- ¿Qué tal todo por allí? ¿Has conocido a chicos guapos? ¿Has hecho nuevos amigos? ¿Cómo es la gente de Australia?
Llamar a Clara no ha sido muy buena idea. Es como una ametralladora de preguntas. Aun y así, me hace feliz poder escuchar una voz familiar que no sea la de mi hermano pequeño gritándome que juegue con él al fútbol, ni la de mi madre diciéndome que ayude a la abuela a cortar del césped.
- He conocido a los vecinos. Selena me recuerda bastante a ti – le confieso.
- ¡Oh querida, no hay nadie igual que yo en todo el mundo. Soy única! – la escucho reírse al otro lado del teléfono. – y lo sabes.
- Si tú lo dices... - le digo en tono burlón. Inconscientemente le saco la lengua al móvil, como si ella me pudiese ver.
- Y... cuéntame.
Ay, no. Ahí va la gran pregunta.
- ¿Has conocido ya algún chico rubio que sea admirablemente fuerte, sexy y guapo?
Y ahí está. La pregunta que esperaba. La conozco como si fuese mi hermana.
Río y ella me escucha.
- Uy, eso es un sí en toda regla, ¿verdad? – escucho golpes en el suelo de su habitación. Seguro que está saltando de la emoción - ¡CUÉNTA, PEQUEÑA! – grita.
- Supongo que sí – me sonrojo y no sé el porqué. – Pero...
- ¿Pero qué?
- Que no es rubio.
No sé por qué he dicho eso. En realidad, sí que he conocido a chicos rubios increíblemente guapos, entre ellos Jake. Pero, la imagen de Ethan se ha apoderado de mi mente desde que lo vi sentado en ese precioso BMW X6 plateado, con sus oscuras gafas de sol y ese pelo moreno echado ligeramente para arriba con gomina.
- ¡Ay Dios mío! – Juro escuchar cómo está saltando por su cuarto - ¿Es un morenazo?
A Clara siempre le han gustado los rubios. Siempre ha sentido atracción por ellos. Pero, al final siempre acaba liándose con morenos. Ella dice que los rubios son como su prototipo de "amor platónico" pero que nunca estaría con ninguno de ellos. Ni yo la entiendo.
Tres golpes firmes a la puerta de mi habitación hacen que desconecte de mi importantísima conversación telefónica con mi mejor amiga.
- ¿Se puede?
Es la abuela Kate.
- Clara, te dejo un momento.
- ¿Perdona? ¡No me puedes dejar así, bonita! – insite.
- Después te llamo. Prometido.
Le dedico una dulce sonrisa (aunque no me vea) y cuelgo el móvil.
- Entra abuela.
La abuela se ve estupenda hoy. Luce una bonita falta negra hasta los tobillos, una blusa gris claro y unos zapatos que le hacen juego con la blusa y el pequeño bolso que lleva colgado del hombro izquierdo.
- Hija, he pensado que podríamos ir a cenar todos juntos al restaurante Italiano de The Rocks. – me informa mientras apoya su mano izquierda en el pomo de la puerta - ¿Te apetece?
<<No abuela, no me apetece compartir una dulce velada en una pizzería Italiana de gente atónitamente multimillonaria>>.
- Bueno...
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Un lugar diferente
Teen FictionPara Caroline Miller, una chica de tan solo 18 años de edad que se acaba de graduar en el instituto, el verano no empieza de la mejor manera posible: sus padres se divorcian y, para más drama, se va a pasar las largas vacaciones de verano a Sydney...