Mi amigo del twitter (Capítulo 19)

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Los días pasan y Jake me evita, cuando intento cruzarme con su mirada la esquiva... Ya no sé qué hacer, pensar, no entiendo a este chico de verdad, es impredecible. Solo nos quedan 2 días aquí,  y luego, ¿Qué pasará cuando volvamos a casa? ¿Qué será de nosotros? Bueno, sí es que alguna vez hubo un "nosotros"... Ah, y se me olvidaba, ¿Qué le voy a decir a Saúl? ¿Y si Jake le ha contado algo? Miles de preguntas sin respuesta pasan por mi mente mientras me dirijo al colegio.

Esta será la última vez que recorra este camino, me da pena, le he ido cogiendo cariño, aunque a veces se me haga un poco largo. A un lado se puede ver la playa del Norte, con su arena blanca y sus suaves olas, a lo lejos se adivinan las siluetas de unos caballos. Es algo que personalmente me encanta de este país, se puede montar a caballo en la playa a determinadas horas, y por la tarde se suelen ver carreras de carros. Durante mi estancia aquí he visto unas cuantas de ellas, es como viajar al pasado por un momento. Al otro lado del camino se extienden kilómetros y kilómetros de campos  con alguna que otra vaca, caballo u otro animal, además, se ven pintorescas casitas dispersas por ellos. Las casas irlandesas no acostumbran a  tener más de dos pisos y suelen ser de colores suaves como el amarillo, beige... Son bastante modernas y destacan bastante por el lugar en el que están, en medio del campo.

Ya enfrente del colegio me paro a contemplar el imponente edificio, definitivamente echaré de menos todo esto... el verde de los campos, los castillos, las casitas, las playas de arena blanca, las puestas de sol, todo.

Las horas se pasan volando, entre los lloros, las despedidas de los que vuelven hoy a su país, un pequeño almuerzo con motivo del final de nuestra estancia aquí... Ahora que lo pienso, no he visto a Jake en todo el día, con tanto lío no había echado en falta su presencia. Me pregunto donde estará. Mientras tanto, Federica, una simpática italiana, se acerca para darme un abrazo de despedida mientras intenta contener las lágrimas. Es una chica realmente preciosa, morena con el pelo corto al estilo de Pink y además una buena amiga, en poco tiempo le he cogido mucho cariño. Está a punto de contagiarme las lágrimas con sus sollozos así que subo a una terraza que descubrí hace un par de semanas a despejarme un poco.

Desde aquí se ve casi todo el pueblo además de la playa, a día de hoy creo que debo de tener cientos de fotos de estas vistas, cada vez que vengo para estar un rato a solas no puedo resistirme a tomar unas cuantas. Me siento en el muro y me dedico a observar como los estudiantes salen y entran del edificio. Hace tan solo un mes era yo la que entraba por primera vez en el castillo. Es curioso lo rápido que transcurre el tiempo, y la cantidad de cosas que pueden pasar en tan solo un mes. Oigo el ruido de las visagras de la puerta que da al patio en el que me encuentro y  me doy la vuelta para ver quien ha acabado con mi pequeño y agradable momento de soledad. Sin poderlo evitar me quedo boquiabierta, es Jake. Qué oportuno, la última persona a la que me apetecía ver. Como no sé qué hacer me doy la vuelta restándole importancia, haciendo como si no me importara, aunque realmente si intentase hablar probablemente ni siquiera me saldrían las palabras. Estamos así un rato hasta que noto como se acerca y se sitúa junto a mí apoyando los brazos en el muro.

-Bonitas vistas -dice rompiendo el silencio de una vez por todas.

Me quedo callada en un primer momento y luego suelto un seco "ajá". Nos quedamos callados un rato más, como veo que no piensa darme ninguna explicación y  para evitar el incómodo silencio decido marcharme. Algo decepcionada y en parte enfadada por su indiferencia bajo del muro y me dirijo con paso rápido hacia la gran puerta de madera que da al interior del edificio pero noto sus manos alrededor de mi antebrazo.

-Espera por favor...-dice.

-Vaya, que sorpresa Jake -digo soltándome de su agarre-, creo que deberías cambiar tu técnica.  Es algo repetitiva y ya cansa ¿no crees? -le digo con una mueca.

Me doy la vuelta, abro la puerta y desaparezco a toda prisa por las escaleras en forma de espiral. Cuando llego abajo me alegro de no haber tropezado y caído,  hubiese sido muy ridículo la verdad, y más si el hubiese ido detrás de mi. No soporto a este chico,  me saca de quicio, me hace creer cosas que no son y yo como una tonta me ilusiono. Bueno, ¿y qué chica no lo haría si un chico como Jake se interesa por ella? -pienso-. Tengo la respuesta: una chica lista. Debería de haber sabido que el rubiales solo me traería problemas y angustias, de ahí viene su fama de rompecorazones. Ahora que veo las cosas más claras pienso que no tenía que haber dejado que pasase nada entre nosotros. Y lo peor no es eso, lleva todo este tiempo jugando conmigo como y cuando le apetece, y lo peor de todo es que me afecta más de lo que pensaba lo que Jake haga. Pero bueno, ya es un poco tarde para arrepentirse, solo queda olvidarlo, dejar de pensar en él. Ya me ha hecho suficiente daño.

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⏰ Última actualización: May 08, 2014 ⏰

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