No es amor

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La primera noche que soñaste algo fuera de lo común. Empezando porque corrías apresurada, esquivando arboles y flechas, sentías el bombeo de tu corazón, aturdiéndote los sentidos. Muy poco te faltó para chocar con el escudo de una de las cazadoras. Una cazadora de ojos azules y cabello negro. Thalia parecía ser tu oponente, pero a pesar de tu amistad reciente con esta, se asemejaba a una verdadera cazadora intentando encestarte a la primera con la lanza que sostenía su otra mano.

Sentías las ganas de defenderte, pero solo girabas para esquivar o por lo menos fue así antes de que literalmente brillaras como la luna al alba. No sabías que pasaba, pero no estabas solo para defenderse, ahora habías girado lo suficiente para encontrarte a la distancia necesaria y usar un arco dorado de flechas lumínicas. Ella te encontró prontamente, solo para enfrentarse al cuchillo de cazador, una de plata brillante y aleación de titanio. Tampoco conocías de su existencia. Y así la imagen se rompió como una burbuja para cambiar toda la iluminación. Ahora estabas mirando de forma furiosa al hijo de Hades, Nico parecía igual a ti. Sus ojos llameaban como el mismo inframundo, discutían visualmente amenazándose con los ojos. Tomaste con fuerza al pelinegro, mirándolo de la misma forma lo besaste... ¿Espera, Qué?, no era una broma estabas besando a Nico di Angelo y lo mejor o...peor, era que él te respondía de la misma forma. Sentías un cosquilleo indescriptible, chocaste con la pared de la cabaña de Hades. Tus piernas estaban cruzadas en su cintura y sus manos descansaban en tus piernas. De seguro tu cara estaba algo roja. Es decir, claro que habías tenido novios y eso, pero no pasaban de besos tontos, si no es que te hastiabas de sus estupideces. Con Nico las cosas eran distintas, parecías deseosa al igual que él.

La imagen se disolvió...ahora mostraba un trono, en una mesa redonda. Había muchos más, pero ese era el único ocupado. Tu tío parecía meditar, revolviendo sus dorados cabellos con una apacible y divertida sonrisa. Más bien parecía divertido, como si una broma le hubiese salido bien.

-Ya lo vistes, eso te espera luna dorada-Sentías que te estaba mirando-Te toca pelear por lo que quieres y elegir lo que mejor te parezca. Nadie debe saber esta pequeña ayudita-Sonríe travieso-Despierta.

Tus ojos se adaptaron rápidamente a los primeros rayos de sol que se colaban por el cristal. Una punzada de mareo te hizo ver borroso, te sentías algo cansada, tu rostro estaba caliente. No sabías el motivo, pero debías recuperarte y pronto, según tenías entendido era jueves. La caza de las banderas era hoy, no tenías idea de que hacer, pero se te hacía buena la idea de correr y embarrarte de lodo. Como toda una pequeña revoltosa.

Te vestiste conforme a la caza, dejaste todo ordenado. Tomaste a Ludo, tu cachorro de lobo y saliste a desayunar.

Se aspiraba el aire a armas en la brasa, los de la caza de Hefesto se ceñían al cuerpo las armaduras, terminaban de afilar las espadas de bronce, ajustaban sus cascos, planeaban estrategias; lo típico en un día de caza

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Se aspiraba el aire a armas en la brasa, los de la caza de Hefesto se ceñían al cuerpo las armaduras, terminaban de afilar las espadas de bronce, ajustaban sus cascos, planeaban estrategias; lo típico en un día de caza. La casa de las "princesas" se disponía a participar. Pipper de seguro convenció a sus hermanos de participar, aunque estos parecían más interesados en cotillear. Era algo similar a la caza de Ares, solo que estos empezaban a hablar de a quién aniquilar primero. Clarisse, la conocías solo de vista, parecía más gruñona de lo normal. El resto de la casas como Hermes y Athena, comentaban alguna que otras cosas. Annabeth y Percy extendían planos. Entre ellos divisaste a Hazel.

Llegaste de forma silenciosa.

-Entonces debemos recorrer el río lo más pronto posible, evitando llegar de forma rápida, debemos desviar por este cruce...-Explicaba la rubia.

-Listilla, debe calmarte, vas muy rápido-Le comentó el pelinegro algo aturdido, demasiada información que procesar.

-Eso los haría retrasarse-Empezaste a hablar-En cambio si toman este atajo. Pueden cortar por estos árboles y tenderles una emboscada.

-¿Desde cuándo estás aquí?-Te miraron sorprendidos, tú simplemente atinaste a encogerte de brazos.

-¿Con quién te aliarás, _______?-Te consultó Hazel-porque si quieres, no se, podrías ir con nosotros.

-E-eso....

-No creo que sea así-Escuchaste a Nico a tus espaldas-ella irá con los de la cabaña de Zeus. Es mejor que no la dejen escuchar, podría intentar conspirar.

Ibas a verlo de forma amenazante, no te agradó la forma en que te hablaba. Pero a tus ojos llegó la sorpresa de verlo sonreír torcidamente, te palmeó la cabeza con algo de brusquedad y se encaminó a su hermana que lo esperaba con una sonrisa. Podrías jurar que estabas sonrojada, cosa que fue notada por Hazel. Tampoco estabas tan acostumbrada al contacto físico y....de cerca su sonrisa era aún más devastadora.

-Bien-Sonreíste con algo de orgullo-Solo espero que no logre cazarte Di Angelo.

Y así empezaste a caminar dejando a algunos confundidos. A los hermanos con diferentes pensamientos. La primera empezaba a verte como futura hermana y él, el simplemente hizo una ligera sonrisa, que ocultó fácilmente.

-No...-Suspiraste al llevarlo en la mente-Concéntrate, eres una cazadora no una quinceañera enamorada. Cazadora, cazadora, caza...

-¿Dora?-Te sonrió Leo antes de pasarte un brazo por los hombre-Vaya guapa, tratas de convencerte, sí. Eres un cazadora.

-Hola Leo-Lo miraste antes de despeinarlo con una sonrisa-Si, no era eso-Reíste-era otra osa sr. Valdez, déjeme decirle que espero arrástralo por el campo. No me mal entienda no es usted, son simple negocios.

-¡Apresúrate Leo!

Sentiste como te besaba la mejilla y corría por su equipo para alistarse.


Inesperadamente bueno (Nico di Angelo y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora