Capítulo 11: Miedo.

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Apenas habían entrado los primeros rayos de sol a través de la ventana cuando desperté. Andrew seguía dormido a mi lado, acurrucado entre las sábanas, con sus fuertes brazos rodeando mi cuerpo. Suspiré profundamente, removiéndome junto a Andrew para apegarme más a él. Me mantuve así unos minutos, con mi cuerpo pegado al suyo y acariciando suavemente los brazos que me rodeaban. Allí me sentía protegida, querida; sólo quería estar en sus brazos por una eternidad. Allí era el lugar en el que me encontraba a mí misma y me sinceraba respecto a mis sentimientos.
Te quiero tanto... dije para mis adentros, con tanta seguridad que hasta resonó como un susurro.
Finalmente decidí levantarme para darme una ducha. Procuré haberme desecho de todas pruebas del crimen aun existentes antes de desvestirme y girar la llave de la ducha. Sentí como el agua me empapaba, las gotas corrían por mi piel velozmente, llevándose todo el sueño que se había apoderado de mí anoche. Terminé mi ducha en varios minutos y me envolví en una toalla antes de salir. Comencé a vestirme, toda de negro, como siempre. Apenas estaba cubriendo mi torso con una fina camiseta negra cuando sentí dos brazos rodear mi cintura y un suave beso en el cuello.
-Buenos días-una grave voz susurró a mi oído.
-¿Te he despertado?-respondí, terminando de vestirme y girando sobre mi misma para encontrar dos grandes ojos azules mirándome con pura dulzura.
-No, no. No te preocupes-sonrió, y devolví el gesto antes de colocar un beso sobre sus labios.
-¿Quieres desayunar? ¿tienes hambre?" pregunté, mientras Andrew acariciaba mi húmedo pelo
-No, no te preocupes-respondió él-voy a ducharme, ¿vale?-asentí con la cabeza, sintiendo como despegaba sus brazos de mí.
Bajé por las escaleras hacia la cocina, escuchando la ducha a mis espaldas. Una vez allí, preparé un té y una taza de café para Andrew. Estaba terminando cuando escuché pisadas por las escaleras y divisé al alto y delgado hombre, con su pelo hacia un lado, todo vestido de negro y con su anilla en el labio inferior. Sonreí al verle y el me devolvió la sonrisa.
-Te he hecho un café-dije, pasándole la taza. Cogí la mía y me senté en el sofá de la sala contigua. Andrew me siguió y se sentó a mi lado.
-Gracias-musitó, sin quitarme los ojos de encima.
-No hay de qué-esbocé una amplia sonrisa.-¿Has recibido noticias de los chicos?-di un sorbo a la taza de té.
-No, aún no. Estarán dormidos o...-su móvil comenzó a sonar.-Mierda-murmuró antes de cogerlo.-¿Sí? oh, vaya... no, no. Seguid con ello, voy para allá. Vale, vale...-hizo una mueca antes de colgar.
-¿Ashley?-pregunté.
-Sí, aun no es seguro-hizo una pausa para beber.-Quizá no estén todos... no se sabe-suspiró.
-Relájate o no te vuelvo a prepar café-le amenacé, riendo.
-Está bien, está bien-rió él, bebiendo de nuevo.-¿Qué vas a hacer hoy?
-Nada en especial, me reuniré con Amanda y Beth y bueno... mi nombre saldrá en los periódicos y...-suspiré, sorbiendo de mi taza.
-Oh, sí-Andrew asintió con la cabeza despacio, apoyando su barbilla sobre sus manos-¿puedo ir contigo?
-No me importaría-le sonreí.
-¿Estás segura? porque a veces no me puedo quedar quieto o callarme y...-se excusó.
-Pues tendrás que hacerlo si quieres venir-le respondí, riendo.
-Oh vaya-los dos tomamos un trago de nuestra taza-será difícil.
-Ya lo creo-me reí, terminando mi té de un trago. Andrew hizo lo mismo.-¿Nos vamos?-asintió con la cabeza y le sonreí, a pesar de haberle notado un tanto vacilante.
Subí al baño para maquillarme rápidamente y, como siempre, Andrew delineó sus ojos. Sonreí para mis adentros, ya que el maquillaje no le quedaba nada mal. Una vez los dos estabamos listos, bajamos las escaleras en dirección a la puerta. Rodeé la cintura de Andrew con mi brazo, notando el arma bajo su camiseta. Vestía pantalones de cuero tan apretados que parecían una segunda piel, camiseta blanca de cuello en V, chaqueta de cuero y botas negras. No pude contenerme y me mordí el labio ante la imagen de Andrew, su largo torso, sus tatuados brazos y sus delgadas piernas. Había algo en él que, claramente, despertaba mis sentidos.
-¿Qué–qué pasa?-su voz tembló ante mi mirada.
-No sé pero hoy te noto muy guapo-reí, abriendo la puerta del coche. los dos subimos dentro.
-Seguro que no estoy tan guapo como lo estás tú-acarició mi mejilla con el pulgar, acercándose hacia mí y colocando un beso sobre mis labios. le dediquié una sonrisa antes de arrancar en dirección a la ciudad.
pasamos frente al abandonado Hotel Paradise–o lo que quedaba de este–,el cual estaba rodeado de policias y gente llendo de un lado a otro. No pude evitarlo y estiré una de las comisuras de mi boca hacia un lado. Andrew se removió nervioso en su asiento, pasando su mano derecha por su oscuro cabello.
-Ash ha vuelto-suspiró. Esbocé una repentina sonrisa ante sus palabras y conduje en silencio hasta llegar a la plaza central.
Dos mujeres me esperaban allí, las dos vestidas de negro, con apariencia perfectamente normal. Me saludaron con la mano al bajar del coche y les devolví el gesto. Andrew bajó la ventanilla cuando pasé por su lado.
-¿Quiéres que me quede aquí?-le notaba nervioso.
-No, ven-abrió la puerta inmediatamente y salió. le reciví con un beso.-Andrew, estás seguro conmigo, tranquilo-susurré.
-Lo sé, lo sé-dijo restregando su nariz contra mi mejilla.-Sólo que 'eso' me pone nervioso.
-Ands, ten presente que te quiero, ante todo-le sonreí, atrapando sus labios entre los míos. Cerré el coche y nos dirigimos hacia Beth y Amanda.
-Vaya, Andrew-exclamó Beth, mirándole de arriba a abajo. Andrew rió ante su gesto.
-Elizabeth, deja de tirarle los tejos a mi novio-dije con voz seria y mirándola amenazadoramente.
-Calma, Ash-Andrew se rió, acariciando mi espalda para tranquilizatme.
-Buenos días, chicas-respondió Andrew. Amanda le sonrió a modo de saludo.
-Lo tenéis todo controlado, ¿o me equivoco?-pregunté.
-Tan controlado que, ten por seguro, que no cerrarán el caso.-dijo Beth, airosa.
-No creo que lo investiguen-susurró Amanda.-lo dejarán abierto junto a los demás casos de Ash-noté a Andrew nervioso ante las palabras de las chicas y yo.
-Me he asegurado de que salga todo perfecto.-murmuré con frialdad, dibujando una sonrisa macabra en mi rostro.
-Mantenedme informada de cualquier detalle, por minúsculo que sea. ¿de acuerdo?
-Está bien-dijo Amanda, mientras que Beth asentía con la cabeza.
-Me imagino que te habrás deshecho de todo, ¿no?
-Está hecho cenizas-afirmé. Fue entones cuando dirigí mi mirada hacia Beth, quien levantó las cejas.
-Elizabeth-dije, alzando la cara con aires altivos.-Estás dentro.
-Está bien-respondió, tratando de ocultar una sonrisa. Estiré una de las comisuras de mis labios hacia un lado involuntariamente.
-Hablaré con Ronnie, pero si vuelves a tratar de ligar con Andrew, no te tendrás que despedir solo de tu trabajo, ¿está bien?-ella asintió, sus pupilas revelaban un ligero miedo.-Young-Miré a Amanda.-ocúpate de los ingresos.
-Los tendrás para esta tarde-sonrió.
-Vale, perfecto. ¿algo más?
-No, veo que lo tienes todo controlado. respondió Amanda, suspirando.
-¿Qué podría ir mal conmigo, Young?-curvé mis labios en una sonrisa y Amanda me devolvió el gesto.-Llamadme si pasa cualquier cosa, estaré atenta.
-Nos vemos, Black
-Ya lo creo-dije, girando sobre mis talones con Andrew junto a mí, sujetando mi mano.
Caminamos hasta mi coche, el cual estaba aparcado en frente, y, después de despedirme de las dos mujeres con la mano, me giré hacia Andrew. Pude notar que su cuerpo se tensó bajo mi mirada.
-Andrew...-susurré.-No tengas miedo de mí... por favor-finalmente arranqué el coche.
-N-no tengo miedo, Ash-las palabras salían con dificultad de sus labios.
-Te tiembla la voz, estás tenso, casi hiperventilando, tragas saliva con fuerza muy amenudo-suspiré;-estás asustado.
-No, no. no estoy asustado, estoy nervioso-le miré de reojo y pude observar como acariciaba su nuca.
-Lo que sea, no quiero que lo estés, ¿vale? no por mí.
-Ash es que... es inevitable. ¡ya me pones suficiente nervioso solo por ser tú!-solté una risa floja.
-Oh, Andrew-el sonrió.
-Es la verdad, ash, eres... tan... hermosa y tan peligrosa al mismo tiempo. puedes tener el mundo esn tus manos cuando lo desees y a todos los hombres existentes arrodillados ante ti con solo un chasquido de dedos.-pasó su mano derecha por su oscuro flequillo.-Con tenerte a ti me basta, Andrew-mi vista estaba fija en la carretera pero, aún así, me sentía observada por aquellos profundos ojos azules.
-Y a mi con tenerte a ti.-murmuró, colocando un diminuto beso sobre mi hombro mientras conducía. Tras un largo silencio, Andrew volvió a hablar, sin mirarme a los ojos.-Ash.
-Dime.-contesté, con frías pupilas sobre el parabrisas.
-Quiero saber algo, sólo... sólo una cosa.-habló con claro nerviosismo en su voz, haciéndome saber de qué se tratarían sus preguntas.
-Sabes que quizás no pueda responderte, ¿verdad?
-Lo sé pero... quiero saber por qué.
-¿Por qué, qué?-pregunté, girando la cabeza hacia él bruscamente, para después volver la vista hacia el frente.
-¿Por qué Ash?-puse los ojos en blanco, aunque no pudiese verme, supuse que imaginaría mi gesto.-¿Por qué lo haces?
-Andrew, te lo he dicho, no te metas en esto porque...
-Porque no me incumbe...-suspiró, imitando mi respuesta.
-No, porque te asustarás, porque te entrará pánico.
-La curiosidad mató al gato
-No, cariño, la curiosidad lo asustó. Y el gato murió de miedo.

Placer Rojo. (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora