Comencé a guardar algunas de mis viejas pertenencias al llegar a este lugar, como ropa normal, armas, y mi juego de navajas que me confiscaron en el primer instante al entrar; no tenía nada como fotos o cosas materiales que me recordaran a alguien importante pues no tenía a ese; "Alguien".
Ya después de tanto tiempo al fin me entregaron esas navajas que tanto amaba y había cuidado tan bien desde los 13 años, muy poco antes de que todo el desastre ocurriera y me traían recuerdos tan hermosos y retorcidos....
—Hija! —escuche a mi madre aterrada, no sabía si por el hecho de que viera a su pequeña en la entrada de su casa o por aquellos mutantes que estaban rondando toda la ciudad — estas bie— se acercó corriendo para abrazarme, le propicie una puntapié en su abdomen mandándola a volar hasta la sala. Se retorció un poco en su lugar después de haber chocado con el mueble más próximo y tosió expulsando un poco de sangre — Como puedes estar viva? — hablo con la voz débil y muy poco entendible, camine a paso lento a un costado de ella y le sonreí sínicamente.
Su expresión cambio radicalmente a un terror, aún más asustada que antes, con mi pie la voltee para que quedara boca arriba, pase una pierna hacia su otro costado y me agache hasta estar sobre su abdomen.
—Una sorpresa, no? — no borraba la sonrisa en ningún momento de mi rostro — que pena que no allá sido para visitarlos –hice un puchero, saque mi navaja de mi bota y la pase frente a mí — la recuerdas, no es cierto? —reí descaradamente — Son bastante tontos como para darme algo como esto, aunque no niego que me encanto el regalo –intento quitármela con desesperación, le tome la muñeca y la estampe contra la madera del suelo quebrando ambas cosas, grito de dolor retorciéndose como un pez fuera del agua — También me impresiona como en ese retorcido lugar las hubiera podido conservar de alguna manera no convencional — amplio los ojos cuando toque el tema.
—Q-que? —tartamudeo aturdida
—Si si –carcajee — no te parece gracioso? Y tú creías que era un lugar seguro – sus ojos se cristalizaron – Hicieron incontables experimentos conmigo — jugué con la navaja sobre mis manos — Me usaron como una rata de laboratorio –masculle.
—Y-yo no quería que eso pasara! –chillo. Le encaje la navaja a un costado y volvió a gritar de dolor, puse mi mano en su boca
—Shhh shh – puse mi otra mano en mi boca, haciendo una seña para que se callara –No quieres que Papá escuche, cierto? —intento sacarse mi mano de encima, sin lograr nada comenzó a gritar debajo de mí el nombre de su esposo — Si viene el también morirá — comenzó a llorar, reí lo más fuerte que pude y limpie una lagrima invisible de mi ojo – que expresiones tan lindas, cariño — le saque la mano de encima, pero solo siguió chillando en silencio. Saque otra navaja y la mire — Agh, pensándolo bien no las clavare todas. Sería una pérdida de tiempo — me miro aliviada, seguro pensaba que saldría de estas — Recuerdas cuando me dejaste ir con ese hombre, que me "curaría" — hice comillas con mis dedos— Hasta yo desconfié de él — hice un pausa- Porque me dejaste ir con ese hombre? —susurre.
—Y-yo yo —comenzó a tartamudear de nuevo.
—Porque!? Porque me dejaste ir!? —vocifere a punto de llorar — No te importaba!? No tenías miedo de que me pasara algo!? — grite entre lágrimas.
—Noo! No es lo que piensas! —chillo.
—Dímelo! —Suplique — Dímelo ahora mismo! Dime que me odiabas! —Comencé a apuñalarla — Sabias que gastarías mucho dinero en mis medicamentos y terapias —susurre sin parar de apuñalarla, ella comenzaba a retorcerse más fuerte que antes entre gritos ahogados por sangre — Era eso? — masculle, pare por un momento con la navaja sobre ella recargando mi frente en el mango. Volví a mirarla casi muerta, suplicándome que parara, entre lágrimas me reí nuevamente y me levante retirando ambas navajas — No te preocupes, nadie sufrirá por tu muerte.
—N-no por favor – su voz era temblorosa.
—Terminare con lo que empecé – ella comenzaba a pedir que no hiciera lo que tenía en mente — Tal vez haga que sus muertes sean menos violentas – hice una pausa – o tal vez los corte en pedazos mientras sigan vivos —la tome del cabello.
—Ellos no... Te lo suplico, no lastimes a mi familia — sollozo — Es tu familia también.
—Ves estos ojos? — al parecer ella no había notado mi cambio entre tanta sangre, no dudaría usar mis nuevos poderes para matarlos a todos – Estos ojos ya no ven a esas personas como familia - me levante lentamente, y camine hasta la puerta de afuera. Para buscar a mi siguiente víctima.
—Charlotte? — una voz me saco de mi trance, se escucharon los pasos de una persona por los pasillos – Hey! Charlotte estas aquí — entro Andrew saludándome con una gran sonrisa en su rostro.
—Hey — susurre, introduje unas golosinas en mi mochila que había conseguido en expediciones anteriores.
—Todo bien? — pregunto dudoso, afirme con la cabeza — Entonces... te vas no?
—Si — alcance a decir.
—Wow, apenas llego y te vas — se rasco la nuca — es una lástima la verdad — se sentó en el orillo de la cama a un lado de donde estaba guardando mis cosas, volví a afirmar con la cabeza — Volverás? — pregunto con pesar.
—No lo creo — tambaleo un poco mi voz — No, no lo hare — afirme esta vez.
—Simone es todo un idiota— cuestiono lo que le parecía ser decisión del general.
—Lo es — Reí por lo bajo — Pero él no decidió eso — Me miro sin comprender — Encontrare alguna manera de escaparme y me iré a todo prisa de este país.
—Nos dejaras? —Hablo dolido, no podía creer como se había apegado tanto a mí. Solo llevamos 2 días si mi memoria no fallaba de habernos conocido.
-No no! – alce las manos volteándolo a ver, me enderece de nuevo y me rasque la nuca suspirando hondo – No es eso – Hice una pausa – Yo no tengo opción, tu no conoces toda la historia porque eres nuevo – Solo los ignorantes de Greenville no sabrían la razón de mi llega y el hecho de que se quedara alguien tan problemática como yo, pero creo que ahora en su mayoría lo saben todo – Es.... – Intente buscar la palabra adecuada – Complicado, solo es eso – reí sin gana.
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PARABYTE: The Alpha
Science FictionA veces la vida es tan aburrida y monótona que deseas dormir y no despertar más. Esa sensación vivía en Charlotte constantemente desde que tuvo uso de razón. Se sentía atrapada en algo que no había elegido, en ocasiones agradecía que aquella tragedi...