Capítulo 3

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4 años después...

Robin estaba afuera con su hija de dos años. Regina se encontraba sentada en una de las sillas del comedor, los veía por la ventana al mismo tiempo que acariciaba su gran estómago de 9 meses.

***

Fue a las 8:15 p.m. cuando la histeria comenzó, su dolor era más fuerte de lo que recordaba, cayó tendida en la cama y Robin fue a ayudarla después de poner a Giselle en su cuna.

Llamó a la partera que vivía a unos cuantos metros de su casa e inmediatamente regresó con ella.

Regina era una mujer muy fuerte, pero el dolor la estaba consumiendo y no paraba de gritar, lo que ocasionó el llanto de la niña; así que Robin tuvo que tomar a la pequeña en brazos y salir del lugar.

Después de 30 largos minutos, la partera salió de la casa y se despidió de Robin, después de decirle que todo estaba bien. Él rápidamente tomó a Giselle y entró de nuevo a la casa. Lo primero que vio, fue a Regina recostada en la cama, rodeada de sábanas manchadas de sangre y con la nueva bebé en brazos.

-Sarah... -Dijo Regina en cuanto Robin estuvo lo suficientemente cerca para escucharla.

La miró confundido -¿Qué?

-Me gusta ese nombre... Tal vez podríamos llamarla así.

Sonrió -Me gusta.

***

Todo era diferente, hace años que no pisaba esas tierras, ya estaba acostumbrada a Wonderland, pero tenía que buscar a Regina, su hija. Quería verificar que era una reina, una buena persona y que supiera manejar su reino.

Comenzó a caminar sin rumbo y encontró un cartel en el que se podía notar claramente la cara de Regina... La estaban buscando por... ¿Traición al Rey?... No podía creerlo, se acerco a un grupo de campesinas que caminaban por ahí y les preguntó por los carteles; ellas le explicaron todo con pocas palabras: La reina escapó del castillo con ayuda de un hada para irse con un ladrón, mejor conocido como Robin Hood.

Después de escuchar aquella información Cora pudo sentir cómo la invadía la furia... Esa chiquilla era una tonta! Había desaprovechado una gran oportunidad sólo por irse con un estúpido ladrón... Pero ya tenía un plan, destruiría a esa polilla y después al ladrón. Pero primero tendría que conseguir información del hada, la haría arrepentirse, suplicar porque la dejara morir...

Comenzó a preguntar en todos los lugares posibles, pero nadie sabía el nombre, lo único que sabían era que el hada azul le había retirado sus alas... Tres noches después, Cora entró a una taberna en busca de información, se sentó en uno de los bancos de la barra y pidió un vaso de agua antes de comenzar a interrogar gente. A un lado de ella había una muchacha rubia, vestida de verde, pero su ropa se veía sucia y desgastada... Cora trató de mirarla a la cara y notó que estaba llorando.

Le puso una mano en el hombro -¿Estás bien querida?

La chica sólo asintió y se limpió las lágrimas.

-A mi no me parece, cuéntame que te pasa.

Finalmente volteó y dijo -Perdí mi trabajo, por hacer algo bueno... ¡Se supone que un hada debe ayudar a la gente y eso fue lo que hice, ayudar! Esto es injusto.

La cara de Cora endureció por completo -¿Eres... un hada?

-No- Contestó con la voz frágil -Ya no... El hada azul me quitó mis alas.

-Oh, querida... Eso es una pena- La tenía, la había encontrado sin siquiera darse cuenta -Dime, ¿Tienes dónde dormir?

Lost MemoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora