- ¡Hoy voy a ir a ver a Selena sí o sí! – me digo a mi misma mientras me estoy peinando el pelo delante del pequeño espejo de mi cuarto de baño.
Me cuesta un rato deshacerme de cada enredo de mi pelo. De tanto estirar me he llevado, del tirón, miles de pelos en el peine naranja. Creo que me he quedado calva de un lado, o sino, casi he estado de quedarme calva.
Decido que los pantalones azul tejano me quedaran perfectos con mis Adidas blancas. Así que, me los acabo poniendo. Para acabar me pongo una camiseta, muy mona, de color blanca con rayas negras, me pongo una finísima capa de maquillaje, me rizo las pestañas de los ojos y finalizo con un pintalabios color rosa palo.
<<¡Estoy genial!>>
Le lanzo un beso a la chica rubia que se refleja en el espejo del baño y salgo echando chispas por la puerta.
- ¡No llegues tarde! – me informa la abuela desde el jardín.
Le digo adiós con la mano y desaparezco a los pocos minutos.
Hoy la calle está súper tranquila, el sol brilla más que nunca en lo alto del cielo y no corre ni una pizca de viento. Al llegar a la casa de Selena abro la pequeña valla que me separa de la calle y entro. El jardín es mucho más grande que el de la abuela y en la parte derecha tiene una fuente de piedra blanca, increíblemente bonita, de donde se desprenden algunos chorros de agua. Mientras voy contemplando el jardín lleno de plantas y flores de todos los colores, llego a la puerta y toco una vez al timbre.
- ¡Caroooool!
Selena está como siempre. Luce un precioso vestido azul celeste y unas Victorias blancas sin cordones.
- ¡Te he echado de menos, Sel! – le digo a la vez que la abrazo.
Al fondo puedo ver a su madre que lleva una cesta con lo que parece ser la colada. Va con el pelo recogido en un imperfecto moño, y le queda de lo más genial.
- ¡Carol! Ya era hora de que te pasaras por aquí – dice mientras empieza a subir las escaleras - ¡Sel dice que os lo pasasteis en grande en el pub! – alza la voz.
- ¡Demasiado! – me río.
- ¡Shhhhttt! – me tapa la boca – No le digas nada, que no sabe cómo llegue a casa de mal.
Reímos a carcajadas.
Después de recordar la noche en el "The bucket List" nos sentamos en el sofá y nos ponemos al día sobre los diferentes y nuevos acontecimientos que han pasado durante los últimos dos días.
De golpe escuchamos un portazo a nuestras espaldas y un fuerte golpe en el suelo.
- ¡MIERDA!
Ethan. Es la voz de Ethan. Sel y yo nos miramos y salimos corriendo hacia la entradita y allí está él, tirado de rodillas en el suelo y frotándose la cabeza con la mano.
- ¡ME CAGO EN DIOS! – escupe.
- ¿Ethan?
Su hermana se acerca a poca poco y le ayuda a levantarse, pero este no se mantiene en pié. Vuelve a caer y murmura algo que no llego a escuchar. Huele increíblemente a alcohol y es horrible.
- ¿Pero qué cojones has bebido esta vez? – le susurra Sel mientras le sacude el cuerpo de un lado al otro.
- ¿A ti qué te importa? – le contesta él poniéndose de pié y apoyándose en la pared más cercana para no volver a caer.
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Un lugar diferente
Dla nastolatkówPara Caroline Miller, una chica de tan solo 18 años de edad que se acaba de graduar en el instituto, el verano no empieza de la mejor manera posible: sus padres se divorcian y, para más drama, se va a pasar las largas vacaciones de verano a Sydney...