¿Qué carajos significa eso? ¿Oportunidad para qué? ¿Para salir conmigo? Pobre ilusa, Caroline, eso no pasará ni en un millón de años.
—¿Son mis ideas o el ambiente se puso tenso? —Alex soltó una risa nerviosa mientras se rascaba la nuca—. Creo que me iré, ya es tarde y mi mamá me acaba de escribir. Así que... no sé ¿suerte?
Miré a Alex con ojos desesperados de "no me dejes sola con William que se va a volver incómodo y odio lo incómodo" pero su mirada fue "lo siento, no quiero que mi mamá me mate". Resignada, suspiré y me levanté para abrirle la puerta y despedirme. Se despidió de William con un choque de puños y unas palmadas en hombro y caminó a mi lado hasta la puerta, donde me dio un beso en la frente y un fuerte abrazo.
—Cuídate, Caroline —me sonrió dulcemente y se fue.
Estuve algunos segundos en la puerta viendo a Alex desaparecer mientras tenía una discusión en mi cabeza de lo que iba a hacer ahora. ¿Subir a mi habitación y dejarlo allí plantado? ¿Conversar con él hasta que mamá llegara? ¿Bajar algunas sábanas y dormirnos en la sala? No sabía qué pensar y muchos menos qué hacer. La situación me ponía nerviosa y eso no traía nada bueno.
Di vuelta para regresar con William. Estaba tan nerviosa que me empezaron a sudar las manos y mi estómago comenzó a sentirse vacío. No sé cómo (nunca sé cómo) terminé en suelo. Es una posición bastante confusa. Algo así como mi pierna doblada y todo mi peso encima, mirando hacia el techo. Me quedé inmóvil unos segundos con la mirada perdida pensando en lo estúpida que era y con qué coños había tropezado.
Luego apareció William intentado ayudar a levantarme. Cuando estuve en pie me troné todo el cuerpo buscando "acomodar" mis partes otra vez y bajar la intensidad del dolor. Me preguntó si me encontraba bien, a lo que asentí y me tiré en sofá, suspirando y cerrando los ojos.
—¿Qué hacemos ahora? —preguntó sentándose en el suelo, en frente de mí.
—No lo sé. ¿Tienes algo en mente?
William no contestó, al parecer ni siquiera había escuchado mi pregunta. Estaba mirando al vacío, su mirada no mostraba absolutamente nada. Decidí no emitir ninguna palabra e interrumpir sus pensamientos, sé perfectamente lo frustante que es. Solo me dediqué a observarlo, analizarlo.
Nunca lo había hecho antes, siendo sinceros. No lo había tenido así de cerca sin sentirme como gelatina. Sigo sintiéndome así, lo admito, pero por alguna razón me es más fácil controlarme. Creo que me di cuenta de lo tonto que era, digo, no hablo mucho con él, no puedo desperdiciar el poco tiempo a causa de mi nerviosismo. Como sea. Su rostro no es perfecto, él no es perfecto, sin embargo eso no impide que para mí lo sea. Tal vez esté exagerando, de acuerdo, si lo estoy haciendo pero no me culpen, es la emoción.
Su apariencia es tan común: cabello castaño oscuro, ojos cafés casi negros, nariz regordeta, labios finos y marcados; cejas no tan pobladas, algunos dientes chuecos pero, ¿qué importaba eso? De todos modos seguía siendo bonito físicamente.
No sé cómo llegó a gustarme, no lo conozco bien. Sé lo que todos saben y quizás un poco más. ¿Su verdadero él? No tengo ni idea, quién sabe, de pronto el tampoco lo sepa. A veces imagino qué tan agradable sería pasar una tarde hablando, conociéndonos realmente, riendo, haciendo bromas. Ser amigos, no compañeros, no conocidos, amigos.
—¿Caroline me escuchaste? —oí a lo lejos. Pestañeé varias veces y miré a William chasqueando los dedos en mi cara—. No, no me esuchaste.
—Perdón. ¿Qué me decías?
Suspiró. Yo no soy buena reconociendo gestos o actitudes de los demás, así que no le encontré sentido a su supiro o sus movimientos extraños con las cejas y la nariz.
—Dios, ¿por qué no me escuchaste la primera vez? Es díficil volver a decirlo todo. —Se quedó en silencio unos segundos y tomó aire varias veces. Hizo el amague de decir algo tres veces y se pasó las manos por el cabello—. Caroline, sé que yo te gusto, digamos que es algo fácil de darse cuenta. Yo no lo sabía hasta hace poco, es verdad cuando dice que todos se enteran de las cosas menos el que está implicado y eso pasa contigo también, todo el mundo sabe, pero al parecer tu eres ajena a todo...
Estaba paralizada, sabía que me gusta, y lo sabía desde hace tiempo. ¡Qué vergüenza! La sangre subíó hasta mis mejillas. Cerré mis ojos y me di golpecitos mentales en mi frente repitiendo «Caroline estúpida»
—Como venía diciendo, eres ignorante al hecho de que tu también me gustas-
—Espera. ¿Qué? ¿Que y-yo te... gusto? ¿Esto es una especie de broma o qué? ¿En qué momento va a salir la gente para burlarse de mí? —repondí con cierta ironía. No es imposible que eso pase, pero siendo sinceros, la posibilida era de un diez porciento.
—No, Caroline —se golpeó la frente—. Escucha, sé que ni actitud con respecto a ti no ha sido la mejor, pero fue una especie de barrera, no quería admitir que sentía algo por ti, y no es porque fueses tú, ¿acaso no has visto como te miran? Puedes ser muy torpe y todo, pero eres linda y a la gente no le pasa desapercibido. Simplemente me siento débil, débil porque no soy, o era, capaz de enfrentarme a la situación y hacer algo al respecto. Es rídiculo, lo sé.
El silencio acopló el lugar. Yo aún seguía en shock. ¿William gustaba de mí? Sí, es cierto que los demás me veían bonita, Lucy me lo dijo un par de veces, pero que William gustase de mí era otro nivel.
No sabía qué hacer o qué decir, supongo que William aún no terminaba su discurso, así que me quedé esperando oír su voz nuevamente.
—¿No piensas decir nada? —preguntó incrédulo.
—Pensé que no habías terminado, disculpa. Igual, no sé que decirte William. No sabía que te gustaba, es decir, nunca me trataste como una persona trata a otra que le gusta, ¿entiendes?
—Lo sé —suspiró resignado—, pero ya te dije la razón, quería evitar a toda costa ese sentimiento. Soy un estúpido, Jesús, sí que lo soy.
—Ya lo dijiste tú —Me reí y le di una palmada en el hombro, intentando calmar su estado de emoción-tristeza—. Te parece si bajo unas cuantas sábanas y dormimos aquí, ya me comenzó a dar sueño.
—Oye —reprochó como niño pequeño-, ¿en serio vas a ignorar completamente lo que te dije y hacer como si nada? Qué clase de persona eres.
Mostró indignación falsa y se tiró en la alfombra de manera dramática. Lo miré extraño, nunca se había comportado de esa forma, pienso que al descargar todo lo que dijo (que no voy a ignorar, nunca) se sintió más cómodo en la situación. Me alegra eso. Me levanté del sofá y lo dejé allí tirado y fui por las sábanas. Sus palabras no habían salido de mi mente. Cada vez recordaba alguna otra cosa que había dicho y lo tomaba todo y lo amontonaba en una parte de mi cerebro, que lo iba tener siempre presente.
El hecho de que supiera que me gustaba me relajaba un poco. Ya no tenía que fingir que me era una persona indiferente cuando nunca fue así, y ahora saber que también me ve de esa forma es... wow, ¿en serio?
Bajé con las sábanas y las puse en suelo con unas almohadas que también bajé, las tiré y me luego me tiré yo en una de las sábanas. Miré a William acomodar su colcha y acostarse sobre ella. Sonreí de medio lado, increíble todo.
—Hasta mañana, William. Hablamos mañana cuando todo mi yo deje de estar en shock, ¿ok?
Lo sentí reírse ligeramente del otro lado y un «ok» apenas audible me indicó que hasta aquí había llegado nuestra conversación hoy.
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Chica Torpe
HumorTodo el mundo la conoce a ella como "Chica torpe" y aunque a más de uno le haga suspirar, nunca se lo dirían para mantener así su "reputación". Esta chica sufrirá una serie de sucesos bastantes vergonzosos, gracias a su torpeza. Pero también sufrirá...