Sam.

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Querida Lola: Ébola=Me la suda.

Sé qué demonios es el ébola. Y bueno, no es que realmente me la sude, pero creo que hay cosas más importantes que preocuparse por infectarse de ébola. Encontrarle una cura, por ejemplo.

¿En serio dijo eso tu señora madre?

¿Qué hiciste esta vez para hacerla enfadar? ¿Volviste a comer detergente?

Vamos, Lola, ya te he dicho que si piensas suicidarte tienes que conseguir veneno para matar ratas. VE-NE-NO. No detergente. Luego, cuando comiences a cagar burbujas quitamanchas o a soltar eructos con olor a "flores primaverales" no digas que no te lo dije. Una vez quise abrir el detergente con los dientes y la experiencia fue desagradable. Creí que iba a perder el gusto de por vida. ¡Horrible!.

Por cierto, tenía que contarte algo importante: tengo dos nuevos amigos. Uno es escritor y el otro, bueno, el otro al menos está vivo. Clover y Ty.

Clover ama escribir. Dice que sus novelas no son tan buenas y que le cuesta demasiado inspirarse. Que la forma en la que lo logra es peculiar. Pero, ¡Joder!, es un escritor de los buenos. El mal parido me resumió la historia de una chica llamada Elena que entra en una especie de juego medio demente. Cuando la publique dijo que me la pasaría. Cuando la tenga en mis manos te la enviaré. Por cómo me la contó, esa cosa va a estar interesante.

Ty por su parte es un chico un poco introvertido. Vive solo en un apartamento en el centro de la ciudad, a unos quince minutos de la universidad. Él siempre está tomando apuntes en una libreta marrón. Ty dice que escribe un diario, pero que lo hace no tanto para él sino para otra persona. Para otra tal Elena.

Las Elenas abundan últimamente.

Dice que espera poder entregárselo algún día. Tal parece que está enamorado de la chica.

Y te preguntarás cómo nos hicimos amigos. Pues bueno, fue en la hora de estudios libres. Los tres solemos coincidir en la biblioteca. Te impresionaría lo dispares que somos. No creerías que podríamos ser amigos, pero tenemos más en común de lo que parece. La comida, por ejemplo. Pareciera que tenemos un agujero negro por estómago.

Bueno, ya no me alargo más. Tengo que hacer la cena. Hasta la próxima. Y deja de hacerte la desentendida. ¡El secreto! ¡El jodido secreto que dijiste que me confiarías hace tres correos!

Un abrazo, Sam.

Lithium (Una memoria)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora