Capítulo 17

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Las hermanas seguían su viaje, ya eran las 4:40 de la tarde, no les quedaba mucho para llegar a Maine, demoraron un poco más de lo esperado puesto que hicieron un par de paradas a lo largo del camino para comprar comida e ir al baño.

Sarah que se había quedado dormida, despertó y bostezando preguntó -¿Ya casi llegamos?

-Ya falta poco, según el GPS ya estamos en Maine, y la ciudad más cercana está a solo 10 minutos de aquí.

-¡Genial! -respondió entusiasmada - Y... una vez que lleguemos ahí, qué?

-En realidad, no lo sé. Supongo que lo primero que haremos será buscar un lugar donde alojarnos temporalmente, buscar un trabajo y después con el dinero que ahorremos, comprar o rentar un departamento o una casa pequeña.

-Oh... ¿okay? Supongo que.. es un buen plan por ahora -respondió un poco insegura.

-Descuida, funcionará estoy muy segura - respondió Giselle sonriendo, acto seguido le da unas palmaditas en la cabeza a su hermana para 'tranquilizarla' un poco.

-¡Hey! Sabes que odio que hagas eso.

-Lo sé, pero es divertido hacerte enojar -contestó, con una sonrisa burlona.

Sarah se limitó a sacarle la lengua a su hermana de una manera infantil y Giselle respondió el gesto de la misma manera y ambas rieron.

En el momento en que sus risas cesaron, se quedaron en un breve y cómodo silencio, hasta que Sarah, algo pensativa, volvió a hablar.

-Giselle...

-¿Si?

-Nunca te has preguntado... -dijo con cierto nerviosismo, agachando la mirada- de dónde venimos exactamente y... eh, no sé... ¿quiénes son nuestros padres?

Giselle se tensó, sabía que un día Sarah tocaría el tema y le haría todo tipo de preguntas, pero nunca pensó que sería tan de repente.
¿Qué le diría? ¿Cómo le respondería si ni siquiera ella misma estaba segura de nada, mucho menos de quiénes eran sus padres y cómo fue que acabaron con la señora Áurea?

Sin saber exactamente qué decir, Giselle volteó a ver a su hermana quien aún no se atrevía a voltear a verla a la cara.

-Sarah... eh... yo...

Mientras Giselle balbuceaba tratando de darle una respuesta, Sarah alzó ligeramente la vista hacia el frente. Abrió los ojos como platos y se enderezó de golpe al percatarse de que, no muy lejos, frente a ellas se encontraba parado un ciervo justo en medio de la carretera. Estaban a punto de atropellarlo.

-¡Giselle, cuidado! -gritó

Giselle inmediatamente volvió la vista al frente y vio al ciervo. Frenar ya no le servía de nada, puesto que se encontraban muy cerca de él así que giró el volante hacia la izquierda, la fuerza con la que lo hizo provocó que el auto se saliera de la carretera, Giselle, sintiéndose impotente sujetó el volante con tal fuerza que sus nudillos se tornaron blancos. El auto dio varias vueltas hasta que se estrelló contra un árbol, la fuerza del impacto la dejó aturdida, todo se veía borroso, lo último que alcanzó a percibir fue a su hermana algo herida e inconsciente y después todo se volvió negro.

Lost MemoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora