Moscú, Rusia. 20 de Diciembre de 2021.
Arianna enrolla la bufanda de color gris al rededor de su cuello y apreta el brazo de Matias, quien se cubría bajo un enorme abrigo negro, mientras avanzaban por las frías calles disfrutando el paisaje que la hermosa Rusia les ofrecía en esas épocas del año.
- Ya saqué los pasajes para el vuelo, nos vamos mañana.- informó el jugador antes de detenerse frente a la guardería de su hijo.
Ari desplegó sus labios secos por el frío para hablar, pero las puertas del lugar se abrieron de par en par interrumpiendola. La pareja sonrió cuando el pequeño Benjamín se acercó a ellos sosteniendo un dibujo entre sus pequeñas manitas.
-¿Somos nosotros, Benja?- preguntó Matias tras haberse puesto a su altura.
La chica los miraba con ternura mientras no contenía la sonrisa que le provocaba ver todo lo que había conseguido en tan pocos años.
Su paso por Madrid de casi seis meses terminó con una definitiva reconciliación con Matias, y siete meses después la noticia de que esperaban un hijo sacudió la vida de ambos. Fue difícil organizarse para no pasar la mayor parte del embarazo y primeros años de su hijo separados, pero aún así lograron vencer la distancia y ahora formaban una familia envidiable por las personas del medio.
- Felices vacaciones de invierno, niños. - Saludó la maestra del colegio bilingüe antes de volver a perderse tras las puertas de madera.
- Vamos a casa, mi amor. Tenemos que armar tu maleta. - ésta vez Ari se dirigió a su hijo con una tierna voz.
- ¿A dónde vamos a ir? - susurró el nene de tres años en su oído.
- Vamos a casa.
- Nuestra casa es acá. - musitó confundido.
Arianna sonrió y lo abrazó fuertemente.- Vamos a nuestra verdadera casa. - le susurró mirando también a Matias, quien había envuelto su mano con la suya y apretado ligeramente.
Una vez en el departamento, Ari se dispuso a hacer la cena mientras que Benjamín y Matias veían alguna película infantil en el living. A lo lejos, en una de las blancas paredes del lugar, un cuadro con una linda foto de lo que fueron las B0STETR0L4S se debaja ver con claridad.
Arianna suspiró pensando en cuanto tiempo pasó desde la última vez que vio a las chicas, y también en como el grupo permanecía en total silencio desde la última conversación que tuvieron, hace exactamente tres meses. Era de esperarse que ellas tuvieran una rutina igual o incluso más apretada que la suya, por lo que no se permitía pensar que habían olvidado todo lo que ese grupo representaba; después de todo no lograba nada con enojarse, sabía que volvería a verlas tarde o temprano.
- Mami, ¿qué es eso? - y sí, para ser una criatura de un poco más de tres años, Benjamín era demasiado curioso y le gustaba preguntar sobre todo lo que no entendía.
Ari dirigió su mirada al lugar que apuntaba el pequeño, encontrándose con la pantalla de su celular titilando. Lo tomó para observar mejor la cantidad de mensajes que comenzaban a llegar, y sonrió al darse cuenta que eran de las personas que tanto extrañaba.
"Pau: Estoy en el pais, diganme que nos vamos a ver"
"Luci: llego el 24, por favor si"
"Cande: same"
"Eve: estamos en el 2021, el same no se usa mas"
"Eve: pero sí, vamos a juntarnos, las extraño grosamente"
"Cande: la palabra grosamente tampoco se usa ahora, ni nunca"
"Ari: extrañaba esto"
"Lourdes: rt"
"Agus: que anticuadas son"
"Gabs: callate mogolica"
"Anto: salgo el 23, que emoción"
"Luci: todas vuelven?"
"Flor: iba a volver hasta que me enteré que vos también."
"Luci: Florencia!"
"Lucia: no cambian más"
"Ari: espero que nos podamos ver ésta vez, las extraño tanto que duele hijas de puta"
Y con eso bloqueó su celular para servir la cena a su familia. Los tres comieron con el mejor ánimo posible, en especial Arianna, que sentía como una parte de ella oculta por tantos años volvía a salir a flote, dándole una chispa de energía y emoción que lograba hacer que su corazón bombee con fuerza. Volvería a verlas cinco años después.
