Desearía

Conociéndote

-¡silencio!- la voz del entrenador volvió a sonar en el lugar... Creo que esto va a ser demasiado consecutivo.

-en alguna parte del salón se encuentra un sobre de cada uno se los colores que les corresponden, estos tienen una pista que los irán guiando a lo largo del recorrido, cada vez que lleguen a algún punto, se les indicara que deben hacer...- el coronel seguía hablando y yo no podía evitar recrear los gestos de la chica que estaba a mi lado, intentaba voltear a ella con la mayor discreción posible.
Aún no puedo entender como es que todo el mundo la odia, recordé como hace poco mas de una hora todos la abucheaban mientras subíamos al escenario para presentar la porra que creamos; quería golpear y callar a cada uno de los que la molestaban, pero no podía hacer nada al respecto.

El juego comenzó y todos comenzaron a buscar los dichosos sobres, en nuestro caso el azul. Matt, el chico que en verdad necesitaba encontrar una razón para vivir, fue quien encontró nuestra pista pegada detrás de una de las bocinas. El chico fue para conmigo y me entregó el sobre, todos los demás del equipo se acercaron y comencé a leer la pista. Parecía una adivinanza

-¡yo se donde es!- dijo Melani -es uno de los lugares que me tocó memorizar-
Todos salimos casi corriendo dirigidos por la chica, eramos el primer equipo en empezar con el juego, algunos aun no encontraban sus sobres y otros no entendían lo que su pista quería decirles. Me sentí bien, completo y de alguna forma extraña sabia que podía ganar este absurdo campamento, sabía que podría entablar una buena relación con Lea; la adrenalina corría por mía venas, la felicidad inundaba mi sistema y todos aquellos pensamientos negativos y los problema desaparecieron por completo de mi mente.

Llegamos al que se supone era el lugar que indicaba el sobre, era un cubo rubik enorme y había dos personas que trabajan en el campamento junto a el, una de ellas tenía en las manos una tabla de oficina y la otra tenia sobres de los colores de cada equipo.

-¿equipo?- preguntó una de ellas

-azul- contesté

-queremos oír su porra y ver la bandera- ordenó la chica que tenia los sobres. Le mostré la bandera que había atado bien a mi pantalón para evitar que se me cayera u olvidara y después comenzamos a cantar la porra, la verdad estaba orgulloso de el equipo que me había tocado, tenían ánimo y lo tomaban todo a diversión; además de que el premio para los ganadores era una gran motivación. Cuando terminamos la porra la chica me entregó nuestro sobre.

-buen trabajo- dijo escaneandome, no a de tener mas de tres o cuatro años más que yo. -una recomendación... Procuren llegar cantando siempre, eso les sumara puntos- le agradecí el consejo y reuní al equipo para leer la siguiente pista. Esta vez Matt fue quien acerto con el lugar.

-¡las canchas!- gritó, ya todos de acuerdo con su propuesta arrancamos a correr y ahora fuera el nuestro guía. Mientras nos dirigiamos al siguiente punto de reunión nos topamos con otros equipos que al igual que nosotros iban a sus objetivos.

Cuando estábamos a pocos metros de las canchas de basquet comenzamos a cantar la porra una ve mas...

-¡excelente chicos!... Ese animo nos gusta...- comento ahora un chavo que igual a de ser un par de años más grande que yo, al parecer todos lo que trabajaban aquí parecían ser universitarios. El chico estaba acompañado de otros dos, eran altos, robustos y al parecer de buen ver para las chicas, puesto que todas lo miraban como si fueran el mismo Julio Cesar. Todas a excepción de la peli-azul. Y de alguna forma que no se explicar, eso me hacía sentir muy bien.

-bien, esto es lo que van a hacer..- comenzó a dar indicaciones el mas alto de todos -para ganarse el sobre que les corresponde jugaremos relevos; deberán de hacer cada uno lagartijas bajo la canasta de basquet; los hombres cinco y las señoritas dos, correr al otro extremo de la cancha, regresar, tomar un balón de basquet y meter una canasta. Para después tocar la mano de su compañero y así pueda salir a su turno-