Lola.

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Querido Sam: Voy a ausentarme unos cuantos días.

Solo serán unos pocos, espero. ¿Sí? Por favor no vayas a pensar que no quiero responderte. Es solo que no voy a poder. Mamá no ha pagado el recibo del internet así que tendrán que cortarlo por un rato hasta que lo pague.

Sí, aquí también hacen carnavales. ¿Qué clase de cavernícolas crees que somos?

Si logro conseguir internet en el instituto entonces te escribiré desde ahí. Mientras tanto solo espérame, que voy a regresar.

Hoy he tenido la ligera impresión de que pertenezco al cielo, Sam. Como una nube, libre y liviana, volátil y cambiante en un vasto espacio en donde el viento te mece hacia donde crea conveniente. Voy hacia donde mi nariz apunta y hago cosas que los demás no hacen por cuestiones mentales que están mal vistas. Y te digo esto porque tenía que contarte que me corté el cabello yo sola. No sé qué carajos estaba pensando pero el impulso apareció y yo atendí su llamado. No quedó ni tan corto y ni tan mal ¿Sabes? Pero si alguien me hubiese visto como lo hacía entonces hubiese pensado que me había vuelto loca.

Hoy por la tarde estaba lloviendo fuerte. Hacía frío y el cielo gris me sabía a calma. Así que hice lo que siempre había querido hacer. ¡Me tendí en el patio a mojarme bajo la lluvia, Sam!

Tienes que intentarlo algún día. Es lo más liberador que puede existir en este mundo.

Lo curioso fue que mientras estaba ahí en el asfalto del patio, mientras las gotas golpeaban mi rostro y mientras el frío devoraba mis vacíos... te imaginé a ti. Apareciste en mi mente y tu sonrisa se dibujó en el cielo cuando abrí mis ojos. Y en lo único que pude pensar fue en que eres un jodido incontrolable que me acosa incluso cuando no me escribes.

En eso y en que las nubes se veían exactamente del color de tus ojos.

Imaginé entonces que me veías desde lo alto.

No como un muerto, no lo malinterpretes. Sino solo como el Sam vivo que conozco.

Tal vez hoy hemos vuelto a vernos frente a frente Sam. Tú desde las nubes y yo desde la tierra.

Con el culo embargado en deudas, Lola.

P.D: Oye Sam... ¿Qué piensas tú de mí?

Lithium (Una memoria)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora