Pequeñas Black y la Cámara de los Secretos [II] [Harry Potter] (TERMINADA)

19. "La cámara de los secretos."

-Todas las veces que estuvimos en ese baño, con ella a tres cabinas de distancia -dijo Ron con amargura en el desayuno del día siguiente.

-¡Y podríamos haberle preguntado! Pero ahora... -continuó Maddie.

Ya había sido bastante duro buscar a las arañas. Ahora burlar a las profesores para meterse en el baño de las chicas, el baño que, por otra parte, estaba justo junto al lugar en que había ocurrido el primer ataque, resultaría prácticamente imposible.

Pero sucedió algo en la primera clase, Transformaciones, que les sacó de la cabeza la Cámara Secreta. A los diez minutos de empezar la clase, la profesora McGonagall les dijo que los exámenea comenzarían el primero de junio, para lo que faltaba una semana.

-¿Exámenes? -aulló Seamus Finnigan-. ¿Vamos a tener exámenes a pesar de todo?

Maddie se desplomó en la silla. Lo único que faltaba era eso. Oyó un estruendo a sus espaldas cuando a Neville Longbottom se le cayó la varita mágica e hizo desaparecer una de las patas del pupitre. La profesora McGonagall volvió a hacerla aparecer y giró, frunciendo el ceño, hacia Seamus.

-El único propósito de mantener el colegio en funcionamiento en estas circunstancias es el de darles una educación -dijo con severidad-. Los exámenes por lo tanto se desarrollarán como de costumbre, y confío en que estén todos estudiando mucho.

¿Estudiar? Nunca se le ocurrió a Maddie que pudiera haber exámenes con el colegio en ese estado. Pensó en Hermione y en Noa, pero unos murmullos rebeldes del aula las apartaron de su mente, y provocaron que McGonagall frunciera en ceño aún más.

-Las instrucciones del profesor Dumbledore fueron que el colegio prosiguiera su marcha con toda normalidad posible -dijo-. Y eso, no necesito explicarlo, implica averiguar cuánto aprendieron en este año.

Maddie se quedó viendo las zapatillas que había convertido a partir de un par de conejos blancos. Había mejorado en Transformaciones, si, pero no podía siquiera pensar en exámenes en el momento que estaban pasando.

En cuanto a Ron, parecía como si le acabaran de decir que tenía que irse a vivir al bosque prohibido.

-¿Puedes imaginarme haciendo los exámenes con esto? -le preguntó a Maddie y a Harry, levantando su varita, que se había puesto a silbar.

Tres días antes de su primer examen, durante el desayuno, la profesora McGonagall hizo otro gran anuncio a la clase:

-Tengo buenas noticias -dijo, y el Gran Comedor, en lugar de quedar en silencio, estalló en alboroto.

-¡Vuelve Dumbledore! -dijeron varios, entusiasmados.

-¡Atraparon al heredero de Slytherin! -gritó una chica de Ravenclaw.

-¡Vuelven los partidos de quidditch! -bramó Wood emocionado.

Cuando se calmó el alboroto, habló la profesora McGonagall:

-La profesora Sprout me informó que las mandrágoras ya están listas para ser cortadas. Esta noche podremos revivir a las personas petrificadas. Apenas necesito recordarles que alguno quizá pueda decirnos quién, o qué, los atacó. Tengo la esperanza de que este horroroso año escolar termine con la captura del culpable.

Hubo una explosión de alegría. Maddie miró la mesa de Slytherin y no se sorprendió de ver que Draco Malfoy no participaba de ella. Ron y ella, sin embargo, parecían más felices que en ningún otro momento de los últimos días.

-¡Noa y Hermione despertarán! -chilló Maddie emocionada.

-¡Siendo así, no tendremos que preguntarle a Myrtle! -dijo Ron a Maddie y a Harry-. ¡Hermione y Noa tendrán la respuesta cuando despierten! Aunque Hermione se volverá loca cuando se entere de que quedan tres días para el comienzo de los exámenes.