Capítulo Seis

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La campana que indicaba la salida sonó, Louis no perdió el tiempo y salió de inmediato del salón. Quería orinar y el estúpido profesor de matemáticas no lo había dejado salir. Al entrar al baño, corrió al urinario y descargó su vejiga. 

Cuando estaba lavándose las manos escuchó un ligero sollozo proveniente de la ultima puerta. Pensó en irse de ahí, pero la curiosidad le picaba. Se acercó lentamente y se asomó por una pequeña rendija. 

—¿Harry? —preguntó, sorprendido y preocupado. 

—Vete de aquí —murmuró, sorbiendo la nariz.

—¿Qué pasa? ¿Estás herido? ¿Te duele algo? —preguntó, tratando de abrir la puerta, pero claro que estaba trabada. 

—Estoy bien, vete

—Abre la puerta, Harry —gruñó el castaño.

—¡No! —lloriqueó, abrazando más sus rodillas.

—¿No abrirás? Bien, yo entraré —dijo, el cubículo era lo suficientemente grande para escurrirse por debajo de la puerta. Cuando logró entrar, Harry lo miró con sus ojitos llorosos y un suave puchero en sus carnosos labios.—¿Qué pasa? —preguntó, examinando su rostro en busca de cualquier rasguño. Y lo encontró.

Su pómulo izquierdo estaba rojizo y ligeramente hinchado. 

—¿Quién fue, Harry? —gruñó Louis, sintiendo la ira recorrer su sangre. Nadie podía tocar a su chico. 

El rizado bajó la mirada, totalmente recio a hablar. —Harry...—advirtió el castaño, lo cual solo logró poner nervioso al rizado. ¿Él también lo golpearía? Louis notó el nerviosismo del oji-verde, así que se obligó a si mismo tranquilizarse. —No te haré dañó, mocoso. Yo nunca —susurró, posando delicadamente su mano sobre la enrojecida mejilla del niño. 

Harry se estremeció, pero no se apartó. Por alguna extraña razón el tacto del oji-azul calmaba el dolor. 

—¿Me dirás que pasó? —susurró Louis, buscando la mirada de Harry. El rizado negó. —Bueno... ¿Qué tal un helado? 

                                                                                  ****

Zayn caminaba de vuelta a casa. El realmente no quería ir, pero tenía que, si es que quería intentar arreglar su moto. Al dar vuelta en la esquina de su calle, vio el auto de su padre justo estacionado frente a su casa. El morocho jadeó, sorprendido, no esperaba que llegara hasta dentro de dos días como mínimo. Agachó la vista, hacia su pansa plástica envuelta en una playera que no era tan holgada. No podía volver a casa, no así, pero tampoco podría dejar a su madre y hermana solas con ese hombre. Mordió su labio inferior, debatiéndose entre ir o no.
  

Bien, iría. Pero antes tenía que conseguir algo mas holgado.

No podía pedirle ropa a Louis, tenía que ser alguien más grande que él. Gruñó al notar a quien era el único que podía llamar ahora. Sacó su celular y marcó.

¿Hola?

—Liam, soy yo. Necesito un favor -murmuró, aún parado en la misma esquina de los últimos 10 minutos.

¿Qué pasa? ¿Estás bien? —preguntó Liam, dejando oír un deje de preocupación en su voz. Mierda. ¿De cuando acá se preocupaban uno por el otro? ¡Se tienen que odiar!

—Si, solo necesito algo de tu ropa, por favor. Lo más holgado que tengas —habló, casi rogó Zayn. El castaño notó la desesperación en su voz. 

Bien, ¿donde estás? —preguntó, ya parado frente a su armario, buscando. Zayn le indicó donde, para luego cortar la llamada.

El castaño al fin encontró una sudadera bastante amplia y también un pantalón de chandal, no sabía que quería exactamente. ¿Debería llevarle unos zapatos?

Luego de pedir el auto de su madre prestado, condujo hacia donde Zayn le había indicado, encontrándolo sentado en la banqueta en una esquina mientras fumaba. Se miraba realmente nervioso.

Liam detuvo el auto frente a él. —Hey —saludó, mirándolo con cautela. Zayn alzó la vista, conectando sus miradas. Liam notó la ligera temblorina que recorría al morocho. 

—Dame la ropa —ordenó, tirando el cigarrillo a un lado para luego levantarse del suelo, tratando inmensamente ocultar las ganas que tenía de salir corriendo. Liam frunció el ceño, pero le entregó la ropa de inmediato. —Solo la sudadera —murmuró, devolviendole el pantalón. Se sacó su chamarra de cuero para poderse colocar la sudadera gris de Liam. 

El castaño sintió su corazón encogerse en ternura cuando vio a Zayn prácticamente nadando en su sudadera. 

—La devolveré después, gracias —murmuró Zayn, acomodando las correas de la mochila en su hombro. —Me tengo que ir ahora —dijo, mirando hacia al frente, hacia el auto negro estacionado frente a su casa. Claro, Liam no sabía que era ahí donde vivía.

—Esta bien, ¿Quieres que te lleve a casa? —preguntó Liam y el morocho rió ligeramente antes de retomar su camino, dejando atrás a un confundido castaño.

Zayn respiró profundamente antes de forzarse a entrar a casa. Y Liam se sintió estúpido por no saber que ahí era donde vivía. 

                                                                                      ****

Louis y Harry se encontraban sentados en una banca del mismo parque donde anteriormente había visto al de rizos con su novio. La piel de Harry aún estaba rojiza, pero la hinchazón se estaba yendo a medida que pasaban los minutos.

Cualquier persona que pasara frente a ellos, se reiría de lo realmente ridículos que se veían juntos. Un chico vestido de negro con tatuajes y piercings esparcidos por el cuerpo compartiendo un helado con un chico vestido con colores claros y una coronita de flores adornando sus rizos. 

Harry reía a carcajadas con las tonterías que decía Louis mientras que el castaño disfrutaba de ver a su chico reír. Esperen, ¿cuánto tiempo lleva Louis Tomlinson hablando sobre Harry como suyo? 

—¡Louis, juguemos! —habló Harry, apuntando hacia unos sube y baja cuando ya habían terminado su helado.

—Claro, vamos —Louis se levantó, caminando hacia ellos junto a un Harry dando brinquitos. 

Harry reía cada vez que Louis lo dejaba mucho tiempo arriba, haciendo querer al castaño sonreír por el resto de su vida. 


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Hola! Lamento la tardanza, pero aquí está. Mejor tarde que nunca(? ¡Muchas gracias por los 636 vistos y 86 votos! Me hacen muy feliz :') 


Parental Proyect (L.S-Z.P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora