Capítulo Quince

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Les traje una sorpresa...

Maratón 1/3


Harry bajó de la moto adormilado y dejó que el oji-azul le sacara el casco, acomodando sus rizos en el proceso. El rizado talló su ojo con la manga de su suéter mientras que en la otra mano sostenía al bebe como si de un peluche se tratara. Louis creyó morir de ternura.

-¿Quieres quedarte a dormir, Lou? -preguntó, sonriendo somnoliento. -Serán pocas horas de todos modos

-¿A tu madre no le molestará?

-No creo, ella es muy buena. Solo tuvo una mala primera impresión -dijo Harry, soltando una risita.

-Está bien, me quedaré -dijo, y así ambos entraron a la casa. Eran cerca de las cinco cuando ambos se acostaron, a una distancia considerable, en la amplia cama del rizado.

-¿Harry? -llamó Louis

-¿Hm? -preguntó adormilado

-¿Nick te hace daño? -susurró el castaño, notando pequeñas marcas y moretones en su rostro y brazos que seguramente en el día ocultaba con maquillaje.

-Sólo cuando soy malo -admitió el oji-verde, para luego caer dormido.

Louis sintió sus ojos picar por el llanto oprimido mientras que acariciaba con suavidad los rizos de su chico.

-Tu nunca serías malo, amor. Eres precioso, un ángel. -arrullaba Louis, para luego acercarse y dejar un beso en su frente. -Te quiero, te quiero tanto -susurró el castaño, atrayéndolo hacia si para acunarlo en su pecho.

A la mañana siguiente, Harry despertó con un calor extra del acostumbrado. No le era incómodo, en realidad, se sintió bien despertar con esa calidez. Mordió su labio con cierta culpabilidad al notar que se encontraba entre los brazos de Louis.

Nick lo mataría si se enteraba, pero se sentía incapaz de alejarse de tan magnífica vista. Las pestañas largas de Louis descansaban creando finas sombras en sus pómulos. Su ceño, eternamente fruncido, ahora se encontraba tranquilo mientras que de sus labios entreabiertos salia un suave ronquido. Era hermoso.

Con suavidad, acarició sus finos labios con la punta de sus dedos, estaban un tanto secos y agrietados, pero aún así se veían increíblemente apetitosos. Sus dedos ahora se movieron hacia su mejilla, repasando sus pómulos y luego su nariz. Era como si quisiera memorizar cada mínimo detalle de su rostro con las manos. Por último, sonrojado, paseó sus manos por la clavícula sobresaliente del castaño. ¿Era normal el deseo de marcarlo ahí que ahora tenía?

-Puedes tocar más abajo si eso quieres -la voz de recién despertado de Louis sobresaltó al rizado, el cual se sonrojó hasta el cuello.

-Me gustaría, sí -admitió en un susurro Harry.

Louis se incorporó de la cama lo suficiente como para sacar su playera, dejando al descubierto su torso manchado de tinta. Harry, boquiabierto por lo perfecto que lucia Louis así, se sentó a horcajadas sobre él, comenzando a acariciar cada centímetro de piel desnuda, admirando la textura de la piel acaramelada.

No había morbo, sólo era Harry disfrutando de la belleza de tan hermoso chico.

Louis alzó una mano, queriendo tocarlo también. Acarició su mejilla al tiempo que el rizado paseaba las manos por su abdomen. La piel de Harry parecía de porcelana.

-Eres hermoso, Harry -murmuró Louis, adorando el bello rostro sonrojado del rizado.

-Tu lo eres más -admitió Harry, repasando con los dedos el tatuaje en la clavícula del chico.

Parental Proyect (L.S-Z.P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora