PARABYTE: The Alpha

Capitulo 3: Amargos Recuerdos

Llegue a la conclusión de alguna manera que mi hermano había escapado del país, no pude hacer más nada en cuanto al tema así que lo olvide en un abrir y cerrar de ojos y me concentre en encontrar a mi padre. Tampoco tuve alguna opción en cuanto que hacer con él, ya era un infectado al encontrarlo en su trabajo, gaste bastante tiempo y energía para llegar hasta él y que no estuviera vivo me frustro bastante.

Me mantuve estática tendida a una silla de la oficina observando por los exorbitantes ventanales del edificio estudiando detenidamente todas las posibilidades y medidas que debía tomar de ahora en adelante al encontrarme sola, tendría que cuidar de mi misma y hacer cosas sin pensarlo dos veces cosa que me parecía desagradable aun después de lo que le hice a mi madre.

—No te muevas — un voz gruesa y áspera se hizo presente en la habitación detrás de mí, se escuchó el seguro de alguna arma y los pasos de varias personas

—No queremos hacerte daño — una dulce hablo esta vez, gire la silla sin mucho problema y pude encontrarme con un par de personas. Un señor un poco viejo alto y flacucho sostenía un rifle con ambas manos apuntándome entre ceja y ceja, una joven de piel pálida y pelo negro estaba a un lado del señor intentando que se relajara sobándole la espalda suavemente.

—Pasa algo, Robert? — se acercó un joven a paso rápido a un costado de quien se suponía ser Robert, cuando me noto me miro detenidamente por unos segundos y aparto la mirada. Aparentaba tener tal vez unos 4 años más que yo, tez bronceada y cabello castaño eran las características que más denotaban del chico. Me mantuve en silencio sentada en la silla observándoles sin expresión alguna.

—Calmate padre, solo es un niña —hablo la joven bajando el arma con lentitud con una de sus manos

—Supongo —dijo sin más

—Bethy, he escuchado sonidos muy extraños en el piso de abajo – el rubio jalo de la camisa de la chica para llamar su atención y alertarle, el niño tenía pinta de estar un poco asustado y no aparto la mirada de la puerta de la habitación.

—Entonces — hizo una pausa— Como te llamas? — no hable ni hice ningún gesto o expresión — Yo soy Robert y— Algo se quebró muy cerca de donde estábamos alertando a todos, Bethy le pidió a él joven que cuidara del pequeño mientras iba con su padre a revisar los alrededores.

No tenía un buen control de mis nuevas habilidades adquiridas pero intente forzarlo un poco y ver a pocos metros hacia los lados, solo habían dos Parabytes paseándose por los pasillos muy cerca de Robert y Bethy. Al fin el rubio noto mi presencia y jalo de la camisa del chico como había hecho anteriormente

—Está sangrando por la nariz —llegue a escuchar entre los susurros del pequeño, rápido me pase el ante brazo por la nariz y me limpie la sangre que tenía.

Comenzó a dolerme la cabeza y en un reducido tiempo ya no soportaba el dolor agudo, hice algunos gestos de dolor conteniéndome un momento más, tenía que pensar que hacer esta situación, ya había tenido algunas jaquecas por forzar el uso de mis poderes pero no tan intensas como esta vez. Agache mi cabeza hasta tenerla entre mis piernas y sostuve mi nuca con ambas manos respirando pesadamente

—Te encuentras bien? — camino unos pasos en mi dirección, los gritos de Bethy lo alertaron para luego echar a correr de donde provenían. Me levante como pude, el pequeño estaba temblando en su puesto sin moverse mirándome aun, se volvieron a escuchar gritos en los pasillos junto a pasos largos y pesados.

Aunque llevaba poco tiempo metida en todo esto de los infectados esa forma de correr no era de un humano, lo más rápido que pude corrí hasta la puerta y como supuse me encontré con un Parabyte. Este se abalanzo sobre mi haciéndome caer, tome el impulso del momento y al caer gire hacia atrás haciendo que yo quedara sobre el cuerpo de él, no tenía tiempo de tomar alguna de mis navajas y con lo débil que me sentía en un abrir y cerrar de ojos podría estar sobre mí.