Ahora todo pierde sentido, el mundo, el tiempo, el esfuerzo, los valores humanos... Nada de eso existe ahora. La ausencia de mis padres y mi hermano, ahora no me afecta en lo absoluto, solo serían una miserable carga si estuvieran con vida, pero seguro eso se hizo realidad en muchas familias. Aunque haya perdido a las persona que compartía sangre y este consiente que muchos más pasaron por aquella "tragedia" no necesito preocuparme de eso, el líquido toxico dentro de mi cuerpo causo reacciones favorables para la ocasión, mientras otros mutaban en el intento de combatir el líquido en los experimentos yo me mantuve intacta, no cambie físicamente en ningún aspecto más que mis ojos. Esas alimañas con hambre de carne humana comenzaron a perder el control de a poco y se liberaron, comenzaron haciendo estragos y caos en el laboratorio, prosiguieron a la cuidad más cercana y por ultimo a todo el mundo. El espacio blanco y limpio en el laboratorio, toda esa sede se manchó de sangre flujos viscosos verdes, cuerpos inertes por todos lados y pacientes infectados.
Cuando logré escapar del putrefacto lugar, siguiente a mi escapada impecable logre apreciar perfectamente como la gente se consumía, enloquecían y luchaban a muerte por un poco de comida o armas para cubrir sus espaldas, el gobierno no pudo hacer mucho, los infectados comenzaban a atacar cualquier cosas que veían haciéndonos saber que algunos animales también podían mutar con aquel virus, caos y más caos sin cesar por 3 largos años. Esos años se volvieron eternos en mi soledad, y cuando descubrí que la poca gente restante en el mundo comenzaba a unir fuerzas algo se removió dentro de mí, un sentimiento que no comprendí por completo. La reacción tardía de la humanidad hacia el apocalipsis causo que más de la mitad de los humanos y animales existentes para esa época murieran o mutaran.
Tome el papel de caudillo en un grupo pequeño, proveniente de un gran asentamiento, mi escuadrón se encarga de la búsqueda y exterminación. Con 16 años debería ser soló un acompañante o ayudante, y siendo mujer tal vez hasta solo una enfermera o cocinera, pero el consejo tomó un interés incompresible sobre mí al encontrarme y me dio ese cargo, no es tan alto ni importante como otro pero para comenzar estaba bien. Al ser innata en la eliminación de Parabytes y mi uso eficaz con cualquier tipo de arma me consideran peligrosa, pocas personas se acercan a entablar conversaciones conmigo de no ser necesario y lo agradezco mucho.
Los efectos positivos del líquido dentro de mi cuerpo variaron, no fue lo que tenían en mente sus creadores pero fue algo "bueno", siendo la única que resistió todo el trayecto con los experimentos. Obtuve la potestad de aumentar mi fuerza, intensificar mis sentidos; percibir olores, movimientos y sonidos a una distancia no determinada.
El asentamiento está protegido por edificio ejerciendo la función de murallas con algunos ajustes, al ver que cada vez se expandía más el lugar y comenzaba a dar frutos el lugar intentaron darle algún nombre. En el consejo aportaron muchas ideas llegando a la conclusión de que le nombrarían Greenville, formaron diferentes escuadrones con especialidades distintas y luego de uno largo rato comenzaron a diseñar y confeccionar uniformes.
— Charlotte........ Charlotte? — Escuche una voz suave que pronunciaba mi nombre, sentí la presencia de alguien más cerca de mí y levante la vista.
—Pasa algo? — mantuve mi rostro sin expresión alguna.
—Estas un poco perdida, intenta no distraerte tanto — me hablo con una voz dulce mientras me daba un suave golpe en la nuca, gruñí.
—Como digas — torcí el gesto, coloque todas mis armas y cartuchos en los lugares indicados de mi traje, tome mi machete ubicándolo a un costado de mi cuerpo y luego me puse la túnica, parte del uniforme del lugar.
Siendo la última en estar lista abrí la reja de la celda y salí por los pasillos. Tomamos el ascensor hasta el primer piso sub-tierra, siendo la cabecilla del escuadrón me encamine a charlar con Owen para recoger algunos papeles e información. Es un poco complicado el sistema en este lugar, no es de mi gusto, en lo absoluto pero no puedo poner quejas.
— Hola — Masculle apoyándome en el mostrador.
— Parece que hoy no tienes un buen día — Dejo a un lado su trabajo. Cuanto no desearía que estuviera en mi grupo de trabajo, él es uno de los pocos que me entiende, fue el único trabajador del laboratorio que abrió las compuertas de mi habitación y me libero de las cadenas. Suspire.
— Tú deberías saberlo, estar con esos bastardos me saca de mis casillas - desvié la mirada.
— Eso ya lo sabía cariño, pero no puedo hacer nada — carcajeo por lo bajo, tomo algunos papeles y me los dio. Asentí, tome los papeles y volví hasta donde estaban los chicos.
— Tenemos que estar alertas, según este informe – le echo una mirada rápida — Hay algunas complicaciones allá afuera, Parabytes en grandes cantidades – calle volviendo a ojear los papel – y otras cosas – hable sin animo, con sumo cuidado me monte sobre mi corcel y a paso lento camina hasta la compuerta para el exterior.
Todo empeoro de un momento a otro, en cuanto salimos velozmente una pequeña hora de Parabytes captaron nuestra atención y comenzaron a acercarse lo más rápido que podía. Le corte la cabeza al primer mutante en intentar saltarme encima, mi caballo se alteró un poco elevándose en sus patas traseras, intente calmarlo lo más que pude y proseguí a bajarme de él. Termine de matar a los Parabytes que amenazaban con destrozarme, tome mi arma y la volví a enfundar a un costado de mí.
Los chicos aún seguían luchando con la otra parte de la horda, no les llevaría mucho tiempo si están atentos así que no preste mucha atención, monte a mi caballo haciendo un movimiento con las riendas para que él se moviera a paso lento, sin importancia alguna mire por un momento el cielo y suspire, aquello susodichos poderes adquiridos por los experimentos eran complicados de manejar pero ya había tomado más control que antes, comencé a percibir algunos sonidos y movimientos no muy lejos de donde estábamos así que me detuve en seco.
— Hey! Charlotte! — comenzó a vociferar Ethan — Ayuda a Artemis! — Suplicó con su TEC – 9 en mano, eliminando como podía a los parabytes a su alrededor.
Me gire un poco y aprecie como comenzaban a acorralar lentamente a Artemis, el comportamiento de los Parabytes no era común, se acercaba de en dos o tres para atacarla. Nunca había visto eso, siempre son agresivos y no tienen control de lo que hacen, al captar algo vivo no dudan en atacar. Parpadee reiteradas veces saliendo de mi trance, tome las riendas con fuerza y le ordene a mi corcel que partiera de ahí a toda velocidad. Ethan bufo por lo bajo y siguió con lo suyo, ubique un edificio bastante cercano y subía hasta un piso medianamente alto, de una patada mande a volar la puerta que daba al mirador en dirección hacia los chicos.
Quiebro con la punta de mi pie el cristal del balcón para tener vía libre, tomo mi CheyTac M-200 Intervention y me tiendo en el suelo. Lo más rápido que puedo localizo a Artemis y abro fuego contra los infectados, tenía que ser veloz ya que otra horda se estaba acercando a una velocidad impresionante desde un costado de donde estábamos localizados. Por un momento se estremece pero instintivamente sale corriendo a ayudar a Ethan.
— Quedarse justo ahí no me parece una buena idea — hable por mi emisor, ellos solo miraron hacia los lados extrañados — No me busquen, no será necesario. Solo muevan sus miserables traseros al edificio del frente.
— De nada, siempre estaré a la disposición de sus estupideces— hable sarcásticamente y rodé los ojos — al menos corran rápido, no quiero tantos problemas en un solo día — masculle, en mis 3 años sola nunca había visto a tantos Parabytes juntos a excepción del laboratorio. Todo comenzaba a perder sentido de nuevo, como había visto a esos infectados y todas las teorías de como actuaban o cualquier cosa sobre ellos está siendo desechada a la basura en unos pocos minutos. Tengo que encontrar la razón de este alboroto o volveremos a comenzar desde cero.
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PARABYTE: The Alpha
Science FictionA veces la vida es tan aburrida y monótona que deseas dormir y no despertar más. Esa sensación vivía en Charlotte constantemente desde que tuvo uso de razón. Se sentía atrapada en algo que no había elegido, en ocasiones agradecía que aquella tragedi...