Capítulo 10: Ash.

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Sentí como mi corazón comenzaba a latir con tanta fuerza que pensé que iba a salir por mi garganta. Sentía como la sangre recorría mis venas con más y más rapidez; las moléculas de adrenalina en mi cuerpo se activaban y hacían estallar mi pecho. Me acerqué con sigilio hasta Andrew y, de alguna forma, sus aterrados iris azules me tranquilizaban.
Pronto, aquel sonido bombeante fue pausándose cada vez más, dejándonos en un casi absoluto silencio, únicamente roto por la rápida respiración de Andrew y por un sonido idéntico al que antes había producido mi corazón.
Acaricié su rostro en un intento de cesar su miedo, pero se apartó, cogiendo mi fina mano entre la suya, delgada pero mucho más grande. Llevó su pulgar por mis nudillos sin apartar sus pupilas de mí. Sentí como la mvelocidad en la que subía y bajaba su pecho comenzaba a disminuir y entonces habló:
-¿Qué–qué te pasa?-me miró de arriba a abajo, toda mi ropa llena de sangre.
-No te incumbe-dije secamente, girando la llave en la cerradura y abriendo la puerta. Escuché los pasos de Andrew detrás de mí.
-Me incumbe, Ash. Me incumbe porque me importas-sus ojos se posaron sobre los míos.
-No, Andrew. Está bien que te preocupes pero no...
-Ash-me cortó la palabra-llegas a casa apuntándome con un arma y llena de sangre, ¿y pretendes que no me preocupe?
-No lo sé, Andrew. Pero no pienso decir una sola palabra-dije, quitándome la camiseta. Andrew se mordió el labio con fuerza.
-Joder, es que no quiero que te pase nada, Juliet-susurró mi nombre, cosa que nadie hacía nunca. Esta vez fui yo quien se mordió el labio y con mis manos, ahora desnudas, cogí su cara entre mis manos, dejando un beso sobre sus labios.
-Andrew...-susurré-no te preocupes por mí
-Es inevitable-sus ojos se posaron en el suelo.
-Voy a ducharme, ¿vale?-Andrew asintió con la cabeza.
Esbocé una sonrisa antes de dirigirme hacia arriba, entrando en el baño y cerrando la puerta detrás de mí. Me desvestí cuidadosamente para que la sangre no tocase nada. Me adentré en la ducha y giré la llave del agua, comenzando esta a manar, empapando mi cuerpo. Sentí como caía gota a gota sobre mi piel y, durante un rato, me mantuve así. Minutos después, puse jabón sobre mi cuerpo y pelo para después enjuagarlo con el agua. La espuma calló en el suelo de la ducha y mi piel volvió a empaparse bajo el agua. Cerré la llave y salí, envolviéndome en mi toalla y secándome. Cuando las gotas de agua dejaron de caer al suelo,me dirigí hacia mi cuarto para cambiarme. Me cubrí con ropa interior y una camiseta de Andrew que me quedaba bastante grande y bajé. Encontré al delgado hombre sentado en el sofá al lado de la mesa de madera.
-Te he hecho un té-me sonrió. Le devolví la sonrisa, dejándome caer a su lado.
-Gracias-deposité un beso sobre su mejilla.-Coje lo que quieras.
-Está bien-contestó Andrew, levantándose. Pocos segundos después volvió con una lata de cerveza en la mano.
-Bueno, ¿qué querías? ¿por qué estabas aquí? Es tarde-afirmé, mirando al reloj.
-Lverdad es que nada importante-estiró una de las comisuras de su boca.-Simplemente quería verte y saber que estabas bien.
-Estoy bien; podrías haberte ido a la cama-sonrió, encogiéndose de hombros.-Pásame el mechero-le dije, dejando otro beso en su mejilla. Andrew tomó un trago de cerveza y asintió, dándome el mechero.
Saqué un cigarrillo y le ofrecí uno a Andrew, quien lo depositó entre sus finos dedos. Encendí el mío y luego el suyo, para después tomar una calada y expulsar el humo dentro de su boca, mientras él atrapaba mis labios en un beso.
-Ash...-susurró.
-¿Qué?-respondí, en el mismo tono de voz.
-Te quiero-sus brazos rodearon mi cintura-y no quiero que te pase nada-puse los ojos en blanco y suspiré.
-Andrew-dije finalmente-llevo años en esto.
-Yo también y muchos de mi banda han estado en la carcel varias veces y...-volvió a tomar un trago de su amarga bebida.
-Andrew, soy Ash-declaré.
-Lo sé-respondió, arqueando una ceja.
-No, no me entiendes. Lo de Ash no es por mi madre, me lo inventé todo-me reí sin humor.-Soy Ash-sus ojos se abrieron como enormes platos y su cuerpo se tensó.
-Espera... ¿Ash... ese Ash?
-Sí-suspiré.-Pero 'Ash', ese famoso asesino del que todos hablan y al que todos temen, tiene una vida. Tiene sentimientos, es humano, como tú. Y está enamorado de ti-dije en un susurro, con mis pupilas sobre las suyas. Sus hermosos iris azules eran ahora casi grises y daban vueltas como remolinos.
-Yo también estoy enamorado de ti-susurró, acariciando mi mejilla. Noté en sus ojos y por el ardor de sus mejillas que estaba asustado.
-Jamás te haría daño, Andrew-trató de estirar las comisuras de su boca, fallando.
-Te quiero-dijo cariñoso, restregando su cabeza contra mi hombro.
-Yo también te quiero-suspiré.-Si alguien se entera de esto...
-Te tengo suficiente respeto como para contarlo.-dio un sorbo a la lata.
-Y yo a ti suficiente confianza como para habértelo contado-Andrew iba a hablar cuando su móvil comenzó a sonar.
-¿Sí? ¿Ash?-salté al oír 'mi' nombre.-No, en casa. En casa de Ash-Andrew se contuvo la risa ante el juego de nombres.-Eh, pues no sé. Espera...-se volvió, tapando el micrófono del teléfono.
-¿Puede venir Ashley? será un momento...-preguntó, bebiendo de nuevo.
-Sí, pero un momento-contesté poniendo los ojos en blanco.
-Dice que sí-exclamó Andrew, colocando de nuevo el teléfono en su oído.-Vale, vale, sí. Está bien. Adiós-fue lo último que dijo.
Minutos después, alguien llamó a la puerta frenéticamente. Me levanté del sofá y, tras mirar a traves del circulo acristalado y descubir a Ashley detrás de la puerta, la abrí. El hombre se quedó mirandome de arriba abajo, mis desnudas piernas y mis drlgados muslos cubiertos por la larga camiseta de Andrew. Se mordió el labio mientras sus pupilas seguíam recorriendo mi cuerpo.
-Eh, Ash, quítale los ojos de encima a mi novia, ¿vale?-Ashely inmediatamente miró a Andrew quien, con expresión celosa y paso firme, se dirigía hacia nosotros. El hombre de mi altura levantó las manos en su defensa.
-Es que lo pone muy fácil-Andrew le lanzó una mirada fulminante.
-Lo que pones tú fácil es que te arranque los huevos, Ashley-murmuré, riendo. El sonrió a modo de disculpa.
-Andy, tengo que hablar contigo. Y no es bueno-finalmente, pasó, cerrando la puerta a sus espaldas.-Echa un vistazo-dijo, tendiéndole unos papeles. Los tres nos sentamos sobre el sofá.
-¿Qué significa esto?-Andrew bebió un largo trago de cerveza.
-Creo que los de Rollingswood están por aquí.
-¿Cómo? Esos hijos de puta no saben meterse en sus asuntos-Andrew gritó. Acaricié su nuca para calmarlo e, inmediatamente, noté como se su cuerpo se relajaba bajo mis manos.
-Cálmate, no es seguro-Ashley aclaró. --No sé por qué coño están aquí pero, si de verdad están, hay que detenerlos. Y rápido.-Andrew se removió nervioso en su asiento, acabándose la cerveza.
-Sí, sí. Cálmate, ¿vale? Mañana lo arreglaremos.
-¿Mañana?-Andrew levantó la voz.-¡Mañana ya será muy tarde...! No voy a dejar que me invadan uno cabrones porque sí, no quiero peleas por un tiempo y ellos...
-Calla, Andy, calla... será mañana. No estamos seguros de que estén aquí. Los chicos y yo vamos a investigar y te avisamos-Ashley se puso en pie.-Mientras tanto, descansa, te noto nervioso.
-Está bien, está bien-Andrew suspiró. -¿Te veo mañana?
-Supongo-dijo ashley, abriendo la puerta.-Gracias, Ash, siempre es bueno verte.
-Oh, lo mismo digo-sonreí.
-Asegúrate de que Andy duerme-dijo, despidiendose, antes de cerrar la puerta.
-Lo haré, no te preocupes-contesté.
Andrew me miró nervioso, con sus negras pupilas correteando de lado a lado, con expresión confusa.
Acaricié con mi pulgar su mejilla, sonriéndole hasta que me devolvió la sonrisa. Sus azules ojos se achinaron ante este gesto, volviéndose diminutos por un par de segundos. Retiró un mechón de pelo negro de mi frente antes de hablar.
-¿Cómo alguien tan hermoso puede tener tan pocos escrúpulos?-susurró, sin quitarme los ojos de encima.
-Ni yo misma lo comprendo-suspiré.-Anda, vamos a dormir. necesitas descansar.
-Está bien-respondió él. Un bostezo se escapó de mis labios al ponerme de pie, estirando todo mi cuerpo-aunque no soy el único que lo necesita.
-Ha sido un día largo-me excusé, crujiendo todos mis huesos con fuerza.
Tras estas palabras, Andrew y yo nos encaminamos hacia mi cuarto. Una vez allí, caí sobre la cama, hundiendome en el colchón. Observé con Andrew se deshacia de su ropa, dejando a la vista su pálido torso. Sus costillas sobresalían de este, al igual que sus clavículas. Se bajó los pantalones lentamente antes de caer en la cama a mi lado. Se acurrucó en mi costado, mientras que yo coloqué mi cabeza en su pecho. Andrew nos cubrió con las mantas de la cama y paso su brazo por mi cuerpo.
-Ash, te quiero-susurró, adormilado.
-Yo también, Andrew... yo también te quiero-sonreí, dejando un beso sobre su nariz.
Pronto comencé a sentir su profunda respiración, su cuerpo relajado, junto al mío. Inhalé su aroma antes de entregarme completamente a la noche, al sueño y, por fin, caer dormida.

Placer Rojo. (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora