18. "Aragog."

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El verano se acercaba a los campos que rodeaban el castilo: el cielo y el lago se volvieron del mismo azul claro y en los invernaderos brotaron flores grandes como repollos. Pero al no poder comunicarse con su hermana, quien estaría haciendo comentarios raros y siempre siendo la primera junto a Hermione en Transformaciones; y al no ver a Hagrid desde las ventanas del castillo, cruzando el campo a grandes zancadas con Fang detrás, el ambiente no era lindo para Maddie; mientras al mismo tiempo en el castillo las cosas iban de mal en peor.

Ella, Harry y Ron habían intentado visitar a Noa y a Hermione, pero ahora estaban prohibidas las visitas a la enfermería.

-No podemos correr más riesgos -les dijo severamente Madame Pomfrey a través de una rendija en la puerta-. No-, lo siento, hay demasiado peligro de que pueda volver el agreaor para acabar con esta gente...

Sin Dumbledore, el pánico se había extendido como nunca, asi que el sol que calentaba los muros del castillo parecía detenerse en las ventanas geminadas. Apenas se podía ver en el colegio un rostro que no expresara tensión y preocupación, y, si sonaba alguna risa en los corredores, parecía estridente y antinatural, y era inmediatamente sofocada.

Maddie se repetía constantemente las palabras finales de Dumbledore aquella noche en la cabaña de Hagrid: Sólo abandonaré de verdad el colegio cuando no me quede nadie fiel. Y Hogwarts siempre ayudará al que lo pida. Pero, ¿para qué había dicho aquellas palabras? ¿a quién podrían pedirle ayuda, cuando todo el mundo estaba tan confundido y asustado como ellos?

La indicación de Hagrid sobre las arañas era bastante más fácil de comprender, aunque tanto a Maddie como a Ron les desagradaba la idea. Otro problema respecto a las arañas era que no parecía haber quedado en el castillo ni una araña a la que seguir. Maddie miraba a dondequiera que iba, aunque con pocas ganas y poca fe de encontrar la más mínima señal de vida de arañas. Además, se añadía la dificultad de que no los dejaban ir solos a ningún lado, sino que tenían que moverse siempre en grupo con los otros de Gryffindor. La mayoría de los estudiantes parecían agradecer que los profesores los acompañaran siempre de clase en clase, pero para Maddie resultaba irritante.

Sobre todo esto, unos quince días despuéa de que se fueron Dumbledore y Hagrid, unamañana antes de clase, Emily dejó una carta frente a Maddie:

"Queridas Noa y Maddie:
¿Cómo están? Espero que la estén pasando muy bien en el colegio. Bueno, sólo quería escribirles para contarles que Demetria y yo hemos tenido ciertas discusiones acerca de ustedes y su futuro en el colegio, pensamos diferente respecto a esto de la magia; y quería avisarles para que no se asusten si oyen discusiones y peleas en casa cuando vuelvan. Yo iré a buscarlas a King's Cross al finalizar las clases.
Con amor, Albert."

-Genial, se divorciarán -dijo Maddie sarcásticamente.

-No creas, pueden ser simples discusiones, mis padres discuten muchas veces -comentó Ron.

A pesar de las cosas malas que estaban sucediendo en el colegio, había una persona que, sin embargo, parecía disfrutar de aquella atmósfera de terror y recelo. Draco Malfoy se pavoneaba por el colegio como si acabaran de elegirlo delegado. Esa misma mañana de la carta, Maddie comprendió qué era lo que lo hacía sentirse tan contento, estando junto a Harry y Ron sentada justo detrás de él en clase de Pociones, lo oyó regodearse ante Crabbe y Goyle:

-Siempre pensé que mi padre podía ser el que echara a Dumbledore -dijo, sin preocuparse de hablar en voz baja-. Ya les dije que él piensa que Dumbledore ha sido el peor director que ha tenido el colegio. Quizá ahora tengamos un director decente. Alguien que no quiera que se cierre la Cámara Secreta. McGonagall no durará mucho, sólo está provisional...

Pequeñas Black y la Cámara de los Secretos [II] [Harry Potter] (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora