Capítulo 23

545 49 1
                                    

"Las malas influencias pueden destruir la luz del alma más pura, hasta que solo queden humeantes cenizas negras" 

Anteriormente en "All Monsters Are Humans"

-Son juegos de un angel, Zacariah, quiere que asumais vuestros papeles en esto.

***

-Cuando esto acabe nos iremos unos dias a la playa, como cuando lo hacía con mi familia.

-Suena genial.-dijo el ojiverde rodeando mi cintura con su brazo.

Ahora

Estábamos en mitad de una cacería en Montana, hacía casi dos meses que habían empezado a desaparecer chicas, no había pistas, salvo pequeñas cantidades de azufre en los escenarios del crimen. Tras investigar y localizar el escondite del demonio causante de estas muertes y desapariciones, fuimos en su busca y nos topamos con algo más grande de lo que esperábamos, había por lo menos cinco demonios en esa casa y con un solo cuchillo mata-demonios para los tres, no pudimos hacer mucho, nos deshicimos de dos de ellos, pero entre los restantes consiguieron desarmarnos y nos habrían matado de no ser por Sam, que usando los poderes adquiridos (según Dean me había contado, bebiendo sangre de la zorra de Ruby) exorcizó al que nos mantenía a Dean y a mi inmóviles y así conseguimos cargarnos a los otros dos, pero cuando nos reagrupados, Sam no estaba, Dean y yo lo encontramos poco después, en el suelo, bebiendo de la herida abierta de uno de los demonios, esa fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de Dean y decidió que debía desintoxicar a su hermano de la sangre de demonio, así que, lo llevamos a casa de Bobby y lo encerramos en la habitación del pánico.

-Dean ¿Crees que todo esto es buena idea?


-¿Qué otra opción me queda Alex? Es mi hermano y no permitiré que se convierta en un monstruo, se lo prometí a mi padre.


-¿Y si muere?-preguntó, preocupado, Bobby- Lleva cerca de una semana encerrado ahí y no hay mejoras, al contrario, parece que delira y va a peor.


-Lo sé-dijo mirándonos alternativamente a ambos- Creéis que no lo he pensado -subía cada vez más su tono de voz -Se que es arriesgado, pero prefiero que muera, a que sea eso en lo que se estaba convirtiendo, no quiero tener que cazarlo mañana, porque hoy decida dejarlo libre-salió de la casa, dando un portazo, miré a Bobby y rodé los ojos.

-Ya voy yo -salí detrás de Dean y lo encontré apoyado en su coche, bebiendo de una petaca.


-Dean.


-¿Vienes a seguir sermoneándole sobre que estoy matando a mi hermano?

-No, sé que no quieres que nada le pase a Sam, Bobby y yo tampoco queremos, pero ... 


-Tal vez seria mejor dejarlo libre -continuó él por mí- Yo también lo he pensado, pero se iría corriendo a los brazos de Ruby.-suspiró y volvió a darle un trago a la petaca.


-En ese caso, deshagámonos del problema. -me miró expectante- Ruby es la mala influencia, acabemos con ella.


-Es muy escurridiza, sabe esconderse.-siguió mirando a la nada y bebiendo en silencio, supongo que pensando en Sam, quien deliraba entre sudores y fiebres, encerrado, sin que ninguno de nosotros pudiera hacer nada por él.


La noche cayó sobre nosotros antes de que nos diéramos cuenta, Dean aún tenia esperanzas de encontrar algo que ayudase a Sam y siguió una pista que encontró en uno de los diarios de su padre, dejándonos a Bobby y a mí para cuidar a Sam. Sin embargo, cuando le bajé algo de cena me encontré la puerta de la habitación del pánico, totalmente abierta y el interior vacío, tiré la bandeja de comida y corrí al piso de arriba para avisar al dueño de la casa y ambos cogimos un arma y salimos a buscarlo, pero no encontré nada, cuando volví a reunirme con Bobby, me lo encontré apoyado sobre uno de los camiones oxidados y parecía realmente afectado.


-¿Qué ha pasado?


-Se ha ido, no iba a dispararle, lo he tenido que dejar ir.-me pasé las manos por la cara, retirando los mechones de pelo escapados de mi coleta y posé mi mano sobre el hombro de Bobby para darle apoyo.

-No ha sido tu culpa, se lo diremos a Dean y lo buscaremos.

Bobby llamó a Dean y cuando el susodicho llegó, empezamos a rastrear cualquier cosa que nos indicase dónde podía estar Sam, siguiendo rastros que nos llevaban a callejones sin salida, viajando día y noche, hasta destinos que no eran más que una distracción, pasaron tres días en los cuales Dean estuvo desesperado, arrepentido y enfadado y yo intentaba animarlo en la medida de lo posible, pero sabia que no podría hacer nada más que aguantar su mal humor, aunque cada vez me resultase más difícil. Finalmente dimos con él en un hotel de carretera y viajamos allí, esperando que no fuera otra trampa que nos hiciera perder el tiempo. 

-Dean-lo llamé, antes de que entrase al hotel -Recuerda que queremos traerlo de vuelta, no alejarlo más, no nos conviene que discutáis de nuevo.


-Lo sé -suspiró y se rascó la nuca- Lo traeré de vuelta.


Tras unos segundos llamó a la puerta y Ruby fue quién abrió, inmediatamente Dean se abalanzó sobre ella, con el cuchillo mata demonios en la mano, cogiéndola por el cuello.


-Dean- apareció Sam- Suéltala.


-No, Sam, ella es veneno, ¿Es que no lo ves?-dijo Dean.


-Dean déjala y hablemos como hermanos.


-Hablaremos cuando ella esté muerta.


-Dejala irse, Dean-volvió a decir el menor,  Dean soltó al demonio y se dirigió a su hermano, Ruby desapareció inmediatamente, como la rata cobarde que era.


-Vamos, Sam, vuelve, podemos cazar a Lilith juntos, podemos ser los de antes, tu y yo juntos contra el mundo.

-Eso es justo lo que quiero y Ruby puede ayudarnos, únete a nosotros, hagamos esto en familia.


-Sólo si ella se queda fuera.


-No.


-Vamos -lo interrumpió Dean y por su expresión estaba empezando a perder la paciencia -Hemos podido con cosas peores, solo los dos, podemos con esto.


-No puedo hacerlo sin ella, me ha estado ayudando.


-¿Ayudando?- el tono de Dean cambió y soltó una carcajada sarcástica- ¿A esto lo llamas ayudarte? ¿Es que no ves lo que te ha hecho? ¿En lo que te ha convertido?- su tono de voz era alto y retumbaba por toda la habitación.


-¿En qué Dean?-ante el silencio de su hermano, Sam también subió el tono- ¡Dilo!

-En un monstruo- después de que esas palabras salieran de la boca de Dean, todo ocurrió muy deprisa, Sam le dio un puñetazo, que lo derribó y Dean en respuesta le dio otro puñetazo, yo, que hasta entonces estaba decidida a quedarme al margen, decidí intervenir antes de que se matasen.

-¡Parad!- grité acercándome a ellos, pero ninguno me hizo caso, así que sujete a Sam por los brazos e intente a alejarlo de su hermano, recibiendo un golpe en la nariz, eso me hizo  retroceder un par de pasos, pero no me detuvo, volví a acercarme a ellos y conseguí ponerme en medio- ¡Basta! -Sam retrocedió varios pasos y me miró con los ojos muy abiertos.


-Yo, lo siento, Alex, tengo que irme- dijo refiriéndose al golpe que me había dado y que había hecho que mi nariz sangrase escandalosamente, aunque no dolía tanto.

-¿Vas a huir ahora?-hablé por primera vez desde que  habíamos llegado.-Solo queríamos que volvieses con nosotros, te prometo que no dejaré que vuelvan a encerrarte, pero tienes que alejarte de ella, por que esto es lo que haces cuando estás con ella.-señalé mi nariz y a Dean en el suelo, él nos miró pero después negó levemente y se giró hacia la puerta.

-Si sales por esa puerta, no vuelvas-dijo Dean haciendo que todo acabase de venirse abajo, Sam lo miró desafiante y salió de la habitación, Dean cerró los ojos y dejó caer su cabeza del todo en la alfombra, esta noche ya no se podía hacer nada más, así que me dirigí al baño y traté de cortar la hemorragia nasal, cogí gasas del pequeño armario detrás del espejo y cuando iba a salir del baño, las palabras de Cas resonaron en mi cabeza, debía detener a Sam o iría al infierno, eso ocupó mi mente impidiéndome pensar en nada más, quería a Sam como a un hermano, pero después de todo, acabarían condenándome de nuevo.

CONTINUARÁ ... 


All Monsters Are HumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora