Capitulo 44.

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Benicio: - se sacó el chupete - ma... Cuántos años tiene la luna? -estábamos los dos acostados en el patio tomando un poco de aire -
Lali: muchos años, Beni - me miró no muy convencido con mi respuesta - mañana empezas el colegio vas a dejar el chupete acá en casa?
Benicio: - se levantó de mi falda, fue hasta la cocina y volvió sonriendo - ya soy grande y lo tire a la basura. Me voy a ver la tele
Lali: vamos a comer, prendé en la cocina.

Mire la luna pensando en él, en donde estará y que estará haciendo pero después de mirar a Benicio me olvidé y entré a la casa. Esa casa que habíamos comprado hace dos años.

Lali: lleva al perro a su cucha Beni y lavate las manos
Benicio: vamos Bob, es la hora de que duermas

Se fue charlando con el perro como si fuera un amiguito suyo. Bob era un labrador que Peter le había comprado hace 6 meses, no eramos buenos amigos, todas las cosas que rompía ese cachorro eran cosas mías y es peor cuando reto a Benicio por algo. Pero cuando me ve mal o llorando es el primero que entra a mi habitación se sienta en mi falda y apoya su cabeza en mis manos, cuando sea más grande nose como iba a hacer.

Benicio: - me despertó llorando - ma
Lali: sh Beni. Que pasó mi vida? No llores
Benicio: decile al basurero que me devuelva el chupete - se acurrucó en mi pecho llorando y no pude aguantarme una risita que me provocó su ternura -
Lali: toma gordito - saqué uno que tenía guardado en la mesa de luz - no llores más, vamos a dormir.
Benicio: gracias mami

Me mataba cuando me decía mami, fue una de sus primeras palabras hace dos años y todavía no me acostumbro. Lo abracé y después de cantarle una canción se quedó super dormido.

Claudia: no has hablado con Peter?
Lali: no me contesta el teléfono y ya van saliendo dos revistas en donde se lo ve con esa flaca - tomábamos mate en el patio mientras Beni estaba en el colegio -
Claudia: no te apresures a sacar conclusiones Lali, ya sabes lo que pasa después.
Lali: estoy desesperada quiero que vuelva ya y poder matarlo con mis propias manos.

Peter estaba haciendo negocios para abrir una productora internacional con sede acá en Argentina, y para filmar una película en Los Angeles. Hace tres semanas iba a volver pero todos cada tanto mandaba un mensaje diciendo que se iba a demorar un par de días más. Todos los días llamaba a su teléfono o le mandaba un mensaje pero nunca me respondía. Todo indicaba que mis cuernos eran más grandes y altos que el obelisco.

Benicio: - entró corriendo a la casa de su abuela - Hola abu!
Claudia: hola mi amor.
Lali: - lo había ido a buscar del cole y volví a dejarlo con Claudia - no te molesta que se quede verdad?
Claudia: me encanta Lali, vos andá tranquila y pensa lo que hablamos hoy a la tarde.
Lali: gracias Clau - la abrecé y después de despedirme de Beni me fui a casa -

Cada vez que Benicio se quedaba en lo de su abuela yo me pasaba la noche con una botella de champagne, envuelta en una frazada, tirada en la reposera del patio viendo la luna como de a poco se iba escondiendo para que aparezca el sol y otro día sin Peter empiece.

Lali: - marqué su número y después de que la maquina me diga que estaba apagado dejé mi mensaje - que bueno hablar otra vez con tu contestador. Quería contarte que acá estoy esperándote todavía y que ya me canse de hacerlo. Solamente me estoy aguantando por Benicio porque lo amo y no quiero que con solo 4 años se dé cuenta como es su papá. Estuve manteniendo tu mentira todos los días en la cara de ese nene hermoso que me dice mamá y hoy digo basta. Cuando vuelvas yo me voy y no me vez más la cara Peter. Yo ya no aguanto sufrir más por vos, no aguanto más tus mentiras, no aguanto más que no me tengas en cuenta. Nose si te acordaras de quien soy... Lali, tu prometida. Chau para siempre. - corté el teléfono y mis lagrimas ya salían a darle la bienvenida a otro día de tristeza -

Me bañé y después de tomar un café me fui al hospital. Pasé ahí adentro el día entero y parte del siguiente. Hablé con Benicio por teléfono para avisarle que se quedaba otro día en lo de su abuela porque yo tenía que trabajar. Claudia intentó tranquilizarme y yo ya no escuchaba nada ni a nadie. Fui a comer esa noche a lo de mis viejos y a las 12 de la noche Claudia me llamó para contarme que Peter estaba volviendo. ¿y porque no me llamó a mi? Todas sus actitudes eran una pared contra la que me chocaba y me volvía a levantar para chocarme con otra.

Perderte de nuevo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora