentarme, Kristoff se casará, además...-desvía la mirada al recordar la mirada que traía el joven cuando se vieron hace un par de días. En esos, no se habían topado ni siquiera la sombra, era de alguna forma algo reconfortante, eso hasta que le vio aparecer una parte de los pasillos. Aquel se detuvo un momento- 

¿Qué te importa ti si me caso o no? -Espetó el rubio que alparecer solo la última parte había escuchado. Se cruzó de brazos frente a él con autoridad, aún estaba molesto y era evidente- 

-no supo que decir, pero allí estaba su esquiva respuesta- No veo porque te importe mi parecer...-Hizo el ademan de seguir caminando y querer pasar por su lado, pero fue detenido y enviado de lleno a la pared, siendo acorralado. Su expresión de horror y tristeza era una mezcla entre ambos sentimientos, deseaba con todo lo que tenía que Kristoff volviese a mirarlo con amor, con esos ojos miel que podían llenar de gozo aún en la misma miseria, pero esos ojos no estaban. Los que estaban le aterraban, ese odio cargado en estos, ese deseo violento de no dejarle respirar más. ¡Demonios! estaban en el castillo, no podía... no podía simplemente evitar caer en sus brazos- 

¿En qué demonios estás pensando? -Alzó un poco la voz el rubio, cuando se dio cuenta en donde estaban solo la bajó un poco, pero no se retiró de donde estaba- No sé que te traes entre manos, pero ¿cómo haz conseguido enamorar a la Reina?, ¿Qué pretendes?...-Era evitende que estaba molesto, le odiaba, quería romperle la cara, muchas cosas más se veían en esos ojos que no eran...los que conocía-

-El pelirrojo solo le miraba con confusión, frunció el ceño mientras lo recordaba y terminó por bajar los hombros y casi caer por la pared. ¿Ya lo sabia?, ¿Kristoff sabía de esa farsa de la Reina?. Demonios, ¿qué haría ahora?. - Kris...toff...-el hilo de voz que le salió fue simplemente suficiente para que el rubio cambiase la expresión por una menos ruda. El Pelirrojo temblaba, pero aún así sacó fuerza de donde no tenía y apretó los puños, sus ojos amenazaban con quebrarse allí mismo como un cristal transparente- 

"Me consumo como una vela, no quiero nadie a mi alrededor, que le salpique esta puta mierda que algunos llaman amor, recuerdo bien nuestra última cita porque no fuimos ni tu ni yo, yo tenía miedo a que tú no fueras y tu tenías miedo a que fuera yo."

¿Te molesta? -dijo el pelirrojo subiendo la mirada, si, estaba llorando justo ahora, pero sus ojos no demostraban algo que fuese diferente al desprecio- Te casarás también ¿no?, ¿tanto te molesta que yo lo haga?. Si mal no recuerdo, hace unas noches atrás cortaste toda relación conmigo, pues...yo haré lo mismo, no voy a esperarte más, sé bien lo que hice y si en algún momento me arrepentí fue por lo que pasó entre nosotros, lo que perdí por mi egoísmo, pero veo que a ti no te afectó tanto... "Príncipe de Arendelle". -Frunció el entrecejo vacilando aún más- Con tu permiso, me retiro...- Una vez más quiso intentar pasar por su lado y retirarse pero alli estaban la maldita fuerza bruta del rubio. Le tomó del brazo, empujó la puerta de un lugar no muy visitado y le tiró contra el interior de esta. Hans cayó al piso y le observó desde allí. 

No, no me importa que te pase. Tú mataste todo lo que alguna vez hubo entre nosotros...¿no me afectó tanto dices?, tu no lo viste, tú no viste nada. Si me aferré a la vida que voy a formar con Anna es simplemente porque es una buena chica, me quiere y puedo llegar a dormir a diario con ella....

¡Y porqué vuelves a mi! -alzó la voz el pelirrojo mientras bajaba la cabeza- Sería mejor que no me miraras, que me evitaras o simplemente no te importara. Ve a dormir con ella, vete de una buena vez!... 

-El rubio aún más enojado se acercó al príncipe de las islas del sur para tomarle por el cabello con brusquedad y pegarle la cabeza al piso. Se agachó y tomó su cintura, alzándola mientras intentaba bajar las prendas inferiores del contrario. Le tenía sometido contra el piso, no podía simplemente escapar- 

[...] Kristoff [...]

"No he vuelto a saber de ti y este invierno es frío y el agua de mi cuerpo se está haciendo hielo y es que el noventa por ciento de mi se fue con tu cuerpo y antes de que mi corazón se cambie de color te quiero decir: Mi corazón se agota como el taco de tu bota, de contar con los dedos de una mano los "te quiero" , que me arranquen la vida si me devuelven tu corazón, pero hoy no sé quien soy..."

Salvaje, animal, descarado, imbécil. Podría ser de todo ahora, pero su cuerpo realmente se sentía bien entrando de una estocada en el cuerpo del pelirrojo. No podía llamarse amor a todo esto, solo era placer carnal, nada más. Era volver una y otra vez a lo mismo, una locura que le nervaba el cuerpo, lo excitaba y debía volver a poseerlo todas las veces que fuesen necesarios-

Intentaba cubrirle la boca para callarle los gemidos de dolor, los jadeos de desconformidad y algunos gimoteos de todo lo anterior junto: Dolor, le estaba causando dolor y aunque él no fuese así justo en ese momento no le importaba una mierda si esto tenía consecuencias. 

[...] Hans [...] 

"Te busco en cada amanecer y solo encuentro pena, la que llevo por dentro y me habla de tu vida, en la que te siente todavía aquí, mi cuerpo envenena y por esto esta canción hable de los dos..."

B-Basta, ah ~ Kri-stoff...Aléjate de mi...-Jadeaba y gemía mientras podía sentir como el pañuelo que utilizaba en su cuello era el que sostenía sus manos amarradas en su espalda, mientras que las fuertes manos del rubio sostenían sus caderas y las obligaban a moverse en rápidas y profundas embestidas. Era una droga, no quería resistirse a ello, pero estaba mal, ¡Demonios que estaba mal!. 

Sus lagrimas no se contenían, sus ojos demostraban terror a que alguien los encontrase, no podía arriesgar al rubio por todo esto. 

[...] Kristoff [...]

"Pido al cierlo que sepa comprender estos ataques de celos que me entran si yo no te vuelvo a ver. Le pido a la luna que alumbre tu vida, la mía hace ya tiempo que hace fundida, con lo que me cuesta querer solo al rato mejor no te quiero será más barato, cansado de ser el triste violinista que está en tu tejado..."

Ah~~ -Un ronco, profundo y ahogado gemido abandonó sus labios al momento en que llenaba una vez más al pelirrojo en su interior por completo, salió de a poco de este. Demonios que lo había hecho de nuevo, y aunque no se lo creyeran, se arrepentía. Abrazó al contrario que yacía tendido sobre la alfombra, agitado, con los ojos lagrimeantes y perdidos en algún lugar del piso, su pecho subía y bajaba con tal intensidad que en cualquier momento colapsaría. Eso preocupó al Rubio, pero no podía mostrarse arrepentido de lo que había hecho, no podía mostrarse débil o suceptible ante esa maligna mente del contrario. Se levanto y le desató, tiró el pañuelo a un lado del cuerpo sudoroso del príncipe, subió su ropa interior (La propia) y sus pantalones para arreglarlos y luego salió del lugar, no sin antes contemplar a un débil y callado Hans que se levantaba para hacer lo mismo, arreglarse e irse del lugar. Luego simplemente se fue, una ducha y trabajo le sacarían de la mente (o al menos eso esperaba) lo reciéntemente ocurrido- 

[...] Hans [...] 

" Mientras rebusco en tu basura, nos van creciendo los enanos de este circo que un dia montamos, pero no quepa duda, muy pronto estaré liberado porque el tiempo todo lo cura, porque un clavo saca a otro clavo. Siempre desafinado..."

Un amor tan cálido como el hielo - Hansoff - FrozenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora