Capítulo 23

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Un mes después


Para su sorpresa, no tardaron mucho en adaptarse a la extraña pero tranquila ciudad. Ambas se dieron cuenta de que había algo inusual en el ambiente, pero nunca indagaron mucho en el asunto, pensando que simplemente se debía a que era un lugar nuevo para ellas.

Una semana después de lo sucedido, y una vez que el auto fue reparado, Giselle comenzó a buscar trabajo, no tardó en encontrar uno pues, Gold al enterarse de que el par se quedaría en la ciudad inmediatamente supo cómo cobrar el favor que le había hecho a Giselle.

***

Los rumores corrían por el pueblo y como siempre, Gold se enteraba de todo. Escuchó a Granny comentando con Ruby que las chicas se quedarían más tiempo del planeado, Belle le contó de una nueva visitante en la biblioteca y en las calles se escuchaban los nombres de las recién llegadas. Una tarde llegó a la biblioteca para recoger a Belle y llevarla a cenar cuando se cruzó en la entrada con Giselle que esperaba a su hermana.

-Señorita Giselle, justo la persona que quería encontrar- saludó Gold con una extraña sonrisa.

-¿Yo?- respondió Giselle, sintiendo la sonrisa de Gold un poco perturbadora.

-Escuché por ahí que decidieron quedarse en Storybrooke, interesante decisión- comentó él.

-Si, según me han dicho es un buen lugar para los nuevos inicios y eso es justo lo que necesitamos- contestó Giselle, notaba a Gold más extraño de lo usual.

Un extraño brillo apareció en los ojos de Gold, Giselle juraba que su piel cambió de color por un instante apenas perceptible. Gold la interrogó un poco más, quería saber si su idea era compatible con los planes de las chicas. Ella estaba un poco nerviosa por la nueva actitud de Gold pero no lo demostró mientras platicaba con él. 

-Debo decir que su decisión es muy conveniente para mi. Ya sé cómo cobraré ese favor que me debe, señorita Giselle- dijo Gold sonriendo. 

Giselle dudó un momento su respuesta, temiendo que Gold se aprovechara de la situación. Gold interrumpió sus pensamientos.

-Necesito alguien que trabaje en la tienda, no puedo estar ahí todo el tiempo y sería bueno tener una persona responsable a cargo- soltó retomando la seriedad.

Gold le explicó los detalles del trabajo mientras Giselle analizaba sus opciones. Tendría que estar al pendiente de quién entraba y atender a todos, vender cosas, realizar inventarios y sobre todo asegurarse de cerrar la puerta para evitar curiosos. El horario le permitía tener tiempo libre y la paga era más de lo que las hermanas necesitaban. Le costaba un poco confiar en él pero hasta ahora no había pasado nada que le hiciera dudar de la veracidad de su oferta.

-Me interesa, es una buena oferta- respondió Giselle.

-Piénsalo, si aceptas te espero el lunes en la tienda- concluyó Gold abriendo la puerta de la biblioteca para que ambos entraran. 

Todos los pasos de Gold estaban calculados, pudo usar ese favor en cualquier otro momento pero no podía perder la oportunidad, quería vigilar de cerca a las hermanas y esta era la mejor forma. Sabía que algo fuera de lo común sucedía con ellas y debía averiguarlo, aún si eso significaba tener a una desconocida trabajando con él. Pronto lograría averiguar la verdad. 

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