Capitulo 6 : Es tu juguete!

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—Deja de decir tantas tonterías, y sígueme subordinada — le mire con cara seria y me dispuse a encaminarme de nuevo — Ahora mismo — Tomo el cuello de mi camisa.

—Como sea — golpee su mano para que me soltara y me mantuve estática en mi lugar, él se giró en sus talones y comenzó a caminar hacia la otra dirección en la cual se encontrarían los hombres que habían traído antes, como la recepción era abierta camine con dificultad hasta el pasillo detrás de él, cuando al fin llegue me apoye por un momento en la pared y luego seguí caminan a paso lento apoyándome aun de ella.

—Acaso necesitas que te cargue, princesa? — aprovecho la oportunidad y se burló.

—No necesito ayuda de un traidor — masculle, su sonrisa se desvaneció siendo ocupada por una cara de tristeza que por último se mantuvo seria. Volvió a caminar por el pasillo, pero esta vez más lento. Al pasar a la sala deje de estar encorvada para mantenerme erguida junto a la puerta, observe todo el lugar y cada una de las personas hasta posar mi mirada en el pelinegro quien me miraba serio, sonreí con cinismo por un momento.

—Entonces quien tendrá el honor de morir en mis manos? — camine con cuidado y me encorve de nuevo para estar cara a cara, se estremeció un poco y luego frunció el ceño, sonreí ampliamente.

—No quiero morir con la duda — logro decir, refiriéndose a la pregunta que me había hecho en la mañana.

—Silencio! No tienes derecho a hablar — el hombre junto a él se dispuso a golpearlo con su arma, detuve el golpe en seco y lo mire serio, él se sorprendió y retiro el arma con cautela.

—Diría que eres afortunado por ser el nuevo juguete de Charlotte, pero es una pena que ella no los sepa cuidar — Simone se acercó hasta mí, volví a erguirme en mi lugar mirándolo al antes nombrado con seriedad. El joven trago fuerte

—No te metas en asuntos que no te incumben — escupí con rabia, me ignoro completamente y dirigió su atención al pelinegro.

—Es una buena pregunta, no? — Hizo una pausa e intento parecer pensativo — Tal vez sea un extraterrestre o una bruja con ojos demoniacos, pero por desgracia solo es un fenómeno bastante amargado — Tomo un mecho de mi cabello y lo alzo riendo.

—Déjame en paz — hable nuevamente con rabia, golpeando por segunda vez su mano para que me soltara

—De lo que estoy más que seguro es que te llama la atención, y no solo por su extraña forma de ser — encaro al moreno con burla, el cual se sonrojo un poco —

—Simone, así no vamos a conseguir nada — lo reprendí

—Que aguafiestas eres — rodó los ojos

—Pero mira quien lo dice

—Quieres arreglar las cosas acaso? — mascullo, pasando su mano cerca del cinturón en donde se encontraba su arma

—Nada me gustaría más — sonreí con malicia, el coraje que había acumulado el general desapareció en cuando use mis habilidades. Disfrutaba el hecho de que me tuviera miedo, aunque fuera solo un poco, levanto las manos con cautela y retrocedió unos cuantos pasos.

—Aunque deberías tener cla— le corte de inmediato, tomando lo primero que tenía a mano, una de mis armas, y la lance con bastante fuerza hacia su cabeza. El la esquivo con un poco de gracia y esta atravesó la puerta que estaba a un costado de él.

—Parecen unos críos — se burló uno de los que se encontraban en la sala, finalmente la mayoría de los individuos presentes carcajearon. Mire mal al que había hablado anteriormente y este paro de reír, para que luego de que él se detuviera los demás también.

—Ya estuvo, comencemos a trabajar — ordeno Simone, la gente asintió y él se giró en sus talones para entrar por la puerta que había sido atravesada por mi arma. Él se sentó en una silla que aparentaba ser cómoda y yo le seguí hasta sentarme a la que estaba a un costado de este. El primero en pasar a la sala fue el hombre barbudo y mayor que parecía ser el cabecilla del grupo, comenzamos con preguntas simples; su nombre o su lugar de origen, cuál era su intenciones de estar tan cerca a nuestro campamento o si habían más con ellos.

En su mayoría se negó a responder o solo daba respuestas a medias, era muy testarudo; Simone aprovecho aquella situación y los torturo un poco – solo me mantuve de espectadora a lo lejos participando pocas veces en la conversación- para luego solo matarlo de un tiro en la cabeza.

—Siguiente — canturreo el general, se llevaron el cuerpo a arrastras por el pasillo trasero. Sentaron a otro chico con brusquedad frente a nosotros, él se estremecía en su lugar y contestaba la mayoría de preguntas tartamudeando o demasiado rápido. Al haber contestado casi todo el interrogatorio Simone recomendó que tal vez podía entrar en otro escuadrón, era joven y nos sería útil.

Lo sacaron de allí con la misma brusquedad con la que había sido traído, prosiguieron con 3 más, las mismas preguntas. Simone solo se deshizo de uno, ya que afirmaba que era demasiado viejo para hacer algo que nos ayudara, los demás corrieron con la suerte de ser incorporados a algún grupo.

Antes de interrogar al último rehén salí del lugar para ir hasta la enfermería y curarme ya que me estaban molestando bastante las heridas y se podrían infectar, además de que tuve tiempo suficiente de pasar por unos papeles con Owen e ir hasta la cafetería para informar de lo anterior a Ethan y Artemis. Nuevamente me dirigí al bloque de los interrogatorios donde se encontraba Simone y el moreno, fruncí el ceño al entrar puesto que no me habían esperado para comenzar.

—Pero si ya llego la amargada de mi compañera — gruñí por lo bajo, y mire de reojo al pelinegro. Estaba sangrando por la nariz y se veía muy agotado. Mire a Simone con desaprobación

—Y cuál es la razón para que no me esperaran? — masculle sentándome en mi lugar

—Si hubieras estado antes te estuviera mirando todo el rato — dijo.... con celos? Fruncí el ceño nuevamente — Y no se hubiera concentrado en el interrogatorio — intento dar una razón, rodé los ojos cruzando mis brazos

—Entonces he de suponer que ya tienes toda la información que necesitamos

—Ese es el problema, no ha querido hablar — el moreno lo miro mal y negó con un leve movimiento que solo yo capte, dando a entender que no era cierto

—Seguro que tu ni siquiera lo has dejado hablar — bufo a un costado de mí, lo ignore— entonces, cuál es tu nombre? — hable seria

—Es tu juguete, tu deberías darle nombre — se burló Simone, lo ignore nuevamente

Dudo por unos segundos intercambiando miradas con Simone — Andrew — termino hablando con una voz un poco temblorosa

—Lindo nombre —mofo Simone

—Suficiente — lo reprendí — Solo espero que sigan siendo así de dócil en todo momento — volví a dirigirme a pelinegro

—No pensé que fueras de esas — acariciar su barbilla intentando parecer pensativo — Pensé que serias sumisa — abrí los ojos lo más que pude y me gire para verlo, seguro estaba tan sonrojada como el joven frente a nosotros pero no me cabía en la cabeza que el comentara algo como eso. Él se carcajeo allí mismo sin vergüenza alguna al ver mi reacción.

—A que se te a olvidado tomar las pastillas, con gusto puedo ir a buscarlas y hacer que te atragantes con ella — masculle, la expresión aún seguía en mi rostro aunque un poco más suave y menos exagerada

—Parecen perros y gatos — rompió la tensión, quien se hacía llamar "Andrew". Ambos nos giramos para verles con mala cara — Yo solo decía – hablo nervioso

—Me parece una pérdida de tiempo que ambos lo interroguemos — me levante bruscamente de la silla — termina el trabajo tu — Me encamine hasta la salida

—Oh, claro que no! — Exclamo, yo tome el picaporte para salir de allí lo más rápido posible — es tu juguete no el mío — me gire para golpearlo o al menos mirarlo mal, pero el cuerpo de Andrew fue arrojado hacia mí. Con un ágil movimiento lo tome del brazo para que no cayera al suelo, este me agradeció con la cabeza — Quiero que sobreviva al menos una semana en tu escuadrón — anuncio, paso a un costado mío y se marchó por la puerta.

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