Mi amigo del twitter (Capítulo 8)

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Bueno, hoy es sábado y esta noche es la fiesta. Estoy al borde de un ataque de nervios, y tengo razones para ello. La primera razón es Saúl, mi pareja para la fiesta, yo pensaba que simplemente iríamos como amigos pero después de la conversación con Isa lo dudo. No sé por qué me preocupo tanto la verdad... ¿Qué tiene de malo que pase algo entre él y yo? ¿No es normal a nuestra edad? Seguramente le molestaría bastante a algunas chicas del instituto, se pondrían bastante celosas al saber que una chica de cuarto acaba con el chico más guapo de segundo de bachillerato, pero no es que sea un gran problema la verdad. Por eso no entiendo por qué estoy tan nerviosa. Ahora que lo pienso, puede que sea porque mi chico misterioso va a estar también allí... Pero que va, como voy a estar preocupada por eso, entre él y yo no hay nada ¡si ni siquiera sé quién es! Aunque a lo mejor no es eso... me he acostumbrado a hablar con él a diario sin  saber quién es, me había hecho a la idea de que nunca iba a saber su verdadera identidad. Desde hacía tiempo había dejado de buscarlo. Al principio me moría por saber quién era mi chico de ojos verdes, pero con el tiempo las ganas desaparecieron, se había convertido en costumbre hablar con él aunque no supiese quien se escondía detrás de la pantalla. Él sabía mucho sobre mi, me veía a diario en el instituto, además teníamos muchos amigos en común por lo que sabía y le habían hablado de mi aunque nunca ha querido contarme lo que le habían dicho. Y claro está, sabía todo lo que le contaba en nuestras interminables conversaciones, empezaban con un ''Buenos días'' y acababan con un ''Buenas noches'', nunca me aburro hablando con él. Yo sabía de él lo que me contaba, sus gustos, aficiones, pensamientos, miedos... no era poco la verdad. Al principio no me parecía suficiente, quería saber quién era costase lo que costase, nunca imaginé que sería tan difícil y finalmente acabé acostumbrándome a no saber su identidad. Pero puede que hoy eso cambiase, iba a estar en la fiesta e iba a ir solo para verme a mi.

Y esos no eran mis únicos problemas, no sabía qué ponerme para la fiesta. La fiesta tendrá lugar en la playa por lo que no me tendré que preocupar por los zapatos. Es una fiesta más bien informal pero sé que todas van a ir arregladas con sus vestidos, etc. No suelo ser de las que usan vestidos, siempre he dicho que unos shorts y una sudadera son el conjunto perfecto, pero hoy es un día especial por lo que habrá que llevar algo especial. Abro el armario y miro lo que hay, saco tres vestidos que no son exageradamente elegantes, dos faldas con sus respectivas camisetas y una falda pantalón turquesa. Qué pena que mi mejor amia no esté aquí para ayudarme... En momentos como estos me  alegro de tener a Isa, es una excelente consejera de moda, y también me alegro de que exista el whats app, su avión aterrizó hace un par de horas (lo sé porque desde que aterrizaron Isa no para de contarme todo lo que ve)  por lo que le enviaré fotos de los diferentes conjuntos. 

Al cabo de un par de horas nos decidimos por  la falda pantalón turquesa con una blusa blanca. Y el pelo... alisarlo no serviría para nada teniendo en cuenta que tengo el pelo largo y rizado por lo que me decido por dejarlo tal y como está, tan poco está tan mal, a la gente le suele gustar.

Decidido el conjunto solo falta esperar a que llegue la hora de la fiesta, son las 3 por lo que me queda tiempo, Saúl quedó en pasar a buscarme a las 9 y en ir caminando puesto que vivo en una casa al lado de la playa y allí hemos quedado con nuestro grupo habitual.

A las 8 empiezo a prepararme, quiero estar perfecta para estar a la altura de Saúl. Me ducho, me visto y me decido por un ligero maquillaje compuesto por un perfilador de ojos turquesa a juego con la falda pantalón (me encanta ese color porque resalta mis ojos). Cuando a las 9, puntual como siempre Saúl toca a la puerta estoy lista y me dispongo a bajar las escaleras a abrirle pero se me adelanta mi madre.

- Hola señora García -saluda él tímidamente-.

- Saúl, pasa, Luna ya está lista, bajará enseguida -oigo decir a mi madre-. Luna, ¡Saúl ya está aquí! -me grita-

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