Después de una semana de mirar el reloj, esperando la media noche empiezo a desesperarme. Por supuesto que Nico no puede comunicarse conmigo aquí dentro, ni siquiera Luna ha entrado en mis sueños. Pero esta noche, por primera vez desde hace tiempo, no siento nada. No hay energía a mi alrededor, o no eléctrica al menos. La electricidad está completamente cortada. He estado en apagones antes, viviendo en un pueblo en el que casi no llega la electricidad los no podría contarlos con los dedos de la mano, pero este es diferente. Este no es un accidente. Este es para mi.
Moviéndome rápidamente, me pongo las botas, ahora rotas por semanas de uso, y me dirijo a la puerta. Apenas llego al pasillo antes de escuchar a Klar en mi oído, hablando en voz baja y rápida mientras me arrastra a la oscuridad.
-No tenemos mucho tiempo-murmura, llevándome hasta la escalera de servicio.-Devolverán la electricidad en quince minutos si tenemos suerte.
-¿Y si no la tenemos?
Abre una puerta.
-Espero que no estés muy apegada a tu cabeza. Todo está grabado. A no ser que las cámaras se queden sin energía.
El olor a tierra, suciedad y agua me golpea, trayendo todos mis recuerdos de la vida en el pueblo. Pero a pesar de que parece un bosque con arboles viejos y cientos de plantas, una cúpula de cristal se eleva por encima. Unas sombras se extienden por la tierra y veo seguridad en cada rincón oscuro.
-Discúlpeme si no hago una reverencia, Lady Loyal-dice una voz emergiendo debajo de unos arboles de magnolia. Sus ojos azules brillan con fuego frío. Nico tiene un verdadero talento para la teatralidad.
Lleva una bufanda plateada que oculta parte de su rostro, pero no esconde una nueva cicatriz en su ceja. Resisto el impulso de correr hacia él y curarle las heridas, pero no creo que a mi hermanito le gustase eso. Parece reciente, apenas a empezado a sanar. Ha estado ocupado desde la ultima vez que le ví.
-¿Dónde están los otros?-dice al momento.
Eis aparece corriendo al lado de un chico que parece Leander, pero cambia de rostro demasiado rápido. Drachen vuela al lado de la chica tratando de seguirles el ritmo con sus pequeñas alas. Cuando consigue engancharse a su melena un ultimo spring de Eis, vuelve a caer Mai aparece en otro lado vestida con un pijama negro de osos blancos. Lleva un antifaz blanco encima de la cabeza y bosteza perezosamente. Mientras Eis y Leander parecen alerta y preparados en sus trajes blanco e iridiscente respectivamente, Mai parece preparada para tumbarse en el suelo y empezar a roncar.
-Sentimos la tardanza- dice Leander dejando sus rasgos quietos. Creo que es él de verdad, aunque es dificil saberlo.-Nos despistamos de la hora.
Nico rueda los ojos, como si no fuera la primera vez que sucede, y mira significativamente a Mai esperando su escusa.
-Me daba pereza venir.-dice ella inocentemente.
Sonrío ante la simplicidad de la chica, aunque Nico parece más enfadado que antes.
-¿Te dio pereza el entierro de Pilot?-ante las palabras de mi hermano, Mai agacha la cabeza y sus ojos se nublan.
-No...-dice. Aprieta los dientes y mira con rabia a Nico.-No le menciones.
Nico me mira y antes de que pueda preguntar nada comienza a hablar.
-Sé que no sabes quien es Pilot. Él es su marca.
-¿Por qué?-le pregunto a Mai.
-Cuando tenía doce años, mi padre me envió al frente para hacerme más fuerte. Pasé tres años siguiendo a los oficiales y a los generales, observando a los soldados luchando y muriendo en las guerras contra los de afuera. Donde las otras casas altas veían honor yo vi locura. Vi sangre de todos, mucho más de tu pueblo, Horizont.
ESTÁS LEYENDO
La princesa del rayo
Novela JuvenilTras robar a alguien demasiado importante, Horizont, de 17 años, se ve obligada a vivir bajo la tutela de una reina injusta y cruel. En una tierra en la que el hambre y a pobreza azotan al pueblo mientras las doce casas de nobles van de lujo en lujo...