Epílogo

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Esta nota será lo único que descanse en el ataúd de Percival Harmond.

Han pasado varias semanas desde los sangrientos sucesos del macabro juego ideado por una retorcida mente muerta.

Supongo que en internet de vez en cuando aparece información útil de verdad.

Los habitantes de Green Valley han perdonado al fantasma, aunque no les quedaba otra. Yo, por mi parte, me he reconciliado con mi padre, que ha prometido dejar la bebida. ¿Lo hará? Quién sabe.

He sido una especie de psicólogo para ese alma atormentada.

Al parecer estaba de paso en el pueblo, de camino a cerrar un trato importante, cuando alguien le asesinó por el dinero que tenía en la habitación.

Preso de la ira, mató a todos aquellos que se hospedaban en el hotel en esa época, pero no encontraba la paz. Pensaba en la gente que había muerto, pero pronto se centró en que tal vez su asesino había escapado.

En su momento dijo que las paredes del hotel no lo retenían dentro del edificio. Pues era su odio lo que lo atrapaba en este plano mortal.

Tras horas de charla, parece que internet tenía razón. Era su cuenta pendiente lo que lo mantenía en este mundo, y al perdonar al infeliz que lo asaltó encontró la paz.

Es una pena la lista de vidas humanas perdidas, incluyendo a Ben Lancaster, que ha dejado a su mujer viuda. Sin embargo... parece que hay algo entre ésta última y mi padre.

Quién sabe qué nos deparará el futuro... Pero parece que no es descabellado tener esperanza.

Esmael




Espero que os haya gustado. Aquí acaba la historia, pero mañana me pondré a darla los últimos retoques y correcciones que tengo en el Word en el que escribo. También eliminaré alguna parte (presumiblemente el capítulo 6) para hacer que la historia sea más dinámica.

¿Os parece digna de un concurso?

Un lugar entre las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora