[Woogyu] Mírame solo a mí (Completa)

Capítulo 18. Errores

POV. SUNGGYU

Había sabido desde el principio que estaba perdido. Lo sabía desde el momento en el que accedí a darle mi número de teléfono.

Pero aquella tarde había acabado de comprobarlo.

No importaba que Key insistiese en que él estaba enamorado de mí. A veces puede confundirse la lujuria y la pasión con amor.

WooHyun no podía amarme.

Pero yo a él sí.

Porque quería que estuviese a mi lado sin importar la forma en la que eligiese estarlo, porque no quería que mirase a otro que no fuese a mí, porque quería que sus sonrisas fuesen únicamente mías.

No me avergonzaba en absoluto haber hecho aquello en los vestuarios de mi lugar de trabajo.

Lo que me pesaba es haberme dado cuenta demasiado tarde que aquello no estaba bien.

Había vendido mi alma al diablo cuando me había prometido tiempo atrás no sufrir por alguien que no me amase como yo a él.

Y tenía la impresión que aquella vez no sería distinta.

Él se cansaría de mí pronto. Cuando considerase que ya me había utilizado lo suficiente, que había dejado de ser un juguete interesante.

En realidad, me había dado cuenta que era demasiado ambicioso por mi parte esperar que alguien como él se fijase realmente en alguien como yo para algo más que una pequeña aventura.

Era torpe, despistado, no era especialmente atractivo o lindo. No tenía nada con lo que pudiese conseguir que quisiese quedarse a mi lado.

Accedí a acompañarle a cenar después de hacerlo.

Pero apenas pude concentrarme en él durante la cena. No porque no quisiese.

Simplemente, me era imposible dejar de pensar negativamente sobre toda aquella situación que, en el fondo, no tenía ningún sentido. Y mucho menos, algún futuro.

Se mostró atento conmigo, como si se sintiese culpable por lo ocurrido. Quise decirle que no tenía que sentirse así, pero las palabras no me salían.

Solo podía sonreírle y contestar tranquilamente lo que me decía.

Pero en mi interior no estaba tranquilo. Solo tenía la sensación de haber aceptado una sentencia impuesta por un mal juez.

A veces creí ver algo parecido a esperanza en su mirada, a cariño, a amor cuando me miraba a los ojos.

Pero era demasiado difícil de creer.

Aquello sería solo una ilusión pasajera que se evaporaría tan rápido como había llegado.

Caminamos durante mucho tiempo después de la cena. No parecía haber rumbo fijo, yo solo le seguía ciegamente.

Probablemente hubiese ido allá donde hubiese querido llegarme.

Hasta que pasamos por la orilla del río Han. El espectáculo que observé allí me emocionó en cierta forma.

La oscuridad se entremezclaba con las luces de la ciudad, con las estrellas del cielo. Era cautivadoramente triste en cierto modo.

Su mano se entrelazó con la mía en un momento dado, extrañándome, puesto que no teníamos ese tipo de relación en el que se dan muestras de cariño en público.

Para comenzar... ¿había siquiera cariño por su parte para demostrarme? Los amigos no hacían eso. Ese tipo de cosas estaban reservadas para las parejas.