Guerra perdida

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Para qué luchar en una guerra perdida
antes del primer intercambio
de palabras,
de traiciones, puñaladas
y mentiras que fluyen
por ríos de lágrimas.

La mano salvadora
que en cada caída se arrojaba
en tu auxilio, indudable,
una unión inquebrantable
del pasado,
te ahoga en alambre
de espino y te corona
con mentiras
como fraude.

No importa cuantos años,
ni cuantas súplicas,
ni cuantas acciones,
ni palabras, ni disculpas, ni lamentos,
cuando el error ajeno
se interpone en tu camino.
Solo queda batallar con el tiempo
para apelar al perdón, o al olvido.

Catarsis ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora