3. Un mapa, una chico volador y una pantera.

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Tu horario es el siguiente:

07:30 Desayuno 08:00 Protocolo 12:30 Almuerzo 13:30 entrenamiento 19:00 Cena

Lucas y Klar te acompañaran a todo. El horario no se negocia.

La nota es breve y concisa, casi al punto de grosera. Mi mente nada con el pensamiento de cinco horas de lecciones, recordando lo mal que me iba en la escuela. Tiro la nota sobre la mesilla de noche. Aterriza en un charco de luz dorada de sol burlándose de mi.

Al igual que ayer, tres donceyas revolotean dentro de mi cuarto, silenciosas como un susurro.quince minutos más tarde, después de sufrir para ponerme un pantalón de cuero ajustado, un vestido drapeado y otra extraña ropa poco práctica, nos acomodamos en lo más plano que puedo encontrar en el armario. Pantalón negro elástico, chaqueta purpura con botones de pláta y botas grises. Dejo suelto mi pelo negro ahora brillante por los productos maravillosos que hay aquí. Me hechan tres capas de pote blanquecino y ya estoy lista para el espectaculo.

Lucas me espera al otro lado de la puerta, un pie repiqueteando en el suelo de piedra.

-Un minuto de retraso.-dice al segundo. Klar a su lado da una madia sonrisa.

-¿Vais a cuidarme todos los días o solo hasta que me familiarize con el camino?

-¿Qué es lo que piensas?-dice ella.

-Aquí está una larga y feliz amistad.

-Igual, mi lady.-dicen al unisono.

-No me llameis así.

-Lo que usted diga, mi lady.-bromea Lucas.

Después de la cena de anoche el desayuno no es nada en comparación. El comedor, la habitación más pequeña todavía enorme, con techo alto y vista al río, pero la larga mesa solo está puesta para dos. Por desgracia, el otro comensal es Sonne. Ya está a medio comer su cuenco de fruta cuando entro.

-Debes comer rápidamente.-me dice sin levantar la vista.-Jun Lanwit no tolera las tardanzas.

-¿Habrá alguien más en mis clases?

-No, las clases de protocolo solo las toman los niños.-unta mermelada en una tostada.-Ahora deberás saber de nuestras formas, y las espectativas que se esperan de ti.-no me mira-El almuerzo de hoy será en la terraza de Cristal. -muerde delicadamente un trozo de su tostada.-Te aconsejo que te marches ya. Llegas tarde.

Le doy el ultimo mordisco a la sandía y salgo deprisa, con más hambre que antes. Aunque después de la cena de anoche prefiero dejar reposar mi estomago.

-Tienes sandía en la cara.-dice Lucas en cuanto me ve.

-Por supuesto que sí.-espeto, limpiandome la boca con la manga. No creo que eso sea muy de princesas, pero voy a clase de protocolo asique aprovecharé mis ultimos momentos de malas posturas y modales.

Golpea una puerta con los nudillos, haciendome saltar. Se habre en silencio con las bisagras moviendose suaves, revelando una habitación iluminada por el sol.

-Volveré para llevarte al almuerzo.-dice. No me muevo, mis pies están plantados, pero Lucas me da un codazo a la temida habitación.

La puerta se cierra detrás de mi, dejando fuera todo lo que pueda calmarme. La habitación es sencilla con una pared de ventanas y totalmente vacía.

-¿Hola?-digo, esperando una respuesta, pero no sale nada.

Cruzo las ventanas con vista al patio. En lugar de otro bonito jardín, estoy sorprendida de encontrar que esta ventana no da afuera en absoluto, sino hacia abajo a una gigantesca habitación blanca.

La princesa del rayoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora