11. Verano

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11. verano

Verano

Narra Kai.

Ya se terminó el año escolar, y empezó el verano.

Helados, piscina, descanso...

No.

Ese no es MI verano, ese es el verano de alguien normal. Mi verano es viajar a Sudamérica, a visitar a mi padre. Sí, mi padre es latino y mi madre... ¿cómo le dicen los latinos?... gringa. El punto es que visitarlo es algo parecido a una tortura, no es completamente malo, pero para nada es un paraíso.

-¿Empacaste todo? -pregunta mamá por 8646720836pato04conejo9lobovolador82763 vez.

-Si -le respondo cansada, cada verano es lo mismo.

Mes y medio después.

¡ESTADOS UNIDOS! ¡COMO TE EXTRAÑEEE!

¡Por fin!, después de muchos días en Colombia con un frio congelador de nalgas que te hace sentir en finales del otoño en vez de el principio del verano, volví a Estados Unidos. No me malinterprete, amo Bogotá y todas las ciudades colombianas que he visitado, pero es duro no querer largarte de un lugar con tu padre sobre ti, criticando cada movimiento.

¡Le molesta hasta mi forma de hablar!, dime, ¿cómo carajos piensas que voy a hablar si soy gringa, eh? ¡Agradece que hable español!

-¡Ya llegue! -grito desde la primera planta y subo a toda velocidad las escaleras.

-¡Kai! -saluda mamá en la puerta de su cuarto y abre los brazos.

-Te extrañe tanto -digo y corro desde las escaleras hasta donde esta mamá y sigo de largo- ay, aire acondicionado. ¡Prometo que no nos separaran hasta el otoño! -digo abrazando a la caja que brinda frio al cuarto de mi madre. Mientras en Bogotá estornudas estalactitas, aquí bien podrías cagar nutella.

-¿Y la mujer que te dio la vida? -pregunta indignada- aparte de que no llamas, no saludas al llegar.

¿Sabes cuánto cuesta un minuto internacional? ¿Y aparte cuanto te gusta hablar?, pfff. Ni que fuera rica, mujer.

Ah, espera. Lo soy.

No exactamente yo, sino mi padre, un gran empresario en la arquitectura. Ha construido y diseñado edificios por toda Latinoamérica.

Aun así no gastare un mísero peso, dólar o sol en una llamada.

-Perdón, ma -me disculpo y la abrazo.

-Vale, no hay problema. Pero tengo algo que decirte...

Esto no suena bien.

(...)

-¡¿Mudanza?! –grito alarmada, no puede ser que a mi madre se le dé por cambiar de casa de un momento a otro.

-No nos vamos de la ciudad, Kai. –Dice ella rodando los ojos y, probablemente, rogando por paciencia y una hija con algo de cordura-. Simplemente vamos a cambiar de casa, mi nueva oficina está muy lejos de aquí, y encontré una escuela que sé que te encantara –me regala una amplia sonrisa en la cual no confío.

No quiero mudarme. Es así de fácil.

¿Qué tienes que perder? Me interrumpe mi conciencia. Toda la escuela te dejo de lado al enterarse de los fuegos artificiales, como si fueras una verdadera "delincuente". Oliver no apareció frente a ti en ninguna ocasión desde esa tarde en su casa, ni una llamada, mensaje, paloma con una carta, nada. ¿Por qué no ir?, nueva casa, nueva escuela, nueva vida.

Mi Historia Como ''Delincuente''Donde viven las historias. Descúbrelo ahora