Capítulo: 21

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-¿Maggie? ¿Qué haces aquí?- Dije levantándola de aquel lugar espantoso.

Estaba sucia, despeinada, con el maquillaje corrido, su ropa estaba rota y se notaba que había llorado, tenía los ojos hinchados. ¿Dónde está Maggie? ¿dónde está mi Maggie?

Ella miraba para abajo, no quería mirarme. Y por eso mismo le levanté la cara.

-Maggie te vienes hoy a mi casa y me vas a contar todo.

Y eso hicimos. Acabé ese asqueroso callejón y nos dirigimos de vuelta a mi casa. Mi madre estaba dormida. Mejo, mucho mejor.

Le obligué a que se duchara, después se puso un pijama mío y fuimos directas a mi habitación.

-¿Y bien? Ya me puedes estar contando.

Ella seguí mirando abajo, pero ahora, rompió a llorar.

-Hey hey- dije abrazándola- eso no.

-Pues... la verdad es que todo ha ido muy deprisa-dijo aun llorando- Alex estaba metido en todo el mundo de la droga Aria, y...y una cosa fue a la otra y me metí con él. Lo que yo no sabía era que estaba metido desde hace ya mucho tiempo. Entonces una noche en la que, nos estábamos drogando , Alex empezó a sudar, y le empezó a faltar el oxígeno, yo no sabía qué coño hacer, joder, se estaba muriendo, y me quedé bloqueada, a quién iba a llamar, no tuve mucho tiempo de pensar ya que se murió en menos de segundo.

Dios se había muerto Alex, me puse una mano en la boca de impresión. Y Maggie continuó hablando.

Me quedé allí, en el coche donde estábamos, no me podía mover. Cuando cogí las suficientes fuerzas me marché dejándolo allí, joder, lo deje allí Aria- dijo llorando aún más.

Y desde entonces he estado allí, en aquel callejón ocultándome de todo. Quería olvidarme de todo, pero no podía, no puedo.

Y empecé a llorar, por todo lo que me acababa de contar, y la abracé.

-Ya está Maggie, tu no podías hacer nada, eso causan las drogas. Por eso mismo no puedo dejar pasar esto. Vas a ir a un centro de desintoxicación.

-¿Qué? No Aria, lo puedo superar.

Yo tranquila le contesté.

-Miraté.

Y nos dormimos, no tenía más que comentar, iba a ir. No la pensaba dejar así, ni de coña.

Al día siguiente teníamos instituto pero no iba a ir a las dos primeras clases, eran tutoría y educación física, no me perdía nada.

Maggie ya estaba despierta cuando me levanté.

-Sí, Aria, tengo que ir

Puse una pequeña sonrisa en mi rostro.

-Vamos a tu casa coges ropa se lo cuentas a tu madre y que te lleve Maggie.

-No, quiero que seas tú la que me acompañe.

Y así hicimos fue a su casa, fuimos a su casa, cogió ropa, se despidió de su madre entre lágrimas y nos dirigimos al centro de desintoxicación.

Allí le hicieron un test dando positivo, por lo cual la ingresaron ahí.

-Me tengo que ir ya Maggie, te tienen que seguir haciendo cosas, vendré a verte no te preocupes, te quiero- y le di una abrazó.

-Yo también te quiero, sin ti no sé qué sería de mí.

Y me fui. Me dolía verla allí, dejarla, pero era lo mejor para ella.

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ASÍ SOY YO, ARIA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora