8. "El cumpleaños de muerte."

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Octubre trajo un gran frío húmedo al castillo. Madam Pomfrey estaba atareadísima por una epidemia de catarros entre alumnos y profesores. Su poción pimentónica funcionaba, aunque dejaban a quienes lo tomaban echando humo por las orejas durante un par de horas. Ginny se veía de muy mal aspecto, y eso preocupaba a sus hermanos, Noa, Maddie, Harry y Hermione.

Llovió terriblemente durante días y días; el nivel del lago subió, los canteros de flores se transformaron en arroyos de agua sucia y las calabazas de Hagrid adquirieron el tamaño de grandes cobertizos. Sin embargo, el entusiasmo de Oliver Wood seguía intacto, y por esa razon Noa y Harry se encontraban, a última hora de una tormentosa tarde de sábado a pocos días de Halloween, volviendo a la torre de Gryffindor, llenos de barro.

Caminaban sin decir nada, estaban cansados y lo único que querían en ese momento era tomar un agradable baño de agua caliente. No había sido exactamente un "entrenamiento agradable"; Fred y George habían ido a espiar al equipo de Slytherin para comprobar por sí mismos la velocidad de las Nimbus 2001. Dijeron que el equipo solo eran siete estelas verdosas que cruzaban el aire como cohetes.

Luego de caminar en silencio por el desierto pasillo, encontraron a alguien que parecía tan preocupados como ellos. Nick Casi Decapitado miraba por la ventana, murmurando algo para sí que Noa no podía entender.

-Hola Nick -dijo Harry.

-Hola Nick -lo imitó Noa con una sonrisa un tanto fingida y saludando con la mano.

-Hola, hola, pequeños -respondió Nick, dando un respingo y mirando a su alrededor.

Llevaba un sombrero elegante, de plumas, sobre su largo pelo ondulado, y una túnica con gorguera; que disimulaba el hecho de que su cuello estaba casi completamente seccionado.

-Parecen preocupados, jóvenes -dijo Nick, plegando una carta transparente mientras hablaba, y metiéndosela en el bolsillo.

-Tu igual, ¿Estás bien? -dijo Noa amablemente.

-¡Ah! -exclamó Nick con un elegante gesto con la mano-, un asunto sin importancia... no es que realmente tuviera interés en pertenecer... aunque lo solicité, pero por lo visto "no reúno los requisitos". -Había amargura en su rostro, era evidente que estaba enojado por algo-. Pero cualquiera pensaría, ¡cualquiera! -estalló de repenre, volviendo a sacar la carta del bolsillo-, que cuarenta y cinco hachazos en el cuello dados con un hacha mal afilada deberían calificarlo a uno para pertenecer al Club de Cazadores Sin Cabeza.

-¡Oh, desde luego! -dijeron los niños intercambiando miradas cómplices, diéndose cuenta de que el fantasma esperaba que le dieran la razón.

-Por supuesto, nadie hubiera tenido más interés que yo en que todo hubiese resultado limpio y rápido y mi cabeza se hubiera desprendido adecuadamente, quiero decir que eso me habría ahorrado mucho dolor y mucho ridículo. Sin embargo... -Nick Casi Decapitado abrió la carta y leyó con indignación:

Sólo nos es posible admitir cazadores cuyas cabezas estén separadas de sus respectivos cuerpos. Comprenderá que en caso contrario a los miembros del Club les resultaría imposible participar en actividades tales como los Juegos Malabates de Cabeza sobre Caballo o el Cabeza Polo. Lamentándolo profundamente, por lo tanto, es mi deber informarle que usted no reúne los requisitos necesarios para pertenecer al Club. Con mis mejores deseos,
Sir Patrick Delaney-Podmore

Indignado, Nick arrugó la carta con furia y la volvió a guardar en su bolsillo.

-¡Un centímetro de piel y tendón sostiene mi cabeza, Noa y Harry! La mayor parte de la gente pensaría que estoy bastante decapitado, pero no, eso no es suficiente para Sir Bien Decapitado Podmore.

Pequeñas Black y la Cámara de los Secretos [II] [Harry Potter] (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora