Roma, Italia. - 21 de Diciembre de 2021.
- Te estuve repitiendo mil veces antes de venir si querías ir al baño, Fernando. - musitó Agustina con una mala mirada hacia su pareja.
- Es que cuando estábamos en casa no tenía ganas. - murmuró él.
Ella rodó los ojos y aceptó a que fuera hasta el baño del aeropuerto antes de subir al avión.
- A veces pienso que tengo dos hijos. - murmuró mirando a la bebé que jugaba en su oso de peluche.
El jugador volvió casi diez minutos después, justo antes de que anunciaran el vuelo.
- Estoy contento de que volvamos, extraño a los chicos. - manifestó él desde su asiento.
- Si vos extrañas a tus amigos te podes imaginar yo. - respondió su mujer cerrando los ojos.
Tobio sonrió desde su lugar pensando en lo feliz que sería su novia al ver la sorpresa que estaban preparando junto a sus amigos.
Él sabía lo difícil que había sido para Agustina adaptarse a un nuevo país y ciudad donde se encontraba completamente sola, pero también era consciente de que fue lo mejor que podría haberle pasado. Cinco años después Agustina se encontraba volviendo a su país con una carrera como modelo y diseñadora en el bolsillo, con una hermosa hija y un esposo que la ama y apoya en todo. Nada fue en vano para ninguno de los dos, todo el sacrificio hecho tuvo su recompensa a la larga.
La ex boste había vivido sobre un avión los últimos años de carrera tras convertirse en la cara de muchas marcas conocidas mundialmente, había viajando por todo el mundo con una apretada agenda que a su vez le aseguró una cuenta bancaria con un monto que contenía muchos ceros y el futuro asegurado para su bebé, aún así llegó el momento de deterse y respirar profundo, de descansar después de tanto trabajo, de disfrutar las merecidas vacaciones y luego decidir si volver a Roma o pernecer en Argentina; por el momento ella sólo estaba segura de algo, encontraría y volvería a ver a sus chicas cueste lo que cueste.