España, Barcelona. - 21 de Diciembre de 2021.
Era increíble como había pasado el tiempo para Eugenia, pero para cuando se detuvo a pensar ya estaba en las sillas del aeropuerto esperando por el anuncio de su viaje. A su lado, sujentando su mano con fuerza se encontraba el pequeño Bruno jugando con las mangas de su camiseta del FCB.
- ¿Y por qué papá no viene con nosotros? - preguntó llamando la atención de su madre.
- Porque papi tiene cosas que hacer, nos va a visitar para Navidad. - respondió lo mas suave que pudo.
Lo cierto es que, para Euge, levantarse a mitad de la madrugada para abordar un avión de trece horas con el inquieto y curioso Bruno no era lo mejor que le podría pasar, sin contar que su pareja no iba a acompañarlos gracias a los compromisos pendientes que el club tenía en visperas de las pequeñas vacaciones que les ofrecían. La chica se encontraba molesta y de mal humor, pero no podía culpar a su hijo de eso, después de todo él era la luz de sus ojos.
- Cariño, vamos a ver a las tías allá, no estés triste. - musitó al ver la cara del niño.
- Yo quiero ir con papá. - objetó.
- Papá va a estar con nosotros en Navidad, pero antes tiene que ir a hablar con Santa sobre tus regalos, ¿si?
Ella sonrió cuando los ojitos del nene se iluminaron al escucharla, no evitó sentirse mejor.
Los dos abordaron el avión casi media hora despues. Una vez ubicados en sus lugares, Bruno volvió a atacar con sus preguntas.
- ¿Y cómo conociste a las tias? ¿Las extrañas? ¿Por qué no las ves hace mucho?
Eugenia suspiró recostando su cabeza en el asiento; para tener cuatro años, su hijo era un niño deseoso por saber todo lo que sus ojos veían, y su madre no podía no hacerle caso por más cansancio que sienta sobre su cuerpo.
- A tus tias las conocí hace mucho con algo que se llama Internet, y sí, las extraño muchisimo. No las veo porque todas estamos ocupadas con nuestros trabajos, son cosas que vas a entender cuando seas grande.
- ¿Y papi también tiene amigos asi?
- Ajá. El tío Lio y el tío Dani son los amigos que papa extraña cuando no los ve.
- ¿Y yo voy a tener amigos asi? - inquirió nuevamente.
- Eso depende de vos, hijo.
- Yo también quiero tener amigos, muchos amigos.
- Los vas a tener, mi amor. - le aseguró con una sonrisa.
Costó convencer al pequeño de que se durmiera en el incomodo asiento, pero cuando lo logró, Eugenia se dispuso a hablar con su novio mientras rogaba que el sueño viniera a ella pronto.
" voy a estar alla mañana, lo prometo "
" espero que sea así, no quiero ver mal a nuestro hijo porque no llegas a navidad, Ney "
" lo se mi amor, voy a llegar"
Le dejó el visto para demostrarle que no estaba nada contenta con su decisión y se concentró el dormir para estar bien al llegar. Le esperaban muchas cosas en su país natal.
No quería pensar que las cosas volverían a cambiar luego de éste verano cuando ya estaba acostumbrada a la vida que llevaba en España junto a su hijo y pareja, como agente de prensa del club mas grande del mundo; sentía miedo de lo que pasaría esas cortas semanas y de como tomarían sus allegados su relación con el jugador, pero mas que nada temía no poder lograr su objetivo, que consistía en volver a ver a esas chicas que tanta falta le hicieron esos cinco años.