Capítulo 1

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El estaba ahí dentro. Viviendo su vida, sin imaginar que ella lo observaba desde el otro lado de la puerta... Sus vidas estaban a punto de cambiar para siempre.

Pov Regina

Estaba nerviosa, ¿Que debía decirle? Algo como... "¿¡Hola, soy la reina y tu eres mi amor verdadero!?" -¡Aggh! ¡Todo esto es una locura!- Se dijo a sí misma. Debería de darse la vuelta, irse y olvidarse de todo... Pero, ¿qué tal si Tinker tenía razón?... qué tal si esta era su segunda oportunidad de amar? Quizá fuese la última... no lo sabía... pero tenía que tomar el riesgo y averiguarlo...

-Okay, Regina. Cálmate, esto es ahora o nunca- Abrió la puerta y con pasos firmes llegó hasta la mesa vacía más cercana que encontró, se sentó y siguió contemplando, aún indecisa al hombre del tatuaje de león....

Pov Robin

Estaba sentado en la barra, mientras mantenía una variada conversación con Little John y los "hombres alegres". De pronto volteó a ningún lugar en específico, y su mirada se cruzó con la de una hermosa joven. Ella apartó la vista al notarlo, sin embargo él se quedo contemplándola... Su piel parecía de porcelana, sus ojos cafés, profundos y llenos de esperanza, unos ligeros caireles caían por sus hombros, añadiendo un tierno aspecto a su rostro. Pero lo que más le atrajo fue aquella cicatriz que adornaba su labio superior.... Ahí estaba él, deleitándose con cada detalle, cuando un codazo lo sacó de sus pensamientos.

Little John había notado que su amigo, se había quedado embobado con aquella mujer, así que decidió darle un empujón a su amigo para que se acercara a hablarle. Robin dedicó una sonrisa a su amigo y comenzó a caminar directamente hasta la mesa de Regina. -My lady... ¿Este asiento está ocupado?- Preguntó, refiriéndose a la silla a un lado de ella.

-Amm... No. Puedes llevártelo si quieres.

Robin rio discretamente con el comentario -No, quise decir que si me puedo sentar aquí.

Se puso nerviosa, pero no quiso que él lo notara, así que lo miró despectivamente de arriba a abajo y con la voz más altanera que pudo contestó -No sé, como sea.

El se sentó y se quedó mirándola de nuevo... -Bueno y... ¿Qué hace una mujer como tu, en un lugar como este?

- ¿Qué? ¿Acaso está prohibido?- Contesto de mala gana.

-Oye, ¿Te hice algo? No entiendo el por qué de tu enojo. Yo sólo intentaba ser amable.

-Nadie te lo pidió- Con ese último comentario esperaba que él se fuera y la dejara en paz....Después de todo su "alma gemela" no le caía tan bien.

Por un momento pensó en irse y dejarla tranquila, pero ella tenía algo que lo atraía demasiado -Soy Robin- Le extendió la mano.

-Regina- Contestó ella, sin intenciones de estrecharle la mano.

-Entonces, Regina... ¿No te agrada la gente?- Preguntó riendo.

-Eso depende- Lo miró de arriba a abajo -Si la gente es como tú... Entonces no me agradan.

Robin rió e hizo un ademán de estar ofendido -Oh... Bueno, siento no ser de tu agrado.

-Okey... Ya traté de correrte de la forma más amable posible. Pero ya que no te vas...

-¿Quieres que me vaya?- Se puso de pie -Oh. Disculpa, pero me gustaría seguir conversando contigo.

Regina también se levanto -Pues a mi no... No me int... - No pudo terminar de argumentar su respuesta, porque Robin la tomó por ambos lados de la cara y la acercó a él, comenzó a besarla lentamente...

Regina estaba a punto de dejarse llevar, cuando se percató por completo de la situación.... Lo alejó dándole un fuerte golpe en el pecho y en cuando hubo el espacio suficiente le dio una bofetada.

Robin se tocó la mejilla, por instinto al sentir el dolor.

Ambos se quedaron mirándose durante unos segundos... Y ahora fue Regina quien tomó a Robin por la chaqueta, jalándolo hacia ella, comenzaron a besarse, un beso suave que con cada segundo se iba intensificando. Robin la agarro de la cintura, atrayéndola mas; mientras que Regina acomodó sus brazos alrededor de su cuello.

Se separaron debido a la falta de aire, pero se tomaron de la mano y regresaron a sus asientos.

-Se que te parecerá una locura porque apenas nos acabamos de conocer, pero... No sientes que de alguna extraña manera estamos...- Intentaba encontrar la palabra correcta.

Los ojos de Regina se abrieron más -¿Conectados?- Respondió antes de que Robin pudiera terminar la frase -¿Como si estuviésemos destinados a estar juntos?

- ¡Si! ¡Exacto!

Regina se quedo callada, mirando sus manos.

Parecía querer decir algo, pero estaba insegura.

Robin pudo darse cuenta -¿Qué pasa?

Ella lo miró indecisa durante unos cuantos segundos, pasó saliva y finalmente respondió - Sé que esto sonará tonto y algo trillado, pero... ¿Crees en el destino?

-Si... Bueno, algunas veces. ¿Por qué?

-Te contaré algo- Dijo suspirando- Ayer estuve a punto de morir, un hada me rescató y se ofreció para ayudarme a encontrar a mi amor verdadero...-

Regina le contó todo lo que había sucedido.

Robin escuchó atentamente de principio a fin. Y quedó un poco pensativo -Entonces... ¿Soy yo?

-Si, eres tu.

-Wow. Ahora me siento importante- Bromeó -Pero ahora quiero proponerte algo.

-¿Qué es?

-¿Por qué no huimos, Regina? Sé que nos acabamos de conocer, pero con esto que me contaste... No creo que importe. Estamos destinados a estar juntos.

Ella sonrió, estaba a punto de decir que sí, pero recordó que ella era la reina. Si huía no tardarían en comenzar a buscarla por todas partes. No podía ser tan egoísta y no contarle la historia completa.

Su sonrisa se borró por completo, tal vez al decirle que era reina sus planes se esfumarían y ella tendría que regresar a la vida infeliz del castillo -Pero tengo que decirte algo muy importante que lo complica todo.

-Dime.

-Yo... Yo soy la Reina- Dijo con un hilo de voz.

Robin comenzó a reír -Oh si claro... Y yo soy el rey

Regina lo miró severamente -Estoy hablando muy enserio.

A Robin se le borró la sonrisa y se quedó callado, mirándola. Regina supuso que él no quería arriesgar su vida sólo por estar con ella, estaba a punto de irse cuando lo escuchó hablar.

-Eso no importa. Vámonos, dejemos todo atrás.

-Robin... ¿Tienes una idea de lo peligroso que sería huir conmigo? Los guardias nos van a perseguir... Nos buscarán por todas partes. Y... Si nos encuentran, nos matarán.

-¿Te parece si nos vamos mañana en la madrugada?

-¿Acaso no escuchaste lo que dije? Podemos morir en el intento.

Robin rodó los ojos -¿Y? Ya te dije que no importa. Correré el riesgo y te protegeré... Nada te pasará mientras estés conmigo.

Eran las palabras más perfectas para ese momento. Regina quedó conmovida y lo besó tiernamente, pudo notar que el reloj que colgaba en el muro de enfrente marcaba las 11:45 p.m.

-No puede ser... Es muy tarde- Dijo levantándose rápidamente -Cualquier guardia puede entrar a revisar mi habitación. Tengo que irme- Robin también se paró y ella le dio un corto beso -Pero te veré aquí, mañana en la madrugada.

Con esto, Regina salió del bar casi corriendo y con ayuda de su amiga Tinkerbell regresó en pocos minutos a su preciada cama.

Lost MemoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora