—Andrew— llame su atención con facilidad — puedes dormir en mi cama, yo iré a hacer... — hice un pausa haciendo un ademan con mi mano — Cualquier cosa — finalice con un poco de frialdad
—Charlotte, no es necesario que hagas esto — me reprocho — debe haber alguna solución
—Claro que la hay — hablo Ethan con aires de grandeza — Puede dormir conmigo — dijo arrogante
—Razonable Ethan, una solución razonable — Artemis arrastro las palabras, me mantuve estática en mi lugar cruzada de brazos.
—Pero si lo es! —se defendio— No le veo el problema – Y ahí van, otra vez a pelear por cosas absurdas, puse mis dedos en mi tabique con mucha frustración intentando calmarme, Andrew solo se rascaba la nuca y reía con nerviosismo.
—Es que ustedes nunca paran? — Recrimine con amargura — Solo no causen problemas — suspire cerrando pesadamente mis parpados —por favor — Masculle. Andrew no estaba convencido del todo pero estaba más que seguro que no era una buena idea ir en contra mía, se montó a mi cama y se acomodó en ella. Ethan intercambio miradas con Artemis y sin decir nada más volvieron a recostarse en sus literas. Arrastre con fuerza la oxidada reja de metal para cerrarla con un estruendo que resonó por todo el pasillo.
Quería liberar tención, y que mejor manera que con una ducha. Camine con pesar hasta las duchas más cercanas, deje el ridículo atuendo que vestía cada mañana en un costado y me empape en el agua tibia que salía de la regadera. En poco minutos estaba lista, tome ropa limpia de un casillero y me vestí, proseguí a tomar las prendas sucias y llevarla a la lavandería que no se encontraba más que escasos pasos de la habitación.
Luego de dejar las cosas en su lugar subí a la azotea por el ascensor, no escomo que tuviera algo más interesante que hacer. Mi mente necesitaba despejarse un poco, dejar de darle tantas vueltas a todos los asuntos que siempre se me venían sin previo aviso, el solo pensar en que me estresaría más por aquello deberes.... Me estresaba más la verdad. Camine con lentitud hasta el borde y me pare allí, algunas personas estaban haciendo guardia en sus pequeños cubículos o solo echando un vistazo a las afueras del lugar.
Me senté en el borde con brusquedad, hoy había una preciosa luna llena, brillaba con todo su esplendor y las estrellas la acompañaban tan relucientes como siempre, una vista hermosa. No podía creer que alguna vez le tuve miedo a lo noche.
Que estúpida...
Una de las pocas cosas buenas que trajo este desastre, eran los paisajes; se conservarían mucho más tiempo, de haber seguido en el curso que el humano tenía planeado estaríamos en el mismo punto muerto. Los boques ya no serían talados, y los hermosos mares no serían contaminados más... por ahora.
El momento llegara, estaba más que segura. El hombre no es un ser que se deja dominar, y mucho menos con facilidad; las pocas fuerzas que nos quedas servirán de algo. Muchas personas no pierden la esperanza aun, se levantaran en contra de todas las adversidades, en contra del mundo y esos mutantes creados para curar a humanos que se revelaron y destruyeron todo a su paso.
Caerán ellos, o lo haremos nosotros, suena tan simple. Pero es una lucha tan complicada y peligrosa, que podría llevar todo al fin del mundo, de todas las especies existentes y solo estamos a poco pasos que eso se haga una realidad.
Lo humanos no merecemos existir...
Esos científicos que afirmaban tener la cura solo mentían, decían que podían ayudar a las personas que estaban sufriendo y que seriamos útiles de alguna manera para la humanidad.
Pero solo abusaron de nuestra esperanza, irrumpieron en nuestros cuerpos incontables veces, de diferentes maneras solo para satisfacción para ellos mismos. Estar que ese instituto fue solo el comienzo del sufrimiento para muchas personas, el sufrimiento para el planeta entero, aun sabiendo que se estaba saliendo todo de control siguieron con sus planes y experimentos haciéndose la vista gorda, la codicia de querer tenerlo todo en la palma de sus manos los llevo a la destrucción, y cuando abrieron los ojos y se dieron cuenta que no había vuelta atrás, que habían cometido un error, no tenían nada que hacer más que ver como se consumían en el terror y la angustia.
Esa experiencia, vivirla, que aun sea tan tangible, me hizo más fuerte de alguna forma. No me agradaba el hecho de estar involucrada en todo eso, pero de no haber sido así estaría más que muerta... entonces... porque me importa tanto? La vida ya no es vida, solo estamos sobreviviendo.
Debería intentar salvarlos? O solo dejar que momento llegue, y se consuman?
Que sufran
Eran tan contradictorio, quería que todos sintieran lo que yo pase... Pero al recordar como terminaban de quebrar mis esperanzas y me hacían añicos, comenzaba a tener otro punto de vista. No es tan bueno como lo parece.
Los integrantes de la asamblea de este lugar, las personas con altos rangos quieren hacer lo mismo, repetir el ciclo. Usarme para su beneficio, intentar que arregle todo esto sola, esperaban pacientes el momento correcto para luego solo; desecharme.
—No estoy de humor para tus buenos chistes — hable con sorna, solo se mantuvo de pie a un costado mío.
— Tranquila, no tengo planeado hacer algo — eleve mi vista hasta la luna, seguía tan hermosa.
La luna está llena de miradas que se perdieron buscando una respuesta.
No tengo pensado hablar con él, no ahora. Nunca, era tan... ahg no terminaba de encontrar una palabra que describiera lo repulsivo que me parecía. Tantos meses conmigo en las afueras, cuidando su estúpido trasero me traiciona sin lastima alguna. Respire profundo intentando calmarme, era demasiado impulsiva.
—Tienes mucho trabajo que atender, pierdes tu tiempo — intente hablar con calma, apreté mi mandíbula.
—Lo sé — asintió — pero es bastante aburrido — admitió, sentándose con cautela en la orilla junto a mí.
—Cuando llegamos no pesabas así — hable con una irónica sonrisa en mi cara, me gire hacia él por primera vez.
—Supongo que soy bipolar, no? — intento darle gracia a la conversación.
—Seguro — susurre con lastima, volví a mirar el cielo. Todo estaba tan tranquilo, la brisa suave cocho contra mi cuerpo relajándome a un más. Mi hombro sintió el roce de algo, gire mi cabeza hacia esa dirección. Su cara reflejaba tanta pena, pero sus palabras no encajaban con esa expresión.
—Pronto comenzara — no dijo más, sabía exactamente a qué se refería.
—Bien — dije frio como el hielo, quite su mano de mi hombro y mire al frente a un punto muerto.
—Yo... —comenzó — Charlotte sabes que yo —
—Me parece que el consejo necesita de tu presencia — escupí con rabia cortándole rápido. Se levantó después de unos segundos.
—Te mantendré al tanto de todo — dijo con una voz suave.
— Como digas, general — hable con burla, intentado parecer natural. Se alejó lentamente, solo pude escuchar sus pasos hasta un punto en el cual solo había silencio —Espero y ardas en el infierno,Simone – escupí con rabia en un susurro inaudible.
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PARABYTE: The Alpha
Science FictionA veces la vida es tan aburrida y monótona que deseas dormir y no despertar más. Esa sensación vivía en Charlotte constantemente desde que tuvo uso de razón. Se sentía atrapada en algo que no había elegido, en ocasiones agradecía que aquella tragedi...