-Chicas se conocían?- Dijo Alisson alegre.
-Algo asi- Respondió la rubia.
Y acompañada de una mirada cansada y llena de tristeza la morocha se fue del lugar.
Skyler se puso a pensar que no tenia a quien invitar, solo a Colby, su primo, y Dylan, su mejor amigo. ¿Sophie? Ya no estaba, y ya casi no se acordaba de ella, no sabia si seguía igual o había cambiado.
Organizó todo para ir en unos minutos a rendir unos de sus últimos exámenes, en menos de un año, ya se recibiría y nada lo iba a impedir.
Salió de la universidad, cansada de los profesores con mala cara, pero ella sabía que faltaba poco para no verlos más.
Se sentó en un banco de madera, tomó su teléfono y llamo a su madre.
Espero unos 20 minutos ahí, hasta que llegó su madre para recojerla y pasar la tarde juntas.
Subió al auto negro y largo, y se dirigieron hacia un café.
-Bueno hija, ¿Cómo vas con la universidad?-
-Bien la verdad, todo esta salieron bien, hasta hora- Sonrió de oreja a oreja.
- ¿Y la fiesta? ¿A quien vas a invitar?- su madre levantó la taza y bebió el líquido.
A la californiana le dolió, no le importaba no tener miles de amigos, porque la mayoría siempre eran falsos, pero cuando necesitaba a alguien para que la escuché, no tenia a nadie.
-Bien, supongo...-
.
¿Ahora? Ya no podía entrar más a ese patio.
Miraba por última vez el lugar, seguido de esto escucho las mismas quejas.
Como siempre, la curiosidad le ganó, bajo de su cama, y se dirijo a la casa de al lado.
Tocó la puerta con un ritmo peculiar, segundos después, una chica castaña, baja, rellena y ojos miel abrió la puerta.
-Hola, ¿Necesitas algo?- Hablo por fin la dueña de la casa.
-Em... si, digo no...- La castaña la corto.
-Vos sos la chica de anoche, ¿No?- Dijo frunciendo el ceño.
-Em ¿Si?- dudo con su respuesta.
-Ahh, perdón por los gritos-
-No, esta bien, solo te venía a pedir perdón por entrar a tu patio-
-Tranquila, esta bien- Miro por los hombros de la rubia -¿Queres pasar? -
Sophie acepto entrar y pasaron la tarde juntas, charlando de muchas cosas.
Después de unos horas la castaña se tenia que ir.
-Sophie, ¿Queres venir?- Pregunto agarrando las llaves del auto y de la casa.
-No, gracias, mejor me voy a ver si me llaman de algún trabajo- Sophie salió por la puerta y se dirijo a su casa.
Entró a su habitación y se tiró en la cama.
No tenía nada, no tenia amigos, un trabajo para poder mantenerse, no tenia algo o alguien que la pudiera distraer de todo el lío fe su familia.
Estaba cansada de haber intentado mil cosas para poder avanzar y qur por culpa de alguien o algo nunca lo lograse.
Esta vez lo iba a lograr, nadie va impedirlo. Ni su propia madre.
Después de pensar y desahogarse, seco sus lágrimas y se levantó de la cama.
Lavo su cara y se sacó toda la ropa de ensima, estaba por meterse a la ducha cuando, retrocedió y corrió a tomar su celular.
Puso música, comenzó a sonar I Wouldn't mind.
Se metió a la ducha y el agua caliente recorrió su cuerpo.
La canción cambio, pero esta vez era un tono de llamada, no una canción.
Apago la ducha rápido y agarro el celular. Nadie la llamaba jamás, la únicas personas que pueden estar llamando eran las de los lugares donde pidió trabajo.
-¿Hola?- Respondió un poco agitada y nervios, esperaba que fuera algo bueno.
-Sophie, ¿No? La llamamos para avisarle que esta adentro- Hablo una voz algo grabe.
