Pequeñas Black y la Cámara de los Secretos [II] [Harry Potter] (TERMINADA)

22. "El fin del ciclo."

Unos días antes de que finalizase el ciclo escolar, Maddie, Ron, Noa, Harry y Hermione fueron al jardín del colegio a relajarse. Maddie, Hermione y Harry probaban diferentes grageas, y Ron y Noa jugaban al ajedrez mágico. En cierto momento, Fred los interrumpió.

-Disculpa, hermano, pero voy a llevarme a tu rival e interrumpir tu partido -dijo sarcástica y cortésmente tirando a Noa de la mano-. Alguno de ustedes tendrá que competir con Ron, gracias.

Maddie se sentó en el lugar de Noa y ésta fue con Fred. Una vez ya alejados, Noa preguntó:

-¿Necesitas hablar de algo en especial, Weasley?

-No -respondió Fred-, sólo me gusta estar contigo.

Mientras seguían caminando hablando de asuntos sin importancia, alguien los interrumpió.

-¿Qué tramas, Weasley? Te recuerdo que soy prefecto.

Era Cedric.

-Demonios, Diggory, sólo estamos hablando -se quejó Fred.

-¿Puedo hablar contigo, Noa?

-Te recuerdo que Maddie está por allí... -dijo Noa señalando a sus cuatro amigos.

-Pero yo necesito hablar contigo.

-¿Y por qué con ella? -preguntó Fred.

-¿Acaso estás celoso? -rió Cedric-. ¿Están saliendo?

-No -dijeron Fred y Noa al unísono.

-No te preocupes que solo me tomaré cinco minutos -dijo Cedric a Fred-. Después de todo, me interesa otra persona.

-Ya vuelvo -dijo Noa y fue con Cedric.

Cedric se aseguró de que no hubiese nadie cerca.

-¿Buscando información sobre Mads, Cedric?

-Sólo quiero enviarle un par de lechuzas en el verano -suplicó Cedric-. ¿Puedes decirme en dónde viven?

-Número tres de Camino Wisteria, Little Whigning, Surrey -replicó Noa claramente-. Buena suerte con ello.

Dicho esto, Noa volvió con Fred.

-¿De qué quería hablar?

-De Mads -rió Noa-, al parecer quiere escribirle en el verano.

-Te apuesto un sickle a que ambos se gustan.

-No necesito apostar, es obvio -rió Noa.

El resto del último trimestre transcurrió bajo un sol radiante y abrasador. Hogwarts había vuelto a la normalidad, con sólo unas pequeñas diferencias: las clases de Defensa Contra las Artes Oscuras se habían suspendido («pero hemos hecho muchas prácticas», dijo Maddie a una contrariada Hermione) y Lucius Malfoy había sido expulsado del consejo escolar. Draco ya no se pavoneaba por el colegio como si fuera el dueño. Por el contrario, parecía resentido y enfurruñado. Y Ginny Weasley volvía a ser completamente feliz.

Muy pronto llegó el momento de volver a casa en el expreso de Hogwarts. Maddie, Noa, Harry, Ron, Hermione, Fred, George y Ginny tuvieron todo un compartimento para ellos.
Aprovecharon al máximo las últimas horas en que les estaba permitido hacer magia antes de que comenzaran las vacaciones. Jugaron al snap explosivo, encendieron las últimas bengalas del doctor Filibuster de George y Fred, y jugaron a desarmarse unos a otros mediante la magia. Harry estaba adquiriendo en esto gran habilidad. Estaban llegando a Kings Cross cuando Maddie recordó algo.

—Ginny.., ¿qué es lo que le viste hacer a Percy, que no quería que se lo dijeras a nadie?

—¡Ah, eso! —dijo Ginny con una risita—. Bueno, es que Percy tiene novia.

A Fred se le cayeron los libros que llevaba en el brazo.

—¿Qué?

—Es esa prefecta de Ravenclaw, Penélope Clearwater —dijo Ginny—. Es a ella a quien estuvo escribiendo todo el verano pasado. Se han estado viendo en secreto por todo el colegio. Un día los descubrí besándose en un aula vacía. Le afectó mucho cuando ella fue..., ya saben..., atacada. No se reirán de él, ¿verdad?

—Ni se me pasaría por la cabeza —dijo Fred, que ponía una cara como si faltase muy poco para su cumpleaños.

—Por supuesto que no —corroboró George con una risita.

—Yo tengo una duda -murmuró Maddie.

—¿Sí?

—¿Ya son novios? —preguntó en voz alta señalando a Fred y Noa.

—No —dijo Noa.

—Y creo que tú no eres la perfecta candidata para bromear con eso —contraatacó Fred— ya que tú y Cedric..

—No estamos saliendo —se defendió Maddie.

—No podemos estar muy seguros —se burló Noa.

—Si supieran lo que nosotros sabemos —rió Fred.

—¿Qué saben? —preguntó Maddie.

—Cállate —dijo Noa a Fred.

—Solo te advierto: no te sorprendas si Diggory te escribe en el verano —dijo Fred y todos los del compartimiento rieron a carcajadas.

El expreso de Hogwarts aminoró la marcha y al final se detuvo.
Harry sacó una pluma y un trozo de pergamino y se volvió a Maddie, Noa, Ron y Hermione.

—Esto es lo que se llama un número de teléfono —dijo Harry, escribiéndolo tres veces y partiendo el pergamino en tres para darles un número a cada uno—. Tu padre ya sabe cómo se usa el teléfono, porque el verano pasado se lo expliqué. Llámenme a casa de los Dursley, ¿si? No podría aguantar otros dos meses sin hablar con nadie más que con Dudley...

—Pero tus tíos estarán muy orgullosos de ti, ¿no? —dijo Hermione cuando salían del tren y se metían entre la multitud que iba en tropel hacia la barrera encantada—. ¿Y cuando se enteren de lo que has hecho este curso?

—¿Orgullosos? —dijo Maddie

—¿Estás loca? ¿Los Dursley? —preguntó Noa,

—Con todas las oportunidades que tuve de morir, y no lo logré? —rió Harry—. Estarán furiosos...

Y juntos atravesaron la verja hacia el mundo muggle.

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