Capítulo 3

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–Clarke ¿te encuentras bien?–Preguntó Nylah limpiando sus heridas –Te veo un poco pensativa– agregó –Lo siento, sólo estaba recordando... ¿tú padre todavía no sabe que estoy aquí?– dijo Clarke intentando cambiar de tema y desviando la mirada –No, él no puede saberlo. Por ahora estás a salvo, déjalo así.– Le dijo seriamente, tuvo ganas de preguntar porqué pero por el tono de Nylah supo que no era el momento, no conocía a su padre, sólo había escuchado su voz unas cuántas veces y por lo que se había enterado era leñador. Finalmente Nylah se levantó de la cama, terminando su deber y sin mirarla salió a atender en la tienda que su padre tenía en la misma casa.

Clarke intentaba no hacer ruido como siempre, era en esas horas en que pensaba que sería mucho mejor estar en el bosque, era ese momento del día en donde los habitantes de los pueblos cercanos venían a comprar cualquier cosa que necesitaran y que no vendieran en otra parte. La tienda tenía los productos más extraños que podían existir, pero también los más normales que se encontrarían en algún mercado local, Nylah los atendía a cada uno con una increíble paciencia, cumpliendo cada uno de sus caprichos extravagantes, otros sólo iban por información debido a lo alejado que estaba el lugar de toda civilización.


– Llegas tarde, Lincoln– dijo la mujer con su usual tono relajado –Lamento haberte hecho esperar. – dijo él –De todas formas, ¿qué eras lo que necesitabas decirme con tanta urgencia? – preguntó, Indra suspiró –Puede que Heda tenga algún rastro de Clarke –respondió –Pero sabe que le estoy ocultando algo, no me ha permitido estar en las reuniones de la cumbre –confesó la fiel acompañante de la Comandante –¿Le has mencionado algo acerca de nuestras reuniones? –Preguntó Lincoln preocupado. –No seas ridículo. La Comandante no es tonta, sabías que se daría cuenta sólo era cuestión de tiempo.– respondió ella con un tono de superioridad –Pero, tal vez te hayas enterado de algo ¿no? – Dijo el muchacho confiado en sus palabras –¿Por qué estás tan seguro? –Preguntó la mujer –Oh, vamos. No te gusta darle vueltas a las cosas, Indra. Si no fuera algo importante no hubieras venido, además odias perder el tiempo y jamás lo harías con traidores como yo. –Respondió él mirándola seriamente, Indra asintió. –Entonces tienes razón. Es importante. Como sabes, la Nación del Hielo la está buscando pero no es la única.- dijo ella. –Heda también la está buscando- la interrumpió Lincoln. –Sí pero para salvarla de una muerte segura. De nada le sirve tener el poder de Wanheda– repuso Indra. –¿Por qué?– Preguntó él un poco confundido. –Heda no quiere su poder, la quiere a su lado así podrá protegerla. –respondió ella, Lincoln no dijo ninguna palabra. –Hay otros clanes que la están buscando, no para matarla, para entregarla al enemigo a cambio de protección en caso de que se declare la guerra. –Añadió –¿Sabes algo del de Luna? –preguntó la mujer. Lincoln negó con la cabeza –Se están escondiendo, nunca se arriesgarían a algo así. Buscar a Wanheda haría que las miradas se pongan en ellos y sería demasiado. –respondió Lincoln pensativo, Indra asintió de nuevo. –Debes saber que Trikru tiene un nuevo enemigo, no lo hemos identificado pero está claro que es una amenaza. –dijo la mujer después de un rato de silencio – Y si es amenaza de nosotros también debe ser de la Gente del Cielo. Lo que sabemos es que, cada vez más hay desapariciones en Polis. La gente está asustada, pronto habrá caos. Esta tierra ya no es segura. – El muchacho sólo la miró pensando en sus palabras. –Deberíamos irnos, pronto va a anochecer. –añadió ella al notar el silencio de su acompañante. –Muy bien. –respondió Lincoln, le tendió la mano a Indra y ella la aceptó, luego cada uno se fue por su lado.

Estaba anocheciendo y ya no quedaba ningún cliente, Nylah cerró la puerta, limpió un poco y se dirigió a la cocina –Creí que nunca terminarías – escuchó la voz deClarke que parecía aliviada –Yo igual. Hubo bastante gente. –respondió ella un poco seca –Nylah... ¿estás bien? Siento haber mencionado a tu padre – ella se tensó de nuevo, y se concentró en preparar la comida –Está bien, pero no lo hagas más. Es una situación complicada. – dijo la chica rubia. –Bien, ¿puedo preguntar algo? –Dijo Clarke –Ya lo estás haciendo ¿no? – Respondió Nylah,y pudo ver una pequeña sonrisa en el rostro de ella – ¿Por qué me están buscando? ¿Quién puso la recompensa? ¿Qué hice para...- preguntó la ex- líder de la gente del cielo –Clarke, calma. Todos te están buscando, estamos a punto de entrar en guerra con la Nación del Hielo,como demanda la tradición mata a alguien con poder y serás poderoso y en este caso, mata a Wanheda y comandarás la muerte. Ojalá tuviera todas las respuestas pero sólo puedo decirte eso.– respondió ella notando como su rostro había cambiado de expresión a una bastante preocupada y a la vez pensativa, se vieron interrumpidas por un sonido que venía de afuera –Es mi padre. Tienes que esconderte- le dijo la chica rubia a Clarke –Vamos, te avisaré cuando se vaya–añadió mientras ella levantaba unas tablas del suelo y se metía en el pequeño agujero, luego pudo sentir como Nylah acomodaba las tablas de nuevo y corría una mesa para no levantar sospechas. –Padre, has vuelto –dijo ella mientras le sonreía a un hombre alto, pelinegro y un poco musculoso que se limpiaba las manos y el rostro con un trapo dejándolo en la mesa. –Es bueno ver a alguien conocido- le dijo con una voz que no expresaba emoción alguna, luego de un incómodo silencio, ella habló de nuevo –Voy a traer tu comida – dijo dudosa, sin esperar respuesta alguna fue directo a la cocina, sirvió en un plato lo que había preparado minutos antes y sirvió un poco de vino; después los dejó en la mesa, rogando que Clarke no hiciera ningún ruido que pudiera delatarla, el hombre se sentó a comer y Nylah se fue de la habitación. Pasó bastante tiempo para que su padre terminara y se fuera a dormir, cuando finalmente lo hizo, ella volvió a correr la mesa y Clarke levantó las tablas, desesperada y con los músculos un poco entumecidos por el espacio tan pequeño –Lo siento, no pensé que se demoraría tanto- Susurró Nylah mirando como Clarke se aseguraba de que no le faltara ningún objeto –Está bien –respondió ella de igual forma – Pero la próxima vez podría esconderme debajo de tu cama –sugirió –Clarke...- dijo la chica rubia –Lo sé, no puedes arriesgarte a eso.- dijo con un suspiro –Estoy cansada, ha sido un largo día. –Dijo Nylahcambiando de tema.– Me voy a dormir, intenta no hacer ruido ¿sí? Te dejé algo de comida. –Clarke no respondió pero para ella ya era algo normal, se había acostumbrado a su silencio, a sus respuestas y a sus preguntas. Nylah la miró de nuevo y se fue a su habitación dejándola sola entre la poca luz que emitían las velas y los rincones en donde reinaba la oscuridad.

–Abby, he hablado con Indra –dijo Lincoln mirando a la mujer frente a él -¿Ha dicho algo sobre Clarke? – preguntó ella con un poco de esperanza –Ha mencionado que puede que la Comandante tenga una pista de su paradero.– Respondió Lincoln intentando no decepcionar con aquella información a la Canciller –¿La Comandante? –Preguntó incrédula –¿La misma Comandante que traicionó a mi hija, rompiendo su trato con nosotros para hacer uno nuevo con su enemigo? – Dijo mirando al muchacho terrestre –Sí,esa comandante. –respondió él. –Esto es increíble. La dejó a la puerta del monstruo para morir y ¿ahora está intentando salvarla? ¿Por qué tu gente no lo entiende? Lexa es todavía una niña, tu gente está siendo liderada por las cosas que una niña cree que son correctas. –dijo la Canciller todavía sin poder creer las palabras de Lincoln. –Ella siempre hará lo que es mejor para su gente –declaró él –Te trató como un traidor, te encerró como un prisionero, te torturó por no haber cumplido sus órdenes y aún así ¿sigues defendiéndola? ¿De qué lado estás, Lincoln? –Preguntó Abby un poco exasperada por la situación en la que se encontraba. –No estoy de ningún lado. –Respondió tranquilo como siempre –Vine a refugiarme entre tú gente porque sus deseos de paz son verdaderos pero estás olvidando que yo fui uno de ellos, Trikru nunca aceptará algo fuera de sus tradiciones además desde que tengo memoria el mundo ha intentando convertirme en alguien que no soy, en un monstruo. –añadió mirando fijamente a Abby. Ella correspondió su mirada y asintió intentando entenderlo –Entonces ¿dónde puede estar? –preguntó Abby ignorando esa sensación de dolor que le quemaba en su interior. –Según los informantes de la Comandante, puede que Clarke esté cerca de la frontera con la Nación del Hielo- dijo Lincoln –¿Puede? – Preguntó Abby –No están muy seguros –le confesó el muchacho –Necesito que confirmes esa información, Lincoln. Clarke es mi hija pero si están equivocados no voy a mandar un grupo de hombres directo a la muerte porque si lo hiciera, no estaría cumpliendo mi deber como canciller. –sentenció Abby, él sólo se pasó las manos por la cabeza, cansado de todo lo que estaba pasando. –Concretaré otra reunión con Indra en unos días. Nadie puede enterarse de esto, Abby. Si la Comandante se entera de que se está filtrando información a Skaikru, y confirma que ha sido ella, la matarán por traición. No podemos sacrificar nuestro único vínculo con Trikru. –dijo Lincoln seriamente con el temor de perder a su mentora.

Clarke comió un poco de lo que había sobrado y se perdió en sus pensamientos observando la llama de la vela que se consumía poco a poco –Perdí a alguien especial también- Le dijo Lexa mientras miraba el fuego que envolvía a los cuerpos de los 17 terrestres –Su nombre era Costia– añadió con amargura en su voz pasando saliva como si intentara tragarse el dolor que sentía al mencionarla. –Porque ella era mía, fue secuestrada, torturada y decapitada por la Nación del Hielo cuya reina creía saber todos mis secretos. continuó su relato, sintiendo la mirada de Clarke encima de ella.–Creí que nunca superaría el dolor pero lo hice añadió observando atentamente como los cuerpos inertes se volvían cenizas en un vano intento de borrar el pasado y el sufrimiento que había traído a la aldea.- ¿Cómo? –Preguntó Clarke inocentemente, -Reconociéndolo por lo que es...- dijo Lexa volteándose a mirarla Debilidad.Ella la miró confundida -¿El qué? ¿El amor? – preguntó de nuevo,Lexa sólo asintió Yo nunca podría hacer eso. le dijo finalmente. Claro que nunca podría hacer eso, pensó Clarke para sus adentros –No lo entiendo, Lexa. No te entiendo. –pensó, jugando con un pedazo de pan que comería luego.–¿Tanto dolor tenías que no podías confiar en mí? ¿Tienes tanto miedo de volver a perder a alguien que simplemente finges que no te importa? Sigues siendo una hipócrita. – Cansada y ya sin apetito por sus recuerdos, tiró la comida –Merecíamos algo mejor que eso. –Pensó, buscando con qué limpiarse las manos cuando finalmente encontró un pequeño trapo encima de la mesa, lo observó con desconfianza y se dio cuenta de que algo no estaba bien. –¿Pintura blanca?–susurró ya que Nylah y su padre ya estaban dormidos – Eso es sólo usado por...– se paralizó completamente ante su conclusión –Azgeda–. 


Del amor y otros pecados. {Clexa}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora