¿Tu?

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¿El iba a besarme? ¿Acaso se siente tan solo que se liga a la primera que ve? ¿O es que hay una pequeña esperanza de que yo le guste? No, eso es imposible.
Miles de preguntas se aglomeraron en mi mente, no podía dejar de repetirse en mi cabeza aquel momento, una y otra vez, parecía una tortura.
Me sentía tan tonta y tan usada a la misma vez, no entendía el porque a mí, aparece este chico y revuelve toda mi vida. Yo sabía que era un idiota, mentiroso, patan, mal amigo, sexy, cabezota, espera un segundo, ¿sexy? ¿Eso a salido de mi boca? Oh Dios, tengo que enfocarme y olvidarme de el, no sin antes darle una lección, para que le quede muy claro que no soy parte de sus juegos.
Tenía que distraerme para dejar de torturarme, aún no acababa de comprender todo, y pensar tanto me estaba dejando echa un manojo de nervios.
Saque mis pijamas del armario, me las puse, me eche agua helada en la cara, provocando que quedara como un payaso, se me había olvidado que venía maquillada, el rímel junto con el delineador se corrieron por todas mis mejillas, me veía espantosa, limpie mi cara con una toalla, y me fui a dormir.

***

Al despertar la mañana siguiente, saque mi celular, Dios mío! Tenía 22 mensajes. Todos de Thomas.
Aunque centre mi atención en uno en específico:

"Hola Meg, quizá no respondas y lo entiendo, fue una noche extraña ¿no? Yo solo quería disculparme, eche a perder todo. No eh podido dejar de pensar en ti, espero me llames.
Thomas".

¿Acaso esto era una broma? ¿Pensar en mi? Era un mentiroso, primero me usa y luego pretende que me crea eso. Bastardo ¿ha que está jugando?
Pretenderé que no se a lo que se refiere, le haré creer que es mi amigo, y que me debe una semana de caprichos.

"Hola Thomas, ¿noche extraña? No se ah que te refieres, ah excepción de la parte en que me hiciste quedar cómo una tragona, ah propósito, ansío que sea lunes, gane la apuesta;)
Lindo día, Megara".

Enseguida me contesto:

"Creo que tenemos que hablar, ¿puedes hoy?".

¿Hablar? ¿Sobre qué?
¿Qué hago? Sea lo que sea, no quiero hablar.

"Lo siento, quede de verme con Marian, quizá otro día".

"Ok". Fue todo lo que obtuve como respuesta.

***

Concluí mi tarde viendo películas, comiendo pizza, y caramelos, me hacía falta una tarde tranquila, donde nadie pudiese molestarme, solo yo y mi cama, nadie más.
Aunque como bien dicen, todo momento bueno, acaba. Sonó el timbre de mi casa, dude si bajar a abrir o no, pero me decidí por bajar, quizá era Marian.
Al abrir la puerta me lleve una gran sorpresa. ¿Qué hacía aquí?

Holaaa! ¿Quién creen que llegó a visitar a Megara? Déjenme saber si les está gustando la novela.
Saludos!

Dangerous adolescence™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora