Ginny.
Cada vez que hacia el amor con Damon me enamoraba más y más, como si eso fuera posible, muchas personas piensan que hacer el amor no tiene nada que ver con los sentimientos, yo pienso que todo lo contrario. Cuando estás en la cama con la persona que amas se siente como si todo el universo se alinease sólo para prestar atención al amor que se crea en ese instante tan mágico, cuando los cuerpos se unen, las fricciones, los besos. Todo se siente tan correcto, tan liviano, tan hermoso. Sientes que puedes tomar una estrella, guardale en tu corazón y regalarle el corazón a la persona amada. Eso sentía cada vez que estaba con Damon, no sólo cuando hacíamos el amor, también cada vez que toma la mano, cada vez que me mira, cada vez que me abraza, incluso sólo cuando lo tengo a lado mío.
Y aunque sintiese todo eso, no me atrevía a decírselo, han pasado un poco más de dos meses de relación, ya nos hemos dicho te quiero treinta veces al día, vamos demasiado rápido. Además que no quiero ser la primera que lo diga, no me atrevería en un millón de años, tal vez le diría cuando esté al borde de la muerte.
- ¿Haz pensado a que universidad irás? -la pregunta de Derek me sacó de mis pensamientos, estábamos en la biblioteca de la escuela, el profesor Argus no había llegado, gracias a Dios, y estábamos pasando el tiempo libre aquí, Damon, Charlie y Christian estaban sentados en la mesa a lado nuestro, como cada mesa era para ocho personas, tres en cada lado y una en cada cabecera de la mesa, estaban Tiffany, Annie y Liz, chicas que no me agradan pero son soportables, no como Tiffany, en frente de ellos, Damon me había pedido que nos sentásemos con ellos pero nos negamos, ni Derek ni yo estábamos cómodos con sus amigos, sólo con Charlie.
- Obviamente, ¿tú? -le respondí, un poco molesta, púes Liz, que estaba sentada frente Damon, se tomaba un mechón de pelo, lo enrollaba en su dedo y lo soltaba, había repetido ese proceso varias veces, cosa que me molestaba.
- Obviamente, -respondió usando el mismo tono que yo, cosa que me hizo molestarme más y rodar los ojos.- Nueva York, la gran manzana. Pensé que también querías estudiar ahí, ¿no? -alzó una ceja, cuestionando nuestras conversaciones anteriores de ir a vivir juntos a Nueva York, estudiar en la misma universidad y trabajar en lo mismo.Pero no teníamos contemplado que me enamoraría, menos de Damon.
- Sí, no sé si lo has notado, pero hay un nuevo integrante en mi vida privada, y no sé que piense él. -miré a Damon, quien había empezado a mirarnos por nuestra conversación, ese era un inconveniente de ser amigo de Derek: no sabía ser discreto.
Damon se levantó de su silla, ignorando a Liz, cosa que me hizo muy feliz, y se sentó en la silla frente a Derek, por lo tanto también estaba en frente mío.
Entonces miró a Derek, de una manera muy concentrada, queriendo comunicarse telepáticamente, o yo que sé, Derek, incómodo por su mirada se levantó lentamente, queriendo no molestar a Damon, cosa que me dio gracia.
Cuando Derek estuvo lejos de nosotros Damon habló.
- ¿A dónde irás? -preguntó, sabiendo perfectamente la respuesta.
- Derek y yo tenemos una entrevista en dos semanas, intentaremos entrar a la NYU(4) -respondí con voz baja y con la mirada en el suelo, me sentía mal por no haberle dicho nada antes, con todas las cosas que han pasado no había tenido tiempo de decirle nada, ni siquiera le pregunté a dónde quería ir él.
- Esa es una gran oportunidad, y una buena noticia, ¿que quieres estudiar? -me preguntó, con una sonrilla y un brillo en sus ojos de orgullo.
- Arquitectura. -volví a responder con voz baja.
- Yo también iré a una entrevista -después de esas palabras levanté la mirada, alzó una ceja divertido- ¿Te creías que eras la única con planes? Quiero estudiar Pediatría en Columbia(5). -respondió casualmente. No pude evitar sonreír, si las cosas salían bien los tres podríamos vivir en Nueva York.
- ¡No puedo creerlo! -grité, olvidándome por ese segundo donde estaba. Los alumnos alrededor que estaban haciendo tarea dijeron un "callate" colectivo, ganándose dos miradas de odio: la mía y la de Damon.
- ¿Cuándo vas a ir? -le pregunté en un susurro.
- En tres semanas. -respondió igual en un susurro, asentí lentamente.
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Mi Rara y Loca Obsesión.
Ficção AdolescenteDamon Dale y Ginebra Collins eligieron un mal momento para enamorarse