Querido Sam: ¿Así que también estás zafado de un tornillo?
¡Ah, pero mira qué coincidencia! También me medicaban con Litio para la depresión. Aunque mi diagnóstico fue bien acertado. Deberías de ser más cuidadoso al escoger a tus médicos. El mío es bastante amable. Y anciano. Y huele a leche condensada.
No mucho, querido. Lo habitual. Mi madre andando ebria vio su porquería de desorden en la casa y bueno, la culpable resulté ser yo. Ya sabes cómo se pone cuando la casa no está limpia. Así que en su ataque colérico salí sorteada con dos gloriosas y soberbias cachetadas. Tengo tres de cinco dedos marcados en el rostro.
Hoy horneé galletas y mientras las hacía recordé tu cumpleaños. ¿Cuántos son? ¿22? ¿3? ¿90? ¿O serán 25? Y lo recordé porque cuando apenas llevábamos un par de meses hablando por correo me comentaste que serías feliz si para tu cumpleaños te regalaran una galleta gigante de jengibre.
No sé si lo decías en serio, pero bueno. En caso de que sí, creo que comenzaré a buscar un molde gigante para ver qué demonios puedo hacer por tu deseo.
En fin, me da curiosidad. ¿Por qué te habías deprimido para que te llegasen a medicar?
Con cariño del bueno, Lola.
ESTÁS LEYENDO
Lithium (Una memoria)
JugendliteraturHay tres cosas en este mundo que son realmente peligrosas: El ser humano, el miedo y el amor. El primero de ellos es un contenedor, lleno de emociones, de diversidades infinitas y con infiernos individuales. El segundo es una emoción, contenida de...