Conociendo el lugar

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Lo último que vistes, una luz incandescente, como un rayo iluminado, atravesando el cielo a velocidad. Pensaste que era una estrella fugaz, pero al ver que llegaba hasta donde te encontraba y atravesaba el cuerpo de la sirena convirtiéndola en polvo, comprendiste que se trataba de una flecha o eso parecía. Era aún más extraño que cerraste los ojos completamente feliz, porque tu madre había acudido a tu ayuda.

Y sí que era buena, porque segundos después escuchabas las pisadas fuertes de un grupo, las voces a coro que se preguntaban constantemente como salvarte o por lo menos fue así hasta que alguien apretó con fuerza tu pecho, consiguiendo que escupieras el agua en tu cuerpo, que tus ojos recuperaran el brillo anormal, que nuevamente estuvieras entre los vivos.

Llevaste tus ojos ávidos por cada rostro allí presente, repastes en alguno y notaste que todas ellas, porque eran mujeres, tenían arcos y ropa de caza, como si fueran a darles de flechas a las perdices o algo así. Miraste a la que parecía ser la capitana, su cabello negro y aire rockeros. Ella parecía saber lo que tú deseabas.

-Debes estar algo perdida, mi nombre es Thalia Grace, soy-Pareció dudar unos segundos-Te llevaremos a donde podamos explicarte como son las cosas.

-O-ok...

Unos veinte minutos en auto y luego una ligera caminata por una colina. Querías aún asimilar que la capitana de las cazadoras, como se hacían llamar, te explico con suma facilidad que era hija de Zeus. Cuando llegaste algo aturdida pudiste observar que la colina no era tan, pero algo cansada, considerando que acababas de ser casi ahogada por una sirena y eso...sí que era algo muy raro todo eso. Cuando leíste las letras de "Campamento Media sangre", que lograste con facilidad traducir a pesar de que el griego no era tu fuerte te sentiste tan confundida que resultaba más fácil la ruta del desmayo.

-¡Thalia!-Llamó con gran alegría una joven de cabellos rubios, tenía los ojos grises como una tormenta y era de estatura promedio. Rápidamente abrazó a la pelinegra y empezaron a comentar entre ellas, o por lo menos fue así antes de que ella lograra verme.

-¿Quién es?-Consultó

-Te sorprendería saber de quién esta pequeña guerrera-Se escuchó una voz detrás de ti. Era un señor centauro que tenía el cabello castaño...el golpe debió ser fuerte ¿Eh?-Ven conmigo _____, quiero presentarte oficialmente y creo, tu madre quiere que hagamos lo mismo.

Estabas dispuesta a negarte, pero al mencionarla te convenciste que lo mejor era seguirlo. Además parecía más fuerte que tú y si...bueno, se te ocurría una locura...no saldrías muy bien que digamos. Te llevó a lo que parecía era su lugar de reunión, era como esos lugares de picnic con mesas y todo eso, muchos rostros que en tu vida habías visto y uno que otro centauro y ninfas...sabía eso porque, obvio, leías de mitología, porque era parte de tus genes. El señor que te acompaño te sonrió con complacencia antes de darte un ligero empujón e indicarte que podías tomar algo de comer y vaya que estabas hambrienta. Optaste por algo de pizza y soda. No sabías donde sentarte, no tenías con quien hablar...

-¡Hey, por aquí!-Levantó la mano Thalia, estaban en la octava mesa. Donde solo se encontraban mujeres, cosa que te pareció raro.

Los murmullos que te llegaron lograron ligeramente avergonzarte. No eran esos típicos sobre tu cuerpo, más bien lo era sobre tus ojos o tu hermosa cabellera, cumplidos sutiles que viniendo de gente que parecía amigable te resultaban alegadores.

Inesperadamente bueno (Nico di Angelo y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora